ACTITUD DEL GOBIERNO

Cómo es de diferente la actitud del gobierno frente a la pequeña minería nacional y la gran minería trasnacional Carta del senador Jorge Enrique Robledo al Presidente de la República, Juan Manuel Santos, 29 de julio de 2013

 Señor Presidente: Debo expresarle mi total desacuerdo con la política minera del gobierno, política que se ilustra con una posición tan diferente frente a dos hechos simultáneos que son noticia en el país: el paro de los pequeños mineros artesanales y empresariales y la decisión democrática del pueblo de Piedras, en el Tolima, de decirle no a la gran minería. Porque es evidente que mientras el gobierno es duro, intransigente, con los pequeños mineros colombianos, a los que estigmatiza, no les atiende sus reclamos y reprime, es blando, flexible, con la gran minería extranjera, en cuya defensa ha salido el ministro de Minas a descalificar la consulta de los habitantes de Piedras, que en 98 por ciento rechaza la muy desproporcionada pretensión de la Anglo Gold Ashanti de transportar a lo largo de setenta kilómetros –de Cajamarca a Piedras– miles de millones de toneladas de rocas, para procesarlas con el agua de los piedrunos, a los que además les estropearán su territorio y les dañarán su vocación agrícola. En consecuencia, Señor Presidente, cordialmente, le solicito cambiar la política oficial frente a los dos tipos de minería existentes en el país, de acuerdo con la siguiente petición: Instruir a quien corresponda para que, cuanto antes, se atiendan las justas peticiones de los pequeños mineros aún en paro luego de trece días y cese la campaña de infundios de la Casa de Nariño para estigmatizarlos, presentándolos como criminales, cuando son colombianos de bien que defienden su inalienable derecho a trabajar, aun cuando no le guste a la voracidad de la gran minería extranjera. Anunciar públicamente que su gobierno respetará la voluntad democrática de los habitantes de Piedras –expresada por estos David contra Goliat, el alcalde municipal y el gobernador del Tolima– y que, en consecuencia, usted empleará su poder político para que dicha voluntad se convierta en realidad, así se perturbe la codicia insaciable de Anglo Gold Ashanti. 

 ¿Y los 
maestros? 
Francisco Torres, Bogotá, julio 28 de 2013 

 Se está conmoviendo Colombia en profundidad. Productores de todos los pisos térmicos, cafeteros, cacaoteros, paperos, paneleros, arroceros, maiceros y algodoneros han decidido paro nacional el próximo 19 de agosto. Ganaderos y lecheros de distintas regiones del país avanzan en la misma dirección. Pequeños y medianos mineros se encuentran en paro. Diez mil trabajadores de la multinacional carbonera Drummond votaron y comenzaron la huelga, otro tanto hacen doce mil obreros que construyen la refinería de Cartagena. Diversos sectores de la salud realizaron una gigantesca movilización y se aprestan al paro. Los estudiantes universitarios agrupados en la MANE se movilizan ese mismo mes de agosto. Persiste el paro en el Catatumbo. Ante este panorama de un país que comienza a comprender y a actuar contra las ruinosas consecuencias de la entrega de la soberanía nacional con los tratados de libre comercio y demás políticas neoliberales, el Gobierno de Santos echa mano de un socorrido expediente de la oligarquía: buscar un chivo expiatorio, el agitador profesional que en la oscuridad logra que cientos de miles de personas protesten contra un gobierno que, dicen los grandes medios de comunicación, todo lo hace por la felicidad de los colombianos. En esta ocasión le ha echado la culpa al senador Robledo y, de contera, al Polo Democrático Alternativo. Pero le ha salido el tiro por la culata, el país entero ha rechazado la burda maniobra, ha tenido que renunciar por las denuncias de Jorge Robledo y Wilson Arias a la embajada en Washington el doctor Urrutia y la repulsa al gobierno se ha multiplicado. Basta escuchar la temperatura de las redes y la rechifla a Santos en Cali si no fueran bastantes las decenas de miles de personas movilizadas. Y ante todo esa agitación se preguntan muchos, ¿y los maestros? ¿Dónde están los maestros de Colombia, decanos en marchas, autoridades en movilizaciones, curtidos en paros? ¿Será que están muy bien, sus peticiones resueltas, los acuerdos respetados? ¿Será que la educación pública se fortalece y mejora? Pues bien, los maestros de Colombia tenemos reclamos de meridiano derecho. La gravísima problemática de los servicios de salud; la burla de los acuerdos que firmó FECODE con el Gobierno de Santos en el marco de la negociación de un pliego de peticiones, expresada en la maniobra en el decreto sobre la prima de servicios, calculada para impedir que sea reconocido el retroactivo que se está solicitando en miles de demandas, entre otros orangutanes que le colgó; la no expedición del nuevo decreto para la protección de docentes amenazados y desplazados; y el no pago sin ninguna justificación de enormes deudas cuya legalidad no es sujeto de controversia. Más que justas son la movilización y la protesta. De hecho, en varios departamentos ya se han dado paros, marchas, plantones y tomas en rechazo al pésimo servicio de salud. Por eso los educadores colombianos vamos a realizar una gran movilización con toma de las capitales el próximo 1 de agosto como preparatoria del paro nacional. Queda en el campo del gobierno la decisión de si cumple los acuerdos que firmara en mayo, de si toma las medidas urgentes para resolver el inaplazable problema de la salud y de si paga lo que debe. Y a los maestros desde la Guajira al Amazonas, desde Arauca hasta el Chocó nos compete reverdecer la gloriosa tradición de lucha que heredamos de la heroica marcha del hambre, de los repetidos paros que conquistaron el Estatuto Docente 2277, de las batallas por el régimen especial y la Ley General de Educación. La conciencia, la disciplina y la alegría en la defensa de la educación pública y los derechos laborales del magisterio son imprescindibles en la situación actual.

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OFICIO DE GLORIA GAITÁN JARAMILLO.

¡Qué berraquera la de la oligarquía nuestra! ¡Tan habilidosa, maquiavélica y torticera!!! Con "vaselina" y mucho caramelo logró que en el imaginario guerrillero e izquierdista se aceptara que el conflicto que padecemos se inició con el nacimiento de las FARC. 


¡Qué berraquera de oligarquía la colombiana!!!: hábil, astuta, manipuladora, mentirosa y engañosa. No pierde una, mientras que la izquierda come cuento, halagada con el cascabel del protagonismo. Les meten en la cabeza que la historia comenzó con ellos.

Así, con esta treta de fijar la violencia solo desde hace 58 años se elimina la posibilidad - históricamente exacta - de que el surgimiento de la guerrilla es un justo acto de rebelión contra el Estado genocida que, deliberadamente, sistemáticamente y en forma generalizada, procedió a asesinar al pueblo que, desde 1946, con Gaitán a la cabeza, adquirió la dinámica suficiente para llegar, indefectiblemente, al poder, de no haber desatado la violencia la oligarquía.

Léanse, por favor, por favor, por favor, la Oración por la Paz que mi padre pronunció en febrero de 1948 en la Manifestación del Silencio en la Plaza de Bolívar de Bogotá. Allí señala DIRECTAMENTE AL GOBIERNO COMO GESTOR DE LA VIOLENCIA. Y dice textualmente dirigiéndose al presidente genocida Mariano Ospina Pérez: "Bien comprendéis que un partido que logra ésto (una manifestación gigantesca en absoluto silencio y disciplina) muy fácilmente podría reaccionar bajo el estímulo de la legítima defensa".

ESO FUE LO QUE SUCEDIÓ. EL PUEBLO EJERCIÓ LA LEGÍTIMA DEFENSA PARA DEFENDERSE DEL GENOCIDIO DE QUE ERA VÍCTIMA POR EL HECHO DE SEGUIR EL CAMINO QUE LE SEÑALÓ GAITÁN.

¿Acaso la familia de Manuel Marulanda no era gaitanista y por eso fue que se tuvo que ir al monte y así comenzó su lucha el propio Marulanda? Tratar de desvincularse del gaitanismo y enterrar la memoria de Gaitán, como lo ha querido promover Álvaro Uribe y las FARC no solo es un crimen a la memoria histórica ES UNA ESTUPIDEZ, que es lo que más rabia me da.

Porque la Declaración de Roma y de las Naciones Unidas avalan la REBELIÓN, que está a la raíz misma del origen de las FARC. Por ello el conflicto lo marca la oligarquía a partir de 1958 y la izquierda, como corderos, aceptan semejante trampa. 

La Revista Semana se pregunta si los dirigentes de las FARC deben ir a la cárcel o al Congreso. Pues si no fueran tan ingenuos y la oligarquía tan habilidosa, reconocerían que el conflicto comenzó como un CRIMEN DE ESTADO en 1946 y que, en consecuencia, el Estado DEBE PEDIR PERDÓN y reconocer que la guerrilla es el fruto de un acto de REBELIÓN, legitimado internacionalmente como acto en defensa de la vida.

¡Qué desesperación, ver a nuestra oligarquía tan astuta y a la izquierda y a la guerrilla comiéndose el veneno envuelto en grandes dosis de estímulo a la vanidad y al ego, pensando que la historia del conflicto comenzó con ellos!!!!!! ¡Qué desesperación que pierdan el argumento de la rebeldía!!!! 

TENGO 75 AÑOS Y EN ELLOS HE VIVIDO DIRECTAMENTE LA ASTUCIA DE LA OLIGARQUÍA QUE MANEJA LA VANIDAD DE LOS DIRIGENTES DE IZQUIERDA PARA TIRARSE TODO PROCESO REVOLUCIONARIO. 

La fuerza de Gaitán radicó en que no se dejó envolver en las jugadas mañosas y torticeras de la oligarquía, porque su amor por el pueblo era MUY SUPERIOR a su ego.

Anexo la carta que hace tiempo escribí sobre este mismo tema pero que ha caído en el vacío. ¡Que astuta es nuestra oligarquía! Hasta llega uno a valorar (no a apreciar) su capacidad de maniobra.

Con desesperación, Gloria Gaitán



Colombia

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  • Julio Ernesto Salas Viteri Felicitaciones por aclarar la verdad y por su valor ante las oligarquías dominantes y de FALSA DEMOCRACIA.

PERIODISMO Y PENSAMIENTO


  1. Los periodistas evidencian, sin lugar a dudas, la situación actual de Colombia y debe significar para todos los lectores la necesaria actitud de lucha que debemos asumir para cambiar este País, para la creación de una nueva Patria, plena de DEMOCRACIA, con Libertad, con Justicia, con igualdad, con unidad, con amor y ¿por qué no, con perdón?. Es hora de liberarnos de las minorías oligárquicas dominantes; de las empresas extranjeras que explotan nuestro territorio con la anuencia de nuestros gobernantes de turno; de liberarnos de los Imperios, como el de Estados Unidos e Israel. De imponer nuestra SOBERANÍA. Utilicemos todos los medios a nuestro alcance, menos los violentos. Tengamos el valor de nuestros periodistas críticos, quienes nos muestran la verdad.

    Escuchemos a nuestra gran líder GLORIA GAITÁN JARAMILLO en sus denuncias, en el blog siguiente.

     Recordemos a nuestro mártir GAITÁN y revitalicemos sus ideales, Él está vivo, igual que Bolívar, que el Che-Guevara, que Salvador Allende, que Sandino, que Chávez y muchos otros mártires de nuestra Historia de crímenes, resultantes de las minorías oligárquicas quienes han gobernado, con FALSAS DEMOCRACIAS, nuestro País.

    Lean Culturalibrosyletras@gmail.com para que conozcan mucho más de lo que en este blog se publica. Afíliense a la Revista Cultura & Letras, att.: JORGE CONSUEGRA que les permitirá, ampliamente, conocer la realidad de nuestro País.


    O BRASIL E O COMUNISMO QUE NÃO HÁ.

    Periodismo y pensamiento
    O Brasil e o comunismo que não há.
    Por: Marcelo Carneiro da Cunha/ Tomado de Terra.com
    Gente há, e muita gente, que simplesmente não se contenta com o que a realidade e a padaria da esquina têm para oferecer, ah, não. Eles buscam e encontram novas e maiores emoções simplesmente as inventando. Não é uma beleza de sistema?
    Não estou contente com a ideia de que o mundo tenha surgido em um enorme Bang, vou lá e invento Deus e o Silas Malafaia. Não satisfeito em me maravilhar com o fato de que, de algum jeito, a vida sobre o planeta e a Jéssica Alba tenham acontecido, invento vida em outros planetas, civilizações geniais que atravessam a galáxia simplesmente para comprar cigarros e abduzir idiotas terrestres. Por sinal, um congresso de abduzidos acontece nesse mês de junho. Sim, é verdade. Em Florianópolis, onde mais?
    Não satisfeitos em viverem em uma democracia razoavelmente plena, apesar do Congresso que colocaram ali em Brasília, esses mesmos descontentes profissionais vão e deliram um suposto complô do governo petista de transformar o nosso país tropical em uma imensa Cuba, uma vasta Coreia do Norte, uma grande e petrolífera venezuela chavista.
    Esse pessoal, estimados leitores, é uma parada.
    O governo Lula promoveu alguns dos maiores avanços no Brasil, tanto no plano institucional como no plano econômico. Foi nesse período que saltamos do décimo quinto ou sexto lugar para o sétimo na economia mundial, na maior fase de geração de riqueza e renda que o país já viveu. Esse período viu acontecer a maior expansão do crédito para pessoas físicas e jurídicas da nossa história. Crédito, estimados leitores. Isso lhes parece, de alguma maneira, uma atividade comunista?
    A Polícia Federal foi reforçada, o Ministério Público idem, e nunca tivemos tanta investigação sendo feita de maneira razoavelmente independente. Tentem fazer algo assim em Cuba ou na Venezuela pra ver o que acontece. A imprensa é livre pro que der e vier, e seus proprietários desejarem. Comunismo, só na mente de funcionamento quântico do Reinaldo Azevedo e do Olavo de Carvalho, lembram dele?
    O que essa gente, digamos, pensa?
    O Brasil pode ser muitas coisas, e é, mas nenhuma delas rima com comunismo, socialismo, bolivarianismo, ou praticamente qualquer outro ismo. O Brasil é um país de economia capitalista, onde o Estado, por decisão soberana dos eleitores brasileiros, é um agente importante e definidor. Não somos neoliberais, não somos liberais, e gostamos de um governo forte e atuante. Se isso é bom ou mau, a discussão é outra.
    O Brasil é uma democracia bastante consolidada, na qual um Executivo poderoso e centralizador, e um Judiciário bastante independente governam enquanto o Legislativo sarneia, por vontade própria.
    O Brasil de hoje é consequência do Brasil do passado, e esse Brasil sim, pelo menos uma partezinha dele, pensou em ser comunista. O resultado se expressou na cacetada aplicada ao país inteiro pela ditadura civil-militar de 1964. Não sabemos o que teria acontecido se aquela partezinha tivesse vencido, como venceu em Cuba. Não sabemos porque ela não venceu, e não sabemos se havia a menor chance de ela ter vencido.
    Particularmente, duvido. Nossos comunistas tinham o brilhantismo intelectual e a firmeza de espírito de um Vanderlei Luxemburgo, na opinião desse zagueiro. Não teriam ido longe, de qualquer maneira. Muitos dos apoiadores eram idealistas que queriam livrar o país de suas mazelas, e viam no discurso comunista uma alternativa possível. Isso aconteceu no mundo inteiro e era uma busca honesta, que se mostrou, como tantas outras, falida, tanto onde aconteceu como onde não passou de busca.
    O projeto era autoritário, ditatorial, e não teria dado certo. Mas ele nunca chegou a acontecer, e portanto, estamos no território complicado das conjecturas impossíveis, como um Corinthians e Boca com um juiz livre de miopias eletivas ou não.
    O que sabemos que houve foi uma ditadura civil-militar que ocupou o país por vinte anos e saiu de cena. O mérito brasileiro, e ele existiu, foi ter eliminado todos os partidos envelhecidos do mundo pré-64, e criado forças mais modernas e capazes de levar o país em frente. Na Argentina, por exemplo, isso nunca ocorreu e todos podemos ver o resultado.
    Esses partidos do Brasil pós-ditaduras são tão controversos quanto o país, mas são, essencialmente, fruto do desejo por democracia de quem passou tempo demais sem ela. São eles que nos governam, e com eles temos, de um jeito ou outro, avançado.
    Esse discurso tolo sobre o novo comunismo brasileiro não passa do contrário. Do incômodo de setores atrasadíssimos diante dos avanços que, de um jeito ou outro, vivemos.
    O Brasil é, sempre foi, e não sei até quando vai ser, uma tranqueira. Mas ela é a nossa tranqueira, como nunca foi. Ela nunca foi de tantos, nunca foi tão claramente o que é. Talvez isso incomode, mas, como sabemos ou sentimos, não existe outro jeito de se ir em frente. É simples assim, e mais nada.

