AMANECERES EN INTI HUASI
                                                 


A las cinco  y treinta en la mañana,
Despiertan cantares gallos de campo,
El montañero gorjeo de las avecillas
Y hermosas y coloridas en los árboles.


Anunciando la continuidad de la vida
E implorando al infinito la existencia
De la grandiosa y dadivosa naturaleza
Que ofrende las virtudes de la tierra.

Es entonces que pronto se aproxima ya
La llegada de los dulces y tiernos críos,
Que gozosos buscan a sus ancianos padres
Para revivir con ellos esperanza y ternura.

La grata villa adornará  ansiados sueños
Impulsará sus mentes, irradiará futuro
Fortalecerá  su inagotable y caro espíritu
Y vibrará en su psiquis plena integralidad.

Fin de semana del Septiembre que fenece
Para jamás volver a ofender la animosidad,
Fuente inagotable de una valiente casta
Que ha superado las penas con denuedo.

Pero el retorno intensamente los acosará
Y con lágrimas en sus tiernos y dulces ojos
Abrazarán sus antecesores que muy tristes
Entenderán que el camino de vida continúa.



JUSAVÍ.
CHACHAGÜÍ, 28 DE SEPTIEMBRE DE 2012.



C I T A C O N L A M U E R T E


                                      C I T A   C O N  L A  M U E R T E


No tenía por costumbre pernoctar en la casa de habitación de su esposa, con mayor razón cuando ella, en función de su trabajo, los días hábiles permanecía ausente, pues trabajaba como juez promiscuo en una población a 50 kilómetros de la capital y solamente llegaba los días fines de semana; sin embargo el abogado, esposo de la juez, en alto grado de embriaguez decidió ese miércoles, ocasionalmente, en compañía de un amigo, terminar su parranda allí, sin jamás imaginar los acontecimientos de la madrugada del jueves.

 Nosotros habíamos viajado, cumpliendo nuestras actividades a la capital ese día jueves por la mañana y a nuestro regreso, en la parada en Chapacual, para comprar quesos, recibimos una llamada de celular de una de mis hijas; la llamada portaba malas noticias, realmente una enorme tragedia; el esposo de nuestra gran amiga juez había sido asesinado por el celador del barrio ¿Qué hacer?, Regresar no tenía objeto porque estábamos muy cerca de nuestra residencia y la indumentaria no era la adecuada para asistir a un velorio; después de calmar a mi esposa, quien sufrió un ataque de nervios y lloró desesperadamente por su amiga, decidimos continuar y regresar a la ciudad al día siguiente.

 En la población ya había conocimiento del hecho, nosotros habíamos sido los últimos en saber el insuceso.  La señora juez fue informada del infortunio por una de sus amigas, vecina de su finca y hermana de quienes, los fines de semana, cuidaban de la propiedad; de inmediato, contratando una camioneta expresa, la viuda viajó a la capital al encuentro de tan macabro espectáculo por cuanto su esposo aún permanecía en la alcoba de los acontecimientos; estaba de rodillas arrimado a la cama, con cabellos en las manos, desnudo el torso, sangre en el piso, con un tiro de escopeta en el pecho y el cubre lecho perforado; el C.T.I tornaba las huellas y rastros del horrendo crimen y los curiosos se agolpaban en la calle; se comentaba que una señora que caminaba en la madrugada, haciendo ejercicio, se percató de que una de las ventanas de la casa había sido violentada; de inmediato, por consiguiente, informó a las autoridades de la irregularidad que percibía.

 Hermanos y cuñados del occiso, ya estaban presentes; amigas y amigos de la esposa en vano trataban de calmar los ánimos de cuantos vehementemente repugnaban el homicidio y la situación que la ciudad estaba sufriendo como consecuencia de la inseguridad y la criminalidad creciente; mientras tanto la SIJIN, Fiscalía e Investigadores actuaban de conformidad con los procedimientos para tal fin.

