PARAÍSO UNIVERSAL





         PARAÍSO UNIVERSAL


En mis noches virtuales de ensueño,
transito por los senderos iluminados
por noches estelares y diáfanas
conducentes a espacios infinitos.

Los caminos floridos, amplios y felices
comunican la veracidad del mundo,
de aquel que vivo, no obstante la tragedia,
la explotación de un hombre por otro hombre.

Inmensidades galácticas de travesía,
impulsan imperantes la espiritualidad,
de lecturas indescriptibles de los mundos,
suscitando dolor y desespero del mío.

Mas la gloria de vivir esta eternidad,
excitan la comprensión del espacio,
del mundo terráqueo que me despierta
para comprenderlo como Paraíso del Universo.




JUSAVÍ

Chachagüí, 23 de Julio del 2015.

HIJOS DE LA INCONTINENCIA





Hijos de la
Incontinencia




Julio Ernesto Salas Viteri






Windmills International Editions Inc.
California - USA – 2015




Hijos de la Incontinencia
Autor: Julio Ernesto Salas Viteri
Writing: 2014
Edition Copyright 2015: Julio Ernesto Salas Viteri
Diseño de Portada: WIE
Dirección General: Cesar Leo Marcus

Windmills International Editions Inc.

ISBN 978-1-

Renuncia de Responsabilidad
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DEDICATORIA
A todos aquellos hogares
que hubiesen caído en desgracia
por la irresponsabilidad de sus actos.




















Julio Ernesto Salas Viteri

Nació en Pasto, Nariño, Colombia, el 13 de Junio de 1938.
Estudios Universitarios en las Universidades de Nariño, de Pasto, en la Santiago de Cali, de Cali (V) y en la San Buenaventura de Bogotá. Realizó varios cursos de mejoramiento académico en las universidades mencionadas.
Profesor TITULAR e Investigador en la Universidad de Nariño
Es MAGISTER en Etnoliteratura en la Escuela de Posgrados de la Universidad de Nariño.
Producción Investigativa y Literaria: Investigaciones varias en el contexto de la Etnoliteratura: Mitos, Leyendas, Décimas, Coplería, etcétera. Escritor en las áreas de la Poesía, el Relato y la Novela.
Publicaciones:
-Breves anotaciones Etnoliterarias en Condagua, Putumayo.
-Tras la Literatura Oral del Pacífico, Barbacoas, Nariño.
-Múltiples trabajos en diferentes revistas y periódicos.
-Publicaciones de relatos y Poesía en varias revistas.
-Contextura e Interpretación Simbólica de la Décima Popular en Tumaco.
-Senderos Inmortales del Recuerdo
-La Manigua, Embrujo Selvático

PREÁMBULO.

“Nada de lo que es humano en ti me es extraño”, una frase aparentemente manida, pero de un profundo sentido, manifiesta quizá hace dos milenios y retomada también por el filósofo Kant y existente desde la filosofía de Jesús. Publio Terencio Africano y otros tantos la refirieron.
“La vida humana es una sola: siempre sagrada. El que la toca abusivamente, el que la viola sangrientamente, me ofende y me lastima a mí: nada humano me es ajeno”.
La situación de esta familia no es común y es, sin lugar a dudas, de sufrimiento, muy dolorosa, más aún con el conocimiento de lo real, tal vez en los mejores días de la existencia humana, la juventud. Conocer, a través de la ciencia quién no es su padre, por intermedio del ADN, es una resultante que tiene que angustiar al conjunto familiar, así sea que de tres hijos, por lo menos uno llevase el apellido que le ha sido asignado.
El contexto familiar, a la hora de la verdad, es mayor. Todos, Leonidas, Natalia junior, Paulina ya tienen descendientes. Una de estos cambió ya su apellido por el de su madre, no podía ser de otro modo. Muy triste saber que su abuelo, por parte de padre, es desconocido, que no sabe realmente quién fue, cuál fue su apellido.
Será esta la narración que hace referencia a este tipo de familias en que importa más el reto sexual sin compromiso, que el responsable, en virtud de quienes sucederán a sus padres y toda su descendencia. Todo por la “INCONTINENCIA”
DISCUSIÓN.

