F R A N C O A M A N E C E R
La noche brilla en el espacio del contornar horizonte,
Las estrellas aún hasta el amanecer resplandeciente,
Alumbran con su transparencia, iluminación infinita,
El día llegado de la mente viva, lúcida y
fulgurante.
La soledad impregna el espíritu quizá ya decadente,
La virtualidad del saber con intensidad comprometido
Más no silencioso con el canto de las aves
dulcificante
Del nuevo día que inspira otras armoniosas melodías,
Horadando la profundidad de un nuevo acontecer.
La belleza, el verdor y múltiple colorido de las
plantas
Insinúan la bondad del sendero que debemos caminar,
Con nuevas esperanzas, del deber ser próximo a vivir
Y retorna entonces cual naturaleza que permanente,
Retoma otra vez por toda la cotidianidad a transcurrir.
Vuela en el cosmos la feliz frugalidad de un
intelecto
Que aspira a detener la muerte infatigable ya vecina,
Testimoniando la existencia dispuesta a continuar
Sin que aflore alguna huella dispuesta para luchar.
Es el camino intenso, franco, quizá ya sin límites,
Que nos apresura a buscar en lo poco que nos resta,
La sabiduría y la fortaleza que antes abandonamos
Y hoy incansablemente ansiamos buscándola lograr.
A veces pronto, otras tarde, pero todo re-amanece
Y emprendemos sorprendidos la procura de otro día,
Que brille, trascienda, que nos impulse hasta el
final
Y nos permita en la humilde letra seguir viviendo.
JUSAVÍ.
Chachagüí, 13 de julio de 2013
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