QUIERO VIVIR, JAMÁS MORIR.




  Q U I E R O V I V I R, J A M Á S M O R I R




Quizá insignificantes deseos magnificentes,
Fortalecen mi corazón al devenir esperado
E impulsan mis deseos de más vivir soñando,
Que nunca llegará el fin trágico del sarcófago.

Valdrá decir quizá “la esperanza nunca muere”,
Oh! Grandiosidad de la vida por vivirla toda ya,
Sin ocasos, sin mentiras, sin olvidos, solamente,
Vivir y nada más que vivir, nunca jamás morir.

La gratitud de los años transcurridos no refleja,
El querer innato, sofisticado de una experiencia,
Sólo muestran vivencias, actos quizá no deseados
Y buscan apresuradamente la muerte equivocada.

Pronto ha llegado el momento de la comprensión
Y la certidumbre de las formas de contemplación,
De continuidad infinita, sabia y eterna del espíritu
Transcendiendo la muerte para poder vencerla.

Allá en las instancias más lejanas del cosmos vivo
Están expresados deseos infinitos de permanencia
Congruencias posiblemente de inagotables locuras
Que animan, cada vez más, la continuidad de vida.

Entonces, Por qué pensar la muerte si todo está,
Planteado en el querer ser, el deber ser de vivir,
Hasta que el pensamiento termine de dilucidar,
Esto que siempre ha de ennoblecer la permanencia.


Esto que infinitamente deseamos nunca acabe,
Esto que nos induce a escribir sofisticadamente
El sueño interminable de la esperanza de vivir,
Esto que jamás nos hará morir y ausentar muerte.



JUSAVÍ.


Chachagüí, 13 de Julio de 2013.












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