 Como habíamos convenido con mi esposa, el día viernes viajamos a la ciudad y con prontitud nos acercamos al Monte de los Olivos, lugar de velación del difunto.  Allí saludamos a nuestra amiga juez y manifestamos nuestro sincero dolor por el triste e inesperado suceso; ya nuestras hijas solícitas, desde el día anterior,  acompañaron en la velación a la dolida esposa en su tragedia.  La asistencia de la gente, desde diferentes ámbitos de relación era enorme; se apreciaba en sus rostros la sorpresa y la angustia que consecuentemente tales hechos producen; inconcebible que a un profesional, joven todavía, de cincuenta años y en plena actividad de su carrera se lo hubiese asesinado; no obstante, su familia, más exactamente uno de sus hermanos, sin respetar el dolor de la viuda, en plena tragedia, ya la abordaba, no para solidarizarse y apoyarla en su pena, sino para plantear que era necesario pensar, como deudos, en la herencia; increíble pero cierto; “ nada de lo que es humano en ti me es extraño”, diría en alguna ocasión parecida el gran filosofo Kant. Qué sorprendente e inhumano podría parecer esto a nuestra dilecta amiga; profundizaba su pena y la hacía entender mejor el mundo que quizá aún no conocía como verdad, como corrupción.

 El día viernes se condujo el féretro a la capilla de Palermo en la que se celebró la misa de traslado con gran solemnidad, con asistencia de muchos familiares, amigos y conocidos; después a la sala de cremación, también del Monte de los Olivos.  Luego de recomendar fortaleza, firmeza y conformidad, nos despedimos para regresar a nuestro hogar.

 El miércoles, al medio día, había dejado la víctima su oficina para encontrarse con sus amigos y departir con ellos, seguramente, el triunfo de un buen negocio; fue visto en la ciudad sonriente y alegre y nuevamente en la oficina en la que tomó whisky e hizo algunas llamadas, quizá tres, a mujeres de dudosa reputación; deberían ser sendas llamadas para los tres contertulios; salieron luego al encuentro de las damiselas en el sitio denominado Cielo Azul prostíbulo ubicado en el barrio Fátima.  En ese lugar tomaron también licor y el occiso asumió los gastos de las respectivas alcobas de lenocinio. A continuación se dirigieron al Parque Bolívar, a otro sitio de prostitución a seguir en su loca faena, siempre orientados por Zapatico, el proxeneta del grupo, encargado de conseguir las denominadas números.  Sin cansancio alguno prosiguió su embate y arrimaron a un lugar denominado de las Glorias en procura de otras prostitutas, pues las primeras ya habían sido despachadas; también allí ingirieron licores, cervezas, pero parece que el presupuesto menguaba y no había suficiente, o mejor, no le alcanzaba al ciudadano en cuestión para más.  Pese a todo y en alto grado de beodez, en la carrera 25, se detuvieron, entraron en otro sitio no recomendable, tomaron gaseosas y sin Zapatico, quien renunciaba por la carencia de dinero, orientaron su camino hacia la residencia de la mencionada juez.  Se acostaron en alcobas distintas y los dos dormitaban profundamente cuando el celador, según él, por cumplir con una venganza, pues había sido denunciado por no cumplir estrictamente su deber, entró por la ventana violentada y disparó un tiro con su escopeta sobre el cuerpo semidesnudo del desgraciado abogado, sin que el amigo en plena borrachera se hubiera dado cuenta; este sólo se percató del infortunio a la llegada de la policía.  Fue la primera y la última vez que el protagonista durmió en esta casa; la MUERTE, aprovechando la ocasión, había cumplido la cita y así terminaba un día de placer y posiblemente de terror el día jueves en la madrugada.

Jusavi, Chachaguí, 29 de enero de 2007

AL FINAL DE LA JORNADA


          AL FINAL DE LA JORNADA



Tras dolorosos acontecimientos que implican,
Solamente transformaciones del Psico-Soma,
La continuidad existencial reinicia actividades
Y del mundo se  vuelve a lo normal cotidiano.


Este aun sangrando con tres heridas del alma,
Dos, quizá cicatrizando y una todavía doliente.
La familia plena:  sufre, llora, pero implora del
Cosmos infinito la generosidad de sus espíritus. 


En instante, ya alejados de los lugares fácticos,
El esplendor espacial de  grandiosidad natural,
El verdor incomparable arbóreo y el horizonte,
Complementan el espíritu y  alma en armonía,
De las vivencias,  la fortaleza máxima del amor.


Es, entonces, cuando se aproxima ya la calma,
Los corazones se re-integran en los recuerdos,
Y con profunda sensibilidad  aunamos  espíritus
Hacia la consecución de añoradas felicidades.


JULIO ERNESTO Y EDGAR EDMUNDO SALAS VITERI.

VILLA HERMOSA, JUEVES 23 DE AGOSTO DE 2012.

A ROBAR A LA PIEDRA PINTADA



                            A ROBAR A LA PIEDRA PINTADA


Desde que poseo memoria recuerdo el dicho popular “VAYA A ROBAR A LA PIEDRA PINTADA”, utilizado para referirse a quien tratase de robar o hurtase algo, válido también para los atracadores de la vieja época, con todas las implicaciones de tipo delincuencia que para tal efecto fuera necesario. Con el paso de los años se atenuaron estas acciones de decadencia social e inseguridad que, hoy, lastimosamente, adquieren maneras y formas mucho más graves y tienen que ver con las diversas manifestaciones de crisis de toda índole a que tienen que atenerse los Colombianos en toda la extensión de la Patria.

Alfonso, el protagonista de este relato, ha tenido también, que sufrir las consecuencias extremadamente injustas de la grave crisis colombiana; víctima de las pirámides, como se denominan las captadoras ilegales de dinero, llevado por el afán de encontrar una mejor situación social y económica, quiso, consecuentemente, no obstante poseer casa y finca raíz, buscar otro camino, porqué no llamarlo de desquite, para lograr dinero que le permitiese cultivar su pequeña finca y arreglar su rancho. Para él nada difícil porque siempre estuvo dedicado al trabajo y sus actividades laborales en la vida fueron variadas logrando así sacar adelante a toda su familia incluyendo, es válido expresarlo, a hermanos y otros parientes más. 

Un buen día resolvió volver al negocio de la carnicería, que, varios años atrás, le había dado buen resultado; lo dejó por competencias desleales que en aquella vieja data predominaban; mas, ahora constituía una de sus tantas experiencias de la vida que, quizá, le mejorarían su pecunio. Su actividad marchaba bien, tanto que pudo volver a cultivar su finquita que pronto le representaría un medio más para salir definitivamente de sus deudas, porque, no obstante la colaboración de su esposa en el negocio de la carne de cerdos, pese a su enfermedad, azúcar en la sangre o técnicamente diabetes, siempre era imperante la consecución de dinero con sus amigos, que por fortuna los tenía; su personalidad cordial y leal, esta especialmente, allanaban sus dificultades, que infortunadamente, a través de las instituciones estatales y privadas, no pudo resolver. En tal virtud y pleno de confianza en sus objetivos, en uno de sus tantos andares, decidió viajar a la capital en procura de ganado sano y gordo. Para tal fin se hizo a DOS MILLONES DE PESOS, $2.000.000.oo, suficientes, por el momento. Antes de la ciudad, siete kilómetros aproximadamente,  bajó de la buseta que lo transportaba y tomó la ruta de LA PIEDRA PINTADA, camino destapado, pero pleno de paisajes y de esperanzas que fortalecían más su ánimo de trabajo; caminaba ávido de ilusiones, bien vestido, porque sus hijas siempre se preocupaban por ver a su padre elegante. Jamás se asomó a su mente lo inesperado. Al cabo de dos kilómetros, por una hondonada, con barranco por lado y lado, sintió el peso de un cuerpo sobre el suyo acompañado de un fuerte golpe que lo derribó y a punto de perder el sentido; sin embargo se defendió todo lo que pudo, mas se trataba de tres atracadores expertos que en presencia de los nativos transeúntes, lo despojaron del dinero de sus ilusiones y con el objeto de que no pudiese, el pobre Alfonso, además de sus gritos de auxilio, pedir ayuda, lo desnudaron quitándole hasta los zapatos y dejándole solamente los calzoncillos. Herido en la espalda y en un brazo que suturarían, posteriormente con diecisiete y siete puntos respectivamente, dio vuelta de regreso hasta el lugar donde se apeara; en ese recorrido solicitó ayuda a varios pobladores de la región, pero, es posible,   lo creyeron un loco caminante o realmente una víctima de un atraco; como todavía, entre el pueblo colombiano, existen personas generosas y sin temores de la violencia y con la esperanza de tiempos mejores, un buen samaritano le propició ropa, no importaba, de talla mayor que la suya y dinero para que pudiese llegar a la capital; así, infinitamente humillado en su personalidad, tristemente despojado de todo, pero sin mengua de sus ilusiones, arribó a la capital, fue atendido difícilmente en un hospital y ayudado por un pariente para el regreso a su tierra natal, trasladando, sin quererlo, también su dolor a los suyos y a todos cuantos lo apreciamos en la región. ¿Qué más tendremos que afrontar en esta tierra de inseguridad democrática? Hay que copiar la fortaleza moral del ofendido para tener esperanzas de un cambio. Quiénes  estemos ya a la vuelta de la esquina física de la vida, ¿lo veremos? No lo creo, esperemos una mejor vida para nuestros nietos y sus descendientes.
JULIO E SALAS VITERI
Chachaguí, 13 de Agosto de 2009

ANA GABRIELA

                  ANA GABRIELA


Llegaste a mi  vida, llena de angustia,
Ofrenda  valiosa del poderoso Olimpo,
Regalo de Dios que adorna mi alma,
Como máximo don de mi existencia.

De las bellas flores aspiro su aroma,
De su infinita pureza gozo la presencia.
Del  esplendor de su hermosura vivo,
Para revivir por siempre la esperanza.

Llegaste a mi hogar, oh! adorada niña,
Cambiaste el camino, orientaste la ruta.
Del dolor construiste la añorada viña,
Tornada en amor, en felicidad absoluta.

 Admirándote  a diario creciendo dichosa,
Obsequio grandioso, el vino de dioses,
Libando exhorto tu calidad de Diosa,
Y amándote vivo rodeado de goce.

Aumentan mis años, te tornas esbelta,
Me ofrendan tus labios la dulce sonrisa,
Se inundan mis ojos, mi corazón palpita
Y agradezco a mi Cristo la gracia bendita.



JULIO E SALAS VITERI.
Chachaguí, 21 de septiembre de 2009.
 




¿QUÉ SERÁ DE AMÉRICA?


                         ¿Q U É   S E R Á  DE  A  M  É  R  I  C A?


Amo mucho, siempre he amado, no importa el mundo,
Por qué lo he de negar si mi corazón siempre así nació,
No puedo pervertir  mi vida siendo de falsaria manera
Y juzgado seré por mi actitud insoluble siempre infinita.

Mis mayores angustias, la pobreza de los desprotegidos,
Mis instancias de sin sabor, las permanentes injusticias,
Jamás ya,  quizá  podremos tener un  gobierno justo,
Que salve al pueblo trabajador y noble de la ignominia.

La tristeza  de la no justicia política y social me hieren
El  pueblo no aprende, gira en pro del discurso retórico
Y cree en la mentira de siempre de costumbre del todo,
Jamás concientiza su espíritu hacia la lucha del cambio.

Años ha sin ser posible doblar la oligarquía de dominio
Mas América Latina hacia el Socialismo democrático
Gira justamente en pro de una humanidad ofendida y Humillada que vuelque la existencia de la humanidad.


JUSAVÍ,

Chachagüí, 14 de Agosto de 2011.