    Desde Nod
    Educación: ¿preocupación o bla-bla?
    Por: Alejandro García G.
    Este 17 de mayo, era noticia que una madre de familia informó a la policía que grupos estudiantes de los colegios INEM del Tunal y José María Córdoba –ambos de Bogotá- habían establecido un “acuerdo” para encontrarse y pelear. En uno de esos grupos se hallaba su hijo y ella quería evitar peores daños sobre él. La alertada policía actuó de manera diligente y oportuna esta vez, y encontró allí armas blancas, drogas sicoactivas, licor y armas de fuego. Los telenoticieros nocturnos mostraron el hallazgo.
    Desde hace dos semanas circula la noticia –escándalo nacional- de que en Medellín “se puso de moda”, entre algunos grupos de estudiantes adolescentes, la llamada “ruleta sexual”: se reúne un grupo de adolescentes de ambos sexos; los integrantes varones prueban a penetrar a una de sus compañeras, al parecer por sorteo entre ellas y sin condón. La prueba consiste en que cada varón debe ser capaz de resistir más tiempo la penetración sin eyacular, porque quien lo haga pierde la apuesta. Como resultado, ya hay una adolescente embarazada. Quizá por discreción, no se ha señalado públicamente el nombre del establecimiento, aunque el correo de las brujas vuela.
    También en las semanas anteriores, se presentó el video de unas adolescentes de un colegio de Bucaramanga peleándose en grupo, revolcándose en el suelo.
    Algunos de los telenoticieros tienen su consabido experto-a, quien en apurados segundos debe intentar una disertación, en este caso educativa o similar. Ellos hacen lo que pueden y alguno quizá lo logre. La mayor frecuencia de conclusiones a las que llegan ellos, o los periodistas que dan la noticia, es que los maestros deben ser más responsables con sus estudiantes. Algunos se arriesgan a señalar responsabilidades a los padres de familia. Aquí se suspende el “análisis” y se pasa a otra noticia igual o más escabrosa, entre el cansancio del final del día del televidente y su adormecimiento.
    Nadie se atreve a correr el peligro de responsabilizar la dupla modelo de Estado-modelo educativo, y menos en TV. Nadie se atreve a señalar que es esta diabólica dupla la responsable de que los grupos sociales hubiesen perdido el tejido que los unía. Menos, que la desintegración social es causa y efecto –en un círculo vicioso- de más desintegración familiar, que a su vez causará más daño al tejido social.

    El Estado se nos destruye en pedazos y a los responsables de esa destrucción no les importa nombrar como Gran Juez de una Gran Corte a un individuo que estafó a su cliente –una viuda- siendo abogado. A casi nadie nos importa observar al ejército y la policía, ayudando a cargar la pobreza y la tristeza en sus espaldas de ciudadanos inermes, para escapar de la furia de los delincuentes en las comunas de Medellín, quizá los mismos, o sus descendientes, que otrora fueran llevado allí en otra controvertida “operación” (2002); el ratón cuidando el queso. A casi nadie nos indigna que nuestras Fuerzas Armadas, a cuya salvaguarda está la protección de la soberanía y la seguridad del Estado, lleven meses y no hayan sido capaces de descubrir quién –presuntamente de entre sus filas- cometió no sé si la indiscreción o la traición a la patria –repito, no lo sé- de revelar a un ilustre colombiano un secreto militar.

    Hay hipocresía en los medios para señalar como responsable, a los responsables del diabólico modelo del Estado, reproductor del modelo educativo; Estado al que cada día se le cuelgan más normas para producir más renta para unos pocos, con el perjuicio de separar cada día más a padres e hijos –tejido familiar- y ampliar la brecha ricos-pobres. Lo más fácil es decir lo que la audiencia está acostumbrada a escuchar y que desea volver a oír: la culpa es de todos los maestros y de algunos padres de familia.

    Un Estado de modelo neocapitalista dependiente no puede exigir un modelo educativo ejemplar, así todos sus maestros fueran ejemplares. 22.V.13
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    viernes, 26 de julio de 2013 | Filed Under Periodismo y pensamiento | Leave a Comment


    PERIODISMO Y PENSAMIENTO
    En Colombia se ejerce el periodismo bajo intimidación, advierte el CPB 
    Tomado de Reporteros Asociados del Mundo. El poder de intimidación de varios órganos del Estado, de organizaciones criminales y grupos armados, tiene en vilo el ejercicio pleno de la libertad de prensa y de expresión en Colombia.
    La Asamblea General del Círculo de Periodistas de Bogotá, CPB, reunida el 6 de julio de 2013, llama la atención de la opinión pública nacional e internacional sobre los hechos que en los últimos meses han atentado contra los medios de comunicación, el libre ejercicio del periodismo, el derecho al trabajo y la libertad de expresión. 

    En primer lugar, la persecución desatada contra la Directora del Noticiero Noticias Uno, medio ganador este año del Premio CPB a la Libertad de Expresión. 

    La sala penal de la Corte Suprema de Justicia, según denuncia Cecilia Orozco Tascón, la amenazó a ella como Directora de Noticias Uno y columnista del diario El Espectador, con adelantarle un proceso judicial a raíz de los informes del Noticiero y de sus columnas en El Espectador sobre el comportamiento de algunos magistrados, quienes han presionado su salida de los medios en que ella ejerce el periodismo. 

    Haciendo uso de ese mismo poder intimidatorio, la Contralora General de la República, Sandra Morelli, presiona ante los jueces que deben fallar tutelas interpuestas contra la misma periodista.
    Siguen en la impunidad los asesinatos y las amenazas criminales a los periodistas en Colombia, como el ataque armado a Ricardo Calderón de la revista Semana, que demuestran el empeoramiento de las condiciones para el libre ejercicio del periodismo en el país, mientras el Procurador General de la Nación, Alejandro Ordoñez responde a las críticas que se le hacen desde los medios de comunicación, agraviando a los periodistas colombianos bajo el señalamiento de ser drogadictos. 

    Recientemente ha aflorado el espionaje en las salas de redacción sobre los contenidos próximos a ser publicados en los medios. 

    El caso de Teleantioquia, en Medellín, hizo visible ante la opinión pública los lineamientos políticos que deben seguir los periodistas para conservar el empleo en los canales regionales de televisión, administrados bajo los intereses de los gobernadores departamentales, de los diputados y de sus partidos. En Telecafé ocurrió algo similar que desembocó con el retiro del director del noticiero, William Restrepo y algunos de los periodistas. La Autoridad Nacional de Televisión guarda silencio frente a estos casos. 

    Los ataques judiciales contra el ejercicio periodístico se refleja igualmente en el incremento de las denuncias por injuria y calumnia, herramientas legales que penalizan la libertad de prensa y de expresión, de las que se valen corruptos y personajes con poder político para intimidar periodistas y columnistas. 

    De otra parte, el CPB expresa preocupación porque algunos medios de comunicación están eliminando la reportería para maximizar utilidades a costa de la calidad y la independencia de periodistas sometidos al miedo a perder su remuneración. 
    El CPB destaca que a pesar de las condiciones actuales, el Presidente de la República, doctor Juan Manuel Santos, en actitud ejemplarizante frente a los mandatarios de naciones vecinas, ha dado un primer paso en defensa de la libertad de prensa al pronunciarse verbal y públicamente contra un artículo de la Reforma Carcelaria que establecía la censura para las entrevistas a personas detenidas. 

    Esa clara y decisiva posición del jefe del Estado también debería impulsar desde su alta investidura la modificación de decretos y de leyes mediante los cuales se restringe el acceso a documentos públicos y a algunas fuentes; leyes como la de Inteligencia y el decreto que autoriza la interceptación de llamadas telefónicas y de correos. 


    Santos garantiza libertad de prensa y niega que su gobierno esté “chuzando” periodistas 
    Tomado de Reporteros Asociados del Mundo. 

    El Presidente de la República, Juan Manuel Santos, ratificó hoy su compromiso personal y el de su Gobierno con la libertad de prensa, a tiempo que negó que el ejecutivo este realizando interceptaciones telefónicas a periodistas o contradictores. 

    “Lo que si no puedo tolerar es que a este Gobierno el vayan a decir que en alguna forma nosotros estamos ‘chuzando’ periodistas o ‘chuzando’ contradictores, porque esa no ha sido ni será la norma de mi Gobierno”, expresó el primer mandatario. 

    Sólo defendió las restricciones que se han aplicado a la divulgación de información sobre las negociaciones de paz con las Farc en Cuba. Al respecto señaló que divulgar información sobre acuerdos parciales de las negociaciones de paz sería conveniente para los enemigos del proceso. 

    En opinión del jefe del Estado, noticias sobre acuerdos parciales “pueden ser fácilmente manipulados e interpretados en forma equivocada para envenenar el proceso, como está sucediendo”. 

    Las precisiones las hizo el jefe del Estado en una intervención en el Foro Nacional Libertad de Prensa y otros derechos, que convocó la Fiscalía General de la Nación, en la cual sostuvo que las autoridades están brindando protección especial a 90 periodistas y todos aquellos que lo requieran recibirán medidas de seguridad y y se reforzarán en los casos en que sea necesarios. 

    Santos indicó que la Fiscalía cuenta con el Gobierno y todos los estamentos del Estado “para que lleguemos al fondo de ese asunto”. 

    Santos subrayó, además, que el Gobierno está comprometido con perseguir cualquier amenaza contra la prensa y los periodistas, y proteger el libre ejercicio de la libertad de expresión. 

    “Lo que quiero dejar muy claro es que nosotros aquí en este Gobierno estamos más que dispuestos, totalmente comprometidos, a ir al fondo de cualquier asunto que vaya en contra de ese derecho fundamental de los colombianos a estar bien informados”, expresó. 

    Recordó que durante su ejercicio como periodista trabajó por la libertad de expresión, limitada por gobiernos de la región en ese entonces, y fue directivo de la Sociedad Interamericana de Prensa. 

    “Y aquí en el país, siempre, ¡siempre!, he estado al lado —cuando hay que tomar algún tipo de decisión— al lado del periodismo y al lado de la libertad de prensa. Porque además ahí nací, eso lo llevo en las entrañas”, agregó. 

    Subrayó que “por eso en este Gobierno —y en eso quiero también ser muy claro— no hay ningún tipo de persecución ni de ‘chuzadas’ a ningún periodista ni a ningún contradictor”. 
    Recordó que cuando era Ministro de Defensa promovió una investigación por intercepciones telefónicas ilegales que condujo a la destitución de trece generales de la Policía y se refirió a denuncias sobre posibles hechos similares. 

    “Eso es demostración de mi absoluto y total compromiso con defender al periodismo y a sus libertades. En este Gobierno nadie puede decir que nosotros hemos hecho algo en esta dirección de tratar de controlar a los periodistas, tratar de espiarlos, de chuzar”, sostuvo. 

    Dijo que le pidió al Fiscal General de la Nación, Eduardo Montealegre, y al Procurador, Alejandro Ordóñez, investigar las denuncias recientes se investigue a fondo y no se detenga en ninguna etapa. 

    “Y eso es lo que estamos haciendo con el señor Fiscal y con el señor Procurador, porque lo que si no puedo tolerar es que a este Gobierno el vayan a decir que en alguna forma nosotros estamos ‘chuzando’ periodistas o ‘chuzando’ contradictores, porque esa no ha sido ni será la norma de mi Gobierno”, dijo. 

    Así mismo, declaró que considera que la crítica es fundamental. 

    “Y que los periodistas sientan que hay un Gobierno que no los va, en ninguna forma, a perseguir o a tomar ningún tipo de represalias por sus críticas. Todo lo contrario, yo lo que hago es estimular la crítica”, puntualizó el Presidente Santos. 

    Proceso de paz 

    De otro lado, el presidente Santos se refirió a la molestia causada entre los medios de comunicación por la falta de divulgación de información de los avances del proceso de paz con las Farc en Cuba y advirtió que divulgar información sobre acuerdos parciales “pueden ser fácilmente manipulados e interpretados en forma equivocada para envenenar el proceso, como está sucediendo. El solo hecho de hablar de algún tema, muchos lo manipulan, lo toman y lo tergiversan”, consideró el Mandatario durante el Foro Nacional Libertad de Prensa, Debido Proceso y otros derechos, organizado por la Fiscalía General de la Nación. 

    El Jefe de Estado subrayó que “en ese proceso, el papel de los medios también es muy importante” y añadió que “la responsabilidad de cada periodista juega un papel fundamental”. 

    “En ese proceso el papel de los medios es también muy importante su responsabilidad: qué publica y qué no pública. Muchas veces cuando no hay información oficial, sino información de las partes —acuérdense del ejemplo de Israel y los palestinos—, pues la contraparte también va a querer manipular la información y dar todo tipo de señales, que en el fondo pueden entorpecer o dificultar el proceso mismo”, indicó. 

    Así mismo, el Presidente Santos les recordó a los periodistas, ante su molestia por la falta de divulgación de información de los avances del proceso, que desde el inicio del proceso las partes acordaron discreción, como una de las características de la mesa de negociación y se decidió “que los acuerdos a que llegáramos no serían públicos, sino en los casos donde, de mutuo acuerdo, las dos partes decidieran como excepción hacerlos públicos”. 

    Al referirse la responsabilidad que tienen los periodistas con la información, el Mandatario les recordó que las Farc hacen manifestaciones para “ganar espacio”, pues creen que hablando todos los días van a convencer a la opinión pública nacional e internacional. 

    “Se equivocan. Hablando todos los días lo que hacen es que se equivocan. Pero muchos periodistas toman lo que ellos dicen como si ya eso fuera algo que fuera a suceder en el proceso”, indicó. 

    “Nada está acordado hasta que todo esté acordado, fue una modalidad que impusimos desde el principio y la vamos a mantener”, puntualizó el Presidente de la República. 
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    sábado, 20 de julio de 2013 | Filed Under Periodismo y pensamiento | Leave a Comment


    CPB RECHAZA AMENAZAS A PERIODISTAS EN CÓRDOBA Y CESAR

    CPB rechaza amenazas a periodistas en Córdoba y Cesar 
    Tomado de Reporteros Asociados del Mundo/ Bogotá. El Círculo de Periodistas de Bogotá, CPB, rechaza las amenazas que han recibido en las últimas horas los periodistas Herlency Gutiérrez (RCN Radio); Jaime José Daza (Maravilla Stereo); Damaris Rojas (periódico Al Día Valledupar); Renier Asprilla (El Heraldo), Katia Ospino (Noticias UNO y CM&), Óscar Arzuaga (La Tribuna del Cesar de Radio Guatapuri), Ubaldo Anaya Flórez (Noticiero RPT), Martín Mendoza (Caracol Televisión y periodista judicial de El Pilón), efectuadas por Ejército Anti restitución de tierras, porque cubren temas de orden público y judicial y en los dos últimos meses han publicado noticias relacionadas con restitución de tierras a las víctimas.

    Los periodistas amenazados han sido declarados objetivo militar y tienen 24 horas para salir de la ciudad, hecho que deja al descubierto el peligro que corre esta profesión en Colombia. 

    Ese mismo grupo delincuente había amenazado a algunos líderes de tierras en ese departamento. Estas amenazas suceden después de que la Unidad de Reparación a Víctimas celebrara un evento de restitución de tierras, encabezado por el presidente Juan Manuel Santos, en el corregimiento de Santa Paula, en el departamento de Córdoba. 

    Este es un nuevo atentado contra la libertad de prensa , señaló William Giraldo, Presidente del CPB y advirtió que en el país se siguen presentando este tipo de denuncias de manera permanente, violando los derechos de los comunicadores en el país. 

    El CPB rechaza abiertamente estas amenazas y hace un llamado a las autoridades gubernamentales para que se investiguen de inmediato estos hechos y se proteja la vida de los colegas, quienes han cumplido con el deber de informar los hechos que acontecen en estos departamentos. 

    Señaló William Giraldo que el CPB estará atento de las investigaciones que adelantan las autoridades competentes, para velar por la defensa de los derechos de los periodistas y en particular por el de la libertad de prensa en Colombia. 


    Memoria de la masacre de Trujillo 
    Personaje: la partera 
    Por: Orinson Perdomo 
    Que no me diga tía, cuantas veces se lo he dicho, que no me diga tía, que esa palabra se me clava en el alma, hiere mis entrañas y es como un alfiler asesino y traidor.

    Cuantas veces, desde esta muerte he vuelto a empinar la voz, para decirle, para decirles que por todos los santos del mundo, no me digas Tía, palabra puente del engaño, golpe de voz traicionera y asesina, por que así fue, con esa palabra después de unos golpes a mi puerta, todo se derribo: la puerta, la casa y la dignidad de la vida. 

    Por eso, por el amor de dios, por mi memoria, por la posible presencia y memoria de mis atormentados días, no me digas tía. 

    Y recuérdalo bien, no me digas tía, ahora, que como muchos, ahora que como muchas volvemos a hablar desde la muerte. 
    Y recuerda que de alba en alba, que de aquella oscuridad sembrada en la madrugada del 1º de abril de 1990, en la masacre de La Sonora, obra de ejército y paramilitares, siempre hablaré, siempre hablaré desde la voz de los ausentes, siempre hablaré desde la voz de mi hija que aún resiste y sobrevive. 

    Por eso Berenice, diles que no me digan tía y relata lo que en La Sonora y en Trujillo es hoy para la humanidad vergüenza, dolor e indignación. 

    Y no olviden que el pasado de los humildes es como una canción trunca y que de alba en alba se nos escapan las palabras, la calma huye, ya no hay sosiego en la noche campesina, la calma huye y la esperanza de la travesía hacia tus manos, hacia los afectos, hacia la solidaridad y el respeto a la vida, muere, muere, desaparece. 

    La realidad vive como una serpiente incorpórea, como un relámpago que nos quita todo, que nos niega el cielo, la tempestad es la atronadora voz del odio humano que masacra la noche, esa serpiente de los poderes es una voz traidora, es un cuerpo y muchos cuerpos decapitados; es la noche donde las horas son afilados y equivocados cuchillos, es el fusil, la motosierra, el uniforme, la bota con su marcha de cuartel agazapado, el machete con el que nos despellejan, es la piel de la vida, la del cuerpo y la del alma que nos quitan. 
    Que no me digan tía, por que esa palabra es la anticipación del resuello, la agonía, el dolor, los gritos apagados por la noche y las ráfagas inclementes. 

    Que no me digan tía por que esa palabra antecede y mata toda posibilidad de calma, mata el sueño, los deseos, la esperanza y niega mi vocación por propiciar el parto de la vida, siempre la vida, que no me digan tía por que esa palabra es el pacto y el parto de la muerte.

    Cuéntales Berenice, que el tañido de las campanas ya no llaman a nadie, ya no llaman a Dios, que el tañido de las campanas es grito mudo, apagado en la noche, es un presagio fúnebre, que va del foso al crucifijo sordo, del crucifijo a los cadáveres, de los cadáveres a la incontenible muerte, de los cadáveres a la noche que muere infinitamente. Las campanas y su tañido se derriban con la esperanza y Dios al llamado de hombres y mujeres y al llamado de las campanas no asiste, así el estado y la justicia. 

    Por eso no me digas tía, que no quiero de nuevo caer en el mar de la destrucción de la memoria.

    Dónde estaba Dios, dónde la iglesia, dónde estábamos, que hacíamos, qué territorio habitábamos, por qué nos condenaron al paraíso por un instante y a la muerte no pedida por toda la eternidad, por qué Dios se volvió lluvia, clamor desatendido, noche cómplice, sangre ávida de sangre, hambre voraz de odio, relieves de terror; y yo aquí en esta ausencia no pedida.

    Que no me digas tía que voy de un luto, de luto en luto no pedido, que no me digas tía que voy por la senda del dolor. “Voy de regreso/ al negro limbo,/la historia/ no escrita de nuestras tensiones./ Aquí yacen los muertos/ en una jerarquía de pequeñas derrotas/.”

    De esta oscuridad como golpes infames a la puerta relata Berenice dale mas voz a mi voz, une tu voz a mi voz, ahora que vuelvo de la muerte. 

    Si señoras y señores, así ha quedado patentado el testimonio de lo que sucedió en La Sonora en 1990, y halla voz y letra en 1995, en el documento “Sangre de mártires semilla de esperanza: construcción de cuerpo y memoria tras la masacre de Trujillo”. 

    Yo Berenice, sobreviviente de todas las Masacres y de todos los olvidos, les refiero que : “En la masacre de Sonora fue desaparecida la partera del municipio, María Esther Cayapú Trochez, mujer de origen indígena que un año tras había defendido a su hijo de la agresión de un policía en la marcha campesina”. 

    Y como hija puedo contar: 
    “El día primero llegaron un grupo de hombres que empezaron a llamar a la puerta diciendo “tía, ábranos” (…)
    Mi mamá María Esther Cayapú de Arboleda respondió que “quienes eran”. Uno de ellos respondió “soy Cruz. Ábranos o, si no, tumbamos la puerta”. 

    Abrimos y la casa estaba rodeada de militares, entre 8 y 10 con armas largas, uno encapuchado(…)

    Uno de ellos le dijo a mi mamá que si yo también, y dijo que no, que ella, refiriéndose a mí, “se queda con los chinitos”, y si no también la echábamos.” 

    Por eso, no me digas tía esa palabra esta empobrecida por su mal uso, carece de honradez, de transparencia, carece de música, ya no tiene música, ya no es la música que es conocimiento, amor a la vida, amor, armonía, puente para integrarnos y ser otros, por eso Berenice por tu dignidad, por tus testimonios de muertos y desaparecidos volveremos a la vida, a la memoria de los colombinos que se resisten a todas las muertes y ven con dignidad la vida. 

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    martes, 9 de julio de 2013 | Filed Under Periodismo y pensamiento | Leave a Comment


    TRAFUGARIO
    “El general tiene toda la razón” 
    Por: José Óscar Fajardo 
    Exactamente el domingo pasado en las páginas editoriales del periódico El Tiempo, el General Oscar Naranjo, exdirector de la Policía, hizo un comentario tan acertado que a mí me pareció, no solamente lapidario sino digno de un sesudo análisis. Dice el General: “Por fortuna, día a día pierde aceptación la tesis política de que la delincuencia es una expresión natural de la pobreza, pues nada más arbitrario que graduar injustamente a los más humildes de criminales, desconociendo que una de las razones causales de la inseguridad y la violencia no es la pobreza, sino la exclusión social”. Y que los grandes criminales de este país no son exactamente los vaciados. Frase que no atinó a acotar mi muy acertado General. Por su parte el escritor antioqueño Fernando Vallejo, en una de sus primeras novelas publicadas en un mamotreto de cinco, no recuerdo en cuál, el excéntrico novelista afirma categóricamente que los principales problemas de casi todos los países son los generados por los pobres. No por la pobreza en general, sino por los pobres, aclara. Hay un escándalo callejero porque ha pasado algo y es que un pobre acaba de cometer un delito, palabras más, palabras menos, así enfatiza. 

    Para mí, un modesto terrenal, la frase más contundente escrita por García Márquez, de tantas, y que aparece en El Otoño del Patriarca, dice así: “…Y se repartirán la patria entre los gringos los ricos y los curas y los pobres seguirán como siempre porque el día que la mierda tenga algún valor los pobres nacerán sin culo”. A su vez las sagradas escrituras vaticinan, promisoria, blancuzca y soporíferamente que, “Bienaventurados los pobres porque de ellos será el reino de los cielos”. Chanfle. Y como Colombia es un país extremadamente verraco para exportar personal humano, no científica, tecnológica ni intelectualmente, sino drogas heroicas, rateros, sicarios y putas, que lógicamente provienen de esa franja de pobres de la que habla el escritor Vallejo, y que ya llega sin misericordia estatal al 32% de los 47 millones de almas que pernoctan en este paraíso terrenal, y en donde se expanden por el medio ambiente como un gas, algo así como 12 millones de colombianos que según el PNUD, sobremueren en las más paupérrima miseria con menos de un dólar al día los que mejor están. Eso que Colombia tiene un territorio más grande que cualquier país europeo exceptuando a Rusia y a Ucrania, y costas sobre dos océanos y bla bla bla como lo enseñan en los colegios. 

    Por eso me pareció importantísimo lo que afirma el General, porque el problema en realidad no nace en las toldas de una clase pobre y pauperizada. O mejor, más desgraciada. En ese mismo periódico y ese mismo día, en otro artículo aparece un gráfico estadístico donde fragmentan el país socio-económicamente así: Los verdaderos ricos el 2,5% de la población. 33% de pobres en estado de indefensión. Un 30.5% de clase media que está que se tambalea, y un 34% de pobres en grave peligro de caer en el combo del lumpen de los arrasados. Pero como es un 2.5% de la población la que manda en la Nación y los que en realidad se reparten la parte más voluminosa de la marrana burocrática, entonces el General tiene toda la razón. Es la exclusión, la no participación de los bienes del Estado, y no los pobres, lo que ocasiona la desgracia de la mayoría de los colombianos. Es la corrupción enquistada dentro de la Administración, y no los pobres, los que tienen a este país con semejante tuberculosis social. 

    Agreden equipo periodístico en Bogotá y Cali. En los mismos hechos queman y atacan los vehículos de prensa 
    Tomado de Reporteros Asociados del Mundo.

    En la noche del jueves, un equipo periodístico de RCN que cubría un procedimiento de la Polícia, al parecer de contrabando de ropa en la localidad de Tunjuelito, al sur de Bogotá, fue agredido por un grupo de jóvenes del sector que minutos antes había sostenido disturbios con el Esmad de la Policía por el operativo. 

    El equipo periodístico, integrado por Javier Patiño, Pedro Ruíz, José Goyeneche, Luís Bergaño y Alex Gerchar, estaba enviando el material que habían grabado de las protestas que se presentaron en el lugar para el noticiero internacional, y “un grupo de muchachos que aprovecharon que ya se había ido la autoridad y estábamos solos, hicieron vandalismo contra la camioneta que se encontraba identificada con los logos del canal, le prendieron fuego y se llevaron algunos aparatos que encontraron allí. Dos de nosotros alcanzamos a recoger una parte del equipo y otros dos nos subimos a otro carro que no está identificado como del canal; los muchachos empiezan a lanzar piedras”, aseguró Javier Patiño, periodista de Noticias RCN. 

    En diálogo con la Federación Colombiana de Periodistas, la oficina de Comunicaciones de la Policía Nacional lamentó los hechos e informó que ante el llamado de los comunicadores, los uniformados regresaron a la zona rápidamente para protegerlos. Por su parte, el coronel Gustavo Franco, reiteró el ofrecimiento para acompañar los equipos periodísticos y evitar actos vandálicos que afecten la libertad de prensa y que pongan en riesgo la vida de los profesionales. 

    El mismo día, y en hechos similares, dos periodistas y un fotógrafo del periódico Q´hubo, resultaron heridos cuando el vehículo en que se transportaban fue atacado por varias personas en el Distrito de Aguablanca, en Cali, Valle del Cauca, cuando cubrían el homicidio de un hombre que se encontraba en una cancha. 

    “Intentábamos salir del lugar y unas treinta personas rodearon el vehículo, nos agredieron verbalmente y luego con piedras, patadas y puños. Como no pudieron detener el vehículo, rompieron los vidrios, me generaron heridas en el rostro, y además, las esquirlas le produjeron contusiones leves al fotógrafo y a mi compañero periodista”, dijo el reportero Darwin Dávila. 

    La Federación Colombiana de Periodistas lamenta que sumándose a los recientes hechos de amenazas e intentos de homicidio, se presente una creciente intolerancia de sectores de la población civil que en medio de tensiones sociales agreden a periodistas. 

    La hostilidad contra los comunicadores refleja un ambiente de indiferencia sobre el contexto de violencia que padecen los periodistas en Colombia, con graves consecuencia al del derecho de la sociedad a estar informados. Instamos a las autoridades a garantizar la libertad de prensa, a investigar y judicializar a los responsables de estos repudiables hechos. 
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    jueves, 4 de julio de 2013 | Filed Under Periodismo y pensamiento | Leave a Comment


    ESTO DICE LA LETRA MENUDA DEL PROYECTO DE REFORMA DE LA SALUD
    Por: Juan Gossaín/ Tomado El Tiempo. 
    Juan Gossaín presenta informe sobre la iniciativa que radicó el Ministro de Salud. 

    “Según los resultados de la Encuesta Gallup de abril, ocho de cada diez colombianos desaprueban la forma como se enfrentan los problemas de la salud y piensan que las condiciones y su calidad están empeorando. Tristemente es el campo peor evaluado, por encima de la guerrilla, el narcotráfico, la inseguridad y el desempleo”. (Editorial de EL TIEMPO, domingo 5 de mayo de 2013). 

    Aunque ustedes piensen que es imposible que Colombia tenga un sistema de salud más lastimoso que el actual, los proyectos de reforma que se encuentran en el Congreso de la República podrían sacarnos de Guatemala para meternos en Guatepeor. Si se los digo no es por dañarles el día, ni por bajarles el ánimo, sino porque durante largos meses me he tomado el trabajo de leer con cuidado una maraña de documentos, revisar papeles interminables y consultar a un batallón de especialistas. 

    Para empezar por el principio, no deberíamos hablar del proyecto del Gobierno sino de los proyectos del Gobierno del presidente Santos, que radicó simultáneamente en el Senado dos propuestas distintas: una de ley estatutaria y otra ordinaria. La primera, que fue concebida por lo que se conoce como “la comunidad científica”, pretende definir el ámbito del derecho a la salud. La segunda, que sería una ley corriente, fue iniciativa del propio Gobierno, a través del ministro de Salud, Alejandro Gaviria. 

    Y aunque el ministro dijo ayer que se la jugará por defender con vehemencia la iniciativa de ley estatutaria, tras presentar 18 artículos con base en la propuesta de la Junta Médica Nacional, lo cierto es que el proyecto de ley ordinaria sigue su curso y empezará a ser debatido la próxima semana. 

    Lo inaudito es que entre los dos proyectos hay artículos que son abiertamente contradictorios. ¿Cómo puede uno entender que el Gobierno le monte un sabotaje a su propia propuesta? Por una sola razón: porque el proyecto estatutario, obra de los médicos, es mucho más sólido y pertinente que la propuesta ordinaria del Gobierno, y proporciona un marco más serio para el posterior desarrollo de las normas ordinarias. 

    Esa es la razón por la cual en este trabajo periodístico el análisis se concentra en los desatinos de la propuesta ordinaria del Gobierno. 

    Las EPS seguirán mandando 
    Comencemos de una vez, porque son inagotables las preguntas que lo asaltan a uno. En el proyecto de ley que preparó el ministro Gaviria no se eliminan las cuestionadas Empresas Promotoras de Salud, EPS, esas compañías tanto públicas como privadas que han provocado incontables escándalos con el manejo de la plata del ciudadano y por los abusos cometidos. 

    El ministro habla de unas nuevas entidades “gestoras” de salud, a las que se otorgará la facultad de atender a pacientes tanto del régimen contributivo como del subsidiado. Esas gestoras quedan autorizadas para organizar las futuras redes de servicios que atenderán a la gente. 

    Lo malo es que el proyecto no impide que las EPS se transformen en gestoras, y de esa manera pasen de manejar la plata de los usuarios, como lo han hecho hasta ahora, a ordenar cómo debe manejarse esa plata. ¿O el Gobierno es tan ingenuo que cree que las EPS se van a quedar de brazos cruzados, viendo a otros apoderarse del negocio? 

    En ese punto, los entendidos tienen fundamentos para sospechar que lo que está proponiendo el Gobierno es un maquillaje: cambiarles el nombre a las EPS, que tienen tan mala fama. “Es un cambio de letrero”, me dice un especialista en administración hospitalaria, que pide mantener su anonimato. “Es la misma jeringa con diferente bitoque”. 

    –No le quepa duda –añade el médico Alonso Gómez, un respetado exministro de Salud–. Según el proyecto, las EPS podrán transformarse en gestoras o en prestadoras de servicios médicos de primer nivel. Agrega que no administrarán dineros del sistema. Pero, más adelante, el artículo 27 las autoriza para “apoyar a SaludMía en los procesos de afiliación y recaudo”. Recaudos. Entonces, ¿manejarán recursos o no? Contradicciones como esa abundan en el proyecto. 

    ¿Quién podrá defendernos? 

    El que viene a continuación es uno de los temas más delicados que encuentro en el proyecto gubernamental. Resulta que hoy en día, por lo que dice la Constitución Nacional, por lo que ha sentenciado repetidamente la Corte Constitucional y por mandato legal, los recursos del sistema de salud son considerados de naturaleza pública, lo cual permite que la autoridad de control fiscal pueda investigar y enjuiciar a quienes hagan uso indebido de ellos. 

    Esa es la razón, a propósito, por la cual la Contraloría General de la República adelanta varios procesos contra personas o entidades privadas y públicas, entre ellas Saludcoop y Caprecom, acusadas de desviar o malversar esa plata. O de apropiársela, para decirlo francamente. 

    Cómo les parece que en su borrador de nueva ley el Gobierno propone la creación de un organismo, llamado SaludMía, que reemplace al Fosyga en la tarea de pagarles a las empresas prestadoras del servicio. Sin embargo, agrega que, apenas salgan de las manos de SaludMía, esos dineros dejarán de ser públicos para convertirse en privados.
    ¿Quién investigará, entonces, a los nuevos defraudadores? ¿Y a los viejos? Las actuales investigaciones tendrían que suspenderse de inmediato. “Si eso se aprueba, los dineros de los usuarios quedarían por fuera del control fiscal”, como lo advirtió ante el Congreso una representante a la Cámara llamada Gloria Stella Díaz. 

    Dicho sin más rodeos: los ladrones ya no tendrían necesidad de robarse los recursos de la salud, porque la reforma se los estaría regalando de entrada, servidos en bandeja de plata. 
    ¿Cómo se llama eso? ¿Consagración legal de la impunidad? 
    El sistema de salud colombiano mueve al año 44 billones de pesos. No se sabe cuál es el interés del Gobierno en que se acabe el control fiscal sobre semejante montaña de plata. Si se la han robado a pesar de los vigilantes, cómo será el festín de los buitres cuando nadie los esté mirando. 

    –El Fosyga tenía tantas funciones que no pudo cumplirlas –comenta el doctor Gómez–. Lo mismo va a pasar con el nuevo fondo SaludMía: tendrá que compensar, recaudar, afiliar a 47 millones de usuarios, pagar alrededor de 40 millones de procedimientos cada mes y deberá controlar mensualmente las afiliaciones y las incapacidades en todo el país. La creación de SaludMía será, como usted dice, un paso que nos llevará de Guatemala a Guatepeor. 

    Vuelve la burra al trigo 

    Les pongo otro ejemplo para que me entiendan. A medida que avanzo en el examen de estos documentos, cada hallazgo es más sorprendente que el anterior. La redacción es confusa. Las imprecisiones campean en el proyecto, que, a lo largo de todo el texto, sufre un ataque crónico de vaguedaditis. 

    Recuerdo perfectamente que hace casi tres años escribí en estas mismas páginas una crónica en la que contaba que los políticos de departamentos y municipios mandaban a Bogotá unas listas tan largas de enfermos imaginarios, para cobrar los subsidios de la salud, que en algunas de ellas había más gente que la población completa del municipio entero. 

    El asunto llegó a tales extremos de corrupción que modificaron el sistema para evitar que los llamados “entes territoriales” siguieran manejando ese dinero, porque, simple y llanamente, lo estaban saqueando. 

    Sin embargo, el capítulo cuarto del proyecto elaborado por el Gobierno determina que esas mismas entidades territoriales serán en adelante “los agentes encargados de financiar y gestionar las acciones de salud pública”. Para justificarlo, el Gobierno inventa unas zonas del país llamadas “áreas de gestión sanitaria”, cualquier cosa que eso signifique. 

    En otras palabras, estamos regresando al pasado con todos sus horrores. Vuelve el agua al molino. Pregunten ustedes cuánta plata asignaron desde Bogotá, a finales del año pasado, para que municipios y departamentos previnieran el dengue. Pregunten cómo se usó esa plata, ya que el propio Instituto Nacional de Salud ha reportado que los muertos por dengue se triplicaron, comparados con los de igual período del 2012. 

    ¿Por qué, entonces, y después de haber controlado ese cáncer, el Gobierno viene a proponernos ahora que volvamos a él? ¿Por complacer a congresistas, disputados, alcaldes, gobernadores, concejales? ¿Por qué? ¿Para que apoyen la reelección? 

    Hablemos de clínicas 

    A lo largo de los años se ha demostrado, con abundancia de ejemplos, que el compadrazgo entre las empresas privadas de salud y numerosas clínicas ha causado un daño terrible a los ciudadanos y a las propias finanzas del sistema. Hoy esas empresas, a través de lo que se conoce como “integración vertical”, controlan casi todas las clínicas donde deberían atender a sus pacientes. O son suyas, o de sus empresas subsidiarias, o de sus parientes. 

    Lo decepcionante es que la reforma propuesta por el Gobierno, en su artículo 32, mantiene intacto ese mismo vínculo vicioso entre las clínicas y las nuevas “gestoras”, que en apariencia sustituirán a las EPS. Lo que se persigue con eso, naturalmente, es seguir impidiendo, como ha pasado hasta ahora, que el ciudadano escoja la clínica que le provoque. 

    Intentan, además, que los colombianos no consuman servicios de salud y no les ocasionen “tantos gastos” a los empresarios. Lo inexplicable son las razones del Gobierno para participar en esa manipulación. 

    –No sé cuáles sean –me responde un antiguo viceministro–. Pero la única manera de desarrollar un buen régimen de salud en Colombia es que, con la historia clínica de cada quien incluida en un sistema de computador en línea, el paciente pueda escoger libremente su médico y su clínica. 

    Si a los servicios de medicina general les permitieran abrir sus consultorios los fines de semana, y en horarios nocturnos extendidos, se descongestionaría la cantidad de consultas, disminuiría el tiempo de espera para una cita y podría remediarse la incontenible presión de los usuarios sobre las secciones de urgencia, que se están cerrando de manera acelerada en todo el país. 

    –Hoy –comenta el exfuncionario–, esos servicios primarios están secuestrados por las EPS. Y lo peor es que con la reforma seguirán secuestrados por las nuevas gestoras de salud. 

    El ratón y el queso
    Miren esto: como ya dije arriba, la reforma propone eliminar el organismo denominado Fosyga, que redistribuye los recursos del sistema de salud. El proyecto dice que, mientras inicia su trabajo el fondo que lo sustituye, llamado SaludMía, las EPS y las nuevas gestoras de salud “podrán adelantar dichas funciones”. ¿Qué sentido tiene insistir en que el ratón siga cuidando el queso? 

    Si las EPS fueron el principal responsable del desastre del sistema, y ocasionaron el desvío y la pérdida de cifras billonarias, ¿por qué se les entregan, precisamente a ellas, y aunque sea temporalmente, las tareas del organismo que habrá de reemplazarlas? Esa es una de las contradicciones más monumentales en el proyecto del Gobierno. 

    Las nuevas EPS, que en adelante se llamarán “Gestoras de Salud”, seguirán siendo el ratón: contratarán la red de servicios, definirán cuánto pagan por eso y, además, auditarán las cuentas. Serán, pues, juez y parte. La reforma tampoco dice con base en qué tarifas se definirán los pagos por servicios prestados. Usuarios, médicos y trabajadores de la salud seguirán siendo el queso. 

    –El Gobierno debería recordar que la calentura no está en las sábanas y que la crisis del sistema no se resuelve vendiendo el sofá –comenta el exministro Alonso Gómez–. Las resoluciones, decretos y leyes aprobados hasta ahora no apuntan a resolver el problema, sino a corregir algunas alteraciones. Pañitos de agua tibia.
    El doctor Gómez agrega que, desde hace veinte años, vivimos en una situación caótica: “Complicaciones con los servicios médicos, con los servicios hospitalarios, con los servicios farmacéuticos y, como si fuera poco, complicaciones recientes con la educación médica”. 

    Dosis y cucharada 

    El que viene a continuación es uno de los aspectos más inquietantes de la reforma presentada por el Gobierno. Se trata, nada menos, que del cubrimiento a que estaría obligado el nuevo sistema de salud. 

    Días antes de ser radicado el proyecto de ley ordinaria ante el Congreso de la República, los ministros de Salud y Hacienda concedieron una rueda de prensa para explicar sus alcances. Allí dijeron que, para reemplazar al Plan Obligatorio de Salud (POS), la reforma crearía uno nuevo, llamado MiPlan, que cubriría todas las necesidades de salud de los colombianos. Aclararon, sin embargo, que habría una lista de servicios excluidos a los que, por tanto, el sistema no atendería. 

    Los ministros no aclararon cuáles serían esas excepciones, y muchos ciudadanos pensaron que, ante esa situación, seguirá la avalancha de tutelas que los colombianos emplean para defender su derecho a la salud. Aunque en el proyecto se mencionan unos “criterios para definir exclusiones”, y se advierte que para tomar tales decisiones deberá garantizarse “la participación social”, lo cierto es que el texto no especifica cuáles serían los servicios excluidos: ni medicamentos, ni intervenciones ni procedimientos médicos. Ingenuo que es uno, me sentí dichoso de que así hubiera sucedido. Por fin un servicio completo. 

    No obstante mi alegría, la verdad es que me carcomía un reconcomio de periodista ante tantos equívocos. Algo estaba pasando. Comprendí que la cosa no es tan fácil ni tan inocente. “En todo esto hay una dosis de redacción confusa revuelta con una cucharada de malas intenciones”, me advirtió otro especialista en políticas de salud. 

    Ustedes, usuarios resignados, dirán que eso no es nada nuevo y que es lo mismo que ocurre hoy con el llamado Plan Obligatorio de Salud (POS), que está lleno de trampas para no cubrir las necesidades de la gente. No, no es lo mismo que el POS: es peor. Ya se los explico. 

    Cacería contra la tutela 

    La tutela ha sido, sin lugar a dudas, uno de los mejores inventos de la Constitución del 91. Ante una justicia viciosa, como la colombiana, la gentecita acude a ella para defender sus derechos. Me gustaría saber cuántos enfermos se han salvado gracias a la tutela. 

    Las normas vigentes, como la famosa Ley 100 de 1993, definen la salud como un “servicio público esencial”. El adjetivo que acabo de subrayar (“esencial”) tiene un valor extraordinario: significa que ese servicio está relacionado con un derecho fundamental, es decir, un derecho consagrado en la Constitución Nacional. Un derecho intocable. 

    Para proteger esos derechos, los ciudadanos acuden a la tutela. Acudían, mejor dicho, porque ahora, al revisar con pinzas de joyería el proyecto de reforma gubernamental, encuentro que el artículo 2 dice: “Ámbito de la ley. La presente ley regula la forma en que el Estado organiza, dirige, coordina y controla la prestación del servicio público de salud y los roles de los actores involucrados”. 

    ¿De modo que de aquí en adelante la salud será solo un servicio público simple, común y corriente, como la recolección de basuras? ¿Por qué le quitan ahora la palabra “esencial”, que tiene desde hace veinte años? ¿Para que deje de ser un derecho constitucional y la gente no pueda poner su tutela? ¿Qué dice la Corte Constitucional? 

    Ya lo saben: los pobres, a seguirse muriendo en la puerta de los hospitales. Lo mismo de siempre, repetirán ustedes, que nunca se indignan ni protestan. Sí, pero esta vez ni siquiera tendrán el consuelo de entablar una tutela, como antes. “El Gobierno debería entender que la verdadera solución social consiste en crear un plan único para ricos y pobres”, me dice el exministro Gómez. 

    ¿La reforma no tiene nada bueno? 

    Esta letanía se está volviendo interminable. Por eso, buscando algo positivo, le pregunto a un viejo amigo, que fue superintendente de salud, si este proyecto de reforma no tiene nada bueno. Le pido que me señale tres o cuatro ángulos beneficiosos. 

    –Es imposible hacerlo –responde él, sabiamente– sin tener en cuenta el contexto de la ley, su cuerpo completo. Cada ley debe examinarse como un todo, como un conjunto, y no a retazos, con pedacitos buenos y pedacitos malos. Yo solo puedo valorar ese proyecto en forma integral. Eso es lo que me permite concluir que en poco o nada mejorará la situación de los pacientes. 

    Un exsecretario de la alcaldía de Bogotá, reputado como perito en la materia, coincide con la opinión anterior, a cuyo autor no conoce, y lo explica con un ejemplo gráfico. 

    –Es muy buena la idea de irrigar la plata de la salud hacia departamentos y municipios –dice–, pero sin quitársela de las manos a la politiquería no servirá de mucho. Que las EPS no controlen más la plata del sistema es excelente, ¿pero para centralizarla en una sola mano, la del Ministerio de Salud, que es dominado por los políticos marrulleros? 


    Epílogo con bambuco 
    Finalmente, hay que hacerse esta pregunta, una más, muchas más: ¿quién garantiza que con esta nueva reforma el pueblo colombiano podrá gozar, por fin, de su derecho a la salud? 

    Varios ejemplos recientes no dejan espacio para el optimismo. Por el contrario. Los aspectos más importantes de la Ley 1122, que también reformó el sistema en el 2007, nunca merecieron una reglamentación del presidente Uribe, no obstante contener evidentes beneficios para los ciudadanos. Se quedaron en el limbo. Cuatro años después, en el 2011, se aprobó la Ley 1438 con los mismos propósitos. El presidente Santos también se hizo el de la vista gorda y tampoco hubo reglamentación alguna. 

    Por lo menos en eso, los señores Uribe y Santos parece que estuvieran de acuerdo. 

    A punto ya de terminar estas anotaciones, recuerdo que, por allá en los años 40, durante la violencia entre los dos partidos políticos, los campesinos del Tolima recogían las cosechas mientras iban entonando una parodia de aquel bambuco famoso: 

    Ganen los conservadores / o suba el liberalismo, / que pa’ joder a los pobres / todos resultan lo mismo. 
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    miércoles, 3 de julio de 2013 | Filed Under Periodismo y pensamiento, Salud | Leave a Comment


    SOBRE ÁLVARO URIBE VÉLEZ
    Por: Héctor Abad Faciolince 

    SI EL EXPRESIDENTE URIBE pensara y escribiera bien podría dedicarse, como Lleras Camargo, Lleras Restrepo o López Michelsen, a opinar en los periódicos, o a escribir sus memorias. Pero Uribe no es un hombre de pensamiento, sino un hombre de acción. 

    Si el ex presidente Uribe amara la música, la poesía o la literatura, podría encontrar un puesto en alguna fundación de apoyo a la cultura, como Belisario, pero acabó con la Sinfónica de Colombia y la Banda Nacional, o si amara las artes plásticas, podría coleccionar buena pintura, como César Gaviria. Pero al ex presidente Uribe no lo conmueve la novela, no le interesa el arte, y la poesía que le gusta es la de Robledo Ortiz. 

    Si le gustara el trago, podría consolarse, como Valencia, con unos aguardientes, pero el ex presidente es abstemio. 
    Si fuera el ex presidente, al menos, un mujeriego, podría anular su matrimonio, como hizo Turbay, e irse de Embajador al Vaticano con una nueva esposa bien joven, que le hiciera masajes en los pies.. Pero al ex presidente no le interesa la lujuria. 

    Si le interesara la filología podría escribir un diccionario, como aquel otro Uribe, Uribe Uribe, o traducir la Eneida, como Caro. Si le gustara la comida, si tuviera sentido del humor, podría al menos dedicarse a comer, y a contar chistes, como Samper. Pero se sabe que Uribe ni siquiera entiende los chistes. 

    Si tuviera buenos amigos, podría viajar contento por cientos de países, en compañía de otros jubilados jóvenes, como Pastrana. Pero él no tiene amigos, sino aliados, que más que amarlo le temen. 

    Entonces, como el ex presidente Uribe sólo tiene el vicio incurable del poder, la adicción al mando, la costumbre irrefrenable de llevar siempre las riendas, las espuelas y la fusta, entonces ahí lo tendremos, vociferando en Twitter, enviando comunicados de muy dudosa lógica jurídica o política, rojo de indignación, verde de rabia, enfermo de ira, regañando a los columnistas, insultando a los jueces, manoteando contra los traidores, aconsejando exilios a sus ex funcionarios (no para protegerlos sino para que al fin, en la desesperación de los interrogatorios, no acabe por zafárseles la verdad). 

    Porque la verdad monda y lironda es que el DAS dependía y depende de la Presidencia de la República. Y los del DAS pusieron micrófonos en la sala de la Corte Suprema, para oír ilegalmente sus deliberaciones. 

    Si el FBI o la CIA hubieran hecho esto en Estados Unidos, las consecuencias para el gobierno que hubiera instigado semejante insulto se oirían durante siglos. No es posible chuzar a la Corte Suprema y luego pretender que la Corte Suprema se cruce de brazos. Porque ordenarles a los servicios de inteligencia chuzar a los altos magistrados y a los principales periodistas y opositores políticos del país es un delito más grave, muchísimo más grave que el escándalo de Watergate. 

    ¿Por qué se va al exilio la señora Hurtado? Para no tener que decir de dónde venía la orden de oír a los jueces, a los políticos y a los periodistas, ya que confesar esa verdad era lo mismo que poner una lápida en su pecho. Mejor callada en Panamá que acorralada aquí entre la pared de la verdad y la espada del miedo. 

    Uribe y sus aliados son poderosos, pero hoy son los huérfanos y las viudas del poder. Nosotros, los periodistas, podemos convertirnos en los altavoces, en los amplificadores de sus rabietas y diatribas, o simplemente dejarlo que grite y vocifere a solas en su Blackberry. 

    Tenemos la tentación de seguir en ese ambiente crispado, lleno de rabia y adrenalina al que nos acostumbró su gobierno... Pero lo más sensato sería hundir el botón de &#8220mute&#8221 cuando estos cruzados del odio vociferan, e insultan. Ya pasamos esa página, ese trago amargo. 

    No le demos más prensa ni le prestemos más atención a tanta rabia. Bajémosle la fiebre a todo esto hundiendo ese pedal que en el piano se llama sordina. Que grite solo.. Y preguntémonos en silencio, simplemente, de cuando en cuando, por qué no se callará. Porque eso sería lo mejor para todos: que se callara. 

    P.D.Si usted es incondicional de Alvaro Uribe no lo reenvíe porque a usted no le conviene que se sepa la verdad ...pero si este documento es REVELADOR colabore a difundir una verdad.
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