EL TESORO DEL GALLINAZO




             EL TESORO DEL GALLINAZO


Más arriba de Pilcuán hay una media planada llamada El Tablón, por donde baja la quebrada del Güingal, que cae al río Sapuyes y, un camino viejo, de a pie, por donde caminaban los contrabandistas.

Hace algún tiempo me tocó pasar por ese sector y en todo el hueco de la quebrada, vi una claridad que iluminó toda la zona. Era una luz blanquita, como el día, tanto que pude ver perfectamente el musgo y las pepas caídas de los árboles de Guayacán y, de pronto, esta se apagó.

Yo todavía era un muchacho, tendría tal vez, unos catorce o quince años de edad y, al quedar completamente a oscuras, me quedé parado, sin saber qué hacer. De pronto, nuevamente la claridad que, se iba apagando lentamente.

Allí permanecí largo rato hasta que llegara mi hermano mayor, con quien veníamos de Pasto de dejar contrabando. Enseguida le conté lo que había visto y me dijo que, de los mayores, había oído que por ese lugar estaba enterrado un gran tesoro y que, posiblemente, eso fue lo que ardió.

En épocas anteriores, los dueños de esas tierras habían sido los padres jesuitas y dizque tuvieron allí, en El Tablón,  una casa grande en la que veraneaban y, también, una capilla, bien arreglada.

Cuando los derrotaron, por el afán de salir, escondieron, en ese güilque, todas las cosas de valor: una custodia de oro macizo, los vasos sagrados y unos cajones de plata. Pero la única que conocía esto y el sitio exacto del entierro dizque era una morena de Barbacoas, quien fuera sirvienta de los padres y a su destierro, tuvo que volver a su tierra.

Como para estas cosas nunca faltan los ambiciosos, a algunos les entró la codicia y viajaron a Barbacoas, en busca de la negra para que viniera a mostrarles dónde estaba la guaca. La pobre como estaba muy anciana, no resistió el viaje y se les murió en el camino, pero alcanzó a contarles que estaba en la roca, al pie de la chorrera y que, por más señas, allí había una piedra negra, con figura de gallinazo, que con el pico indicaba el lugar exacto donde estaba el tesoro.

De varias regiones vinieron a buscarla por todas partes, descolgándose con cables y usando varillas de buscar entierros que cuadraban allí, pero nunca han podido sacar el tesoro.

Además, cuando ya empieza a llegar la noche, unos gallinazos pasan graznando y los sacan corriendo a fuerza de aletazos. Seguramente, los padres jesuitas la dejaron encargando a estos.


JUSAVÍ.

Informante: GUILLERMO ZAMBRANO R. de la Vereda Guaracán Chiquito, del Municipio de Ospina.

Chapacual, 22 de Mayo del 2014.

  







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