LAS
ÁNIMAS
Tenga
Usted la seguridad de que existen y se aparecen blancas como la nieve. Ellas no
le hacen daño a nadie, pero se aparecen en la noche cuando uno menos piensa.
En
la época que yo vi una, vivíamos en el Manzano Grande, en Ospina.
Una
tarde, después de que me alcé del trabajo, me vine al pueblo y me entretuve con
unos amigos, jugando al naipe. Cuando me di cuenta ya era tarde, tal vez las
once de la noche. Asustado por la hora, salí corriendo a mi casa.
Para
llegar más ligero no cogí por el camino grande y me enderecé por los potreros,
pasando por una zanja. Bajé en ella para subir al otro lado. Iba a agarrarme de
la raíz de un tronco de arna lulo, que había en ese paso y ahí estaba el ánima
bendita, quizás esperándome.
La
cabeza se me puso grande y parecía que los pelos se me ponían de punta. Quise
regresar o seguir adelante, pero no pude. Ella se movía como para que yo no
pudiera seguir, ni para adelante ni para atrás. Yo, estaba muy asustado y no
sabía qué hacer. Ella no se movía.
Entonces,
con todo el miedo que me mataba, me acordé que había que hablarle y tomando
fuerzas y valor le dije: “Por Dios todopoderoso, dime si eres de esta vida o de
la otra y qué quieres”. No me contestó y, muy despacio, por un camino que el ganado
había hecho en el potrero, por la orilla, se fue sin asentar los pies en el
suelo.
Realmente
no caminaba, iba moviéndose por el aire. Cuando caí en cuenta de la hora, era
porque empezaban a cantar los gallos, era de madrugada y, poco a poco, se
perdió. Y la ilusión o lo que fuera desapareció. Por eso puedo afirmar que las
ánimas existen.
JUSAVÍ.
Chachagüí,
11 de Mayo del 2014.
Informante:
Cecilio Revelo. Municipio de Ospina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario