AL FINAL DE LA JORNADA
Tras
dolorosos acontecimientos que implican,
Solamente
transformaciones del Psico-Soma,
La
continuidad existencial reinicia actividades
Y
del mundo se vuelve a lo normal
cotidiano.
Este
aun sangrando con tres heridas del alma,
Dos,
quizá cicatrizando y una todavía doliente.
La
familia plena: sufre, llora, pero
implora del
Cosmos
infinito la generosidad de sus espíritus.
En
instante, ya alejados de los lugares fácticos,
El
esplendor espacial de grandiosidad
natural,
El
verdor incomparable arbóreo y el horizonte,
Complementan
el espíritu y alma en armonía,
De
las vivencias, la fortaleza máxima del
amor.
Es,
entonces, cuando se aproxima ya la calma,
Los
corazones se re-integran en los recuerdos,
Y
con profunda sensibilidad aunamos espíritus
Hacia
la consecución de añoradas felicidades.
JULIO
ERNESTO Y EDGAR EDMUNDO SALAS VITERI.
VILLA
HERMOSA, JUEVES 23 DE AGOSTO DE 2012.
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