La Literatura nunca puede ser ajena al concepto de la realidad.
Jamás se separa de esta; está como el cordón umbilical que une al hijo con su madre, unida a lo real, pero sin admitir su separación porque representa simbólicamente el mundo, las indefinidas lecturas de los creadores, de quienes son sensibles al proceso total de la humanidad.
“Si se admite -lo que no es necesario- que el discurso literario constituye una clase autónoma en el interior de una tipología general de los discursos, su especificidad puede ser considerada o como el objetivo último (que no se logrará sino por etapas) de un meta-discurso de investigación, o como un postulado a priori que permite suscribir por adelantado el objeto de conocimiento buscado.
Según R. Jakobson, quien ha optado por esta segunda actitud, el objeto de la ciencia literaria no es la literatura sino la literariedad, es decir, lo que autoriza a distinguir lo que es literario de lo no-literario.
2. Ahora bien, la mirada, aunque superficial, que el lingüista puede aplicar a los textos llamados literarios, bastará para persuadirlo de que lo que se llama FORMAS LITERARIAS (figuras, procedimientos, organizaciones discursivas y/o narrativas) no tienen nada de específicamente LITERARIO, pues ellas se encuentran en los otros tipos de discursos.
La imposibilidad de reconocer la existencia de leyes o, incluso, de simples regularidades que serían propias del discurso literario ha obligado a considerar el concepto de literariedad -en el marco de la estructura intrínseca del texto- como desprovisto de sentido y a conferirle, en desquite, el estatuto de connotación social (si bien es verdad que esta varía según las culturas y las épocas: un texto reconocido como religioso en la Edad Media es tenido hoy como literario); esto quiere decir que la literariedad debe ser integrada en la problemática de las Etno-teorías de los géneros (o de los discursos)”

(Griemas y Courtés)
Fuente(s):
Fuente(s):ffyl.uncu.edu.ar

ESTRUCTURA Y CORRECCIÓN:

GONZALO JIMÉNEZ MAHECHA.
Profesor Filólogo en la Universidad de Nariño.
Pasto, Nariño, Colombia.

CLAUDIA LORENA SALAS ROSAS,
Licenciada en Filosofía y Letras en la Universidad de Nariño.
Pasto, Nariño, Colombia.






INDICE


Hijos de la Incontinencia... 09

Cita con la Muerte... 25

Pirucha y la Muerte del Ribiel... 29

Alternativas Ideológicas... 35

Aprender, Naturaleza Intrínseca Del Ser... 43

Prohibir y Sancionar... 48









Hijos de la Incontinencia

Jamás en la existencia de la humanidad el hombre, si bien podría ser culpable de su muerte, nunca lo será de su nacimiento. Este puede darse en cualquier tiempo, lugar y disfrutar o no de medios. El niño siempre será inocente, pero un día, “la naturaleza no perdona”, sabrá todo de su ser, de su origen y hasta de sus padres.
Cuando los hijos crezcan reconocerán todo de sus padres, preguntarán cotidianamente de su padre si a su lado no lo ven, o de su madre. Es inevitable este suceso y es precisamente el caso de esta familia.
Por allá en los años cincuenta o antes del siglo pasado, como tantas otras, había una familia, no suficientemente acomodada, pero que gozaba de sus hijos y con ellos vivía aparentemente feliz.
Una de ellas, Natalia, cerca de los dieciséis años de edad, más o menos agraciada, pero coquetica, era, talvez, la más perseguida por los hombres en una época en que, no podríamos equivocarnos al llamarla del machismo imperante, eran dominadores de las niñas que aún no abrían suficiente los ojos para defenderse.
Es que no solamente se trataba de asumir una posición defensiva en contra de los malditos cazadores de impúberes. Se trataba de que en el hogar predominasen los verdaderos valores fundamentales de la formación humana, fincada en la niñez y, excepcionalmente, por la época aludida de la orientación ética y moral de los adolescentes.
Esta niña dejaba mucho que desear; quizá en ella se daba la carencia, tanto de lo uno como de lo otro, que al fin de cuentas se contextualizan en un solo criterio. De ese modo era presa fácil de los irresponsables, unos quizá, otros no, posiblemente sólo incontinentes, ante la facilidad encontrada y quienes, cumplida su mala acción,  abandonaban a la ofendida; pero con ninguna responsabilidad de brindar, por lo menos, su apellido; si lo hacían, al resultado de sus actos, sus hijos.
A la edad de dieciséis años, como se ha dicho, se ha entregado ya al primero que le pintó pajaritos de oro en el aire. Lastimosamente allí no terminó su acción deshonesta y siguió con otros hasta quedar embarazada. A esta edad tuvo su primer hijo varón a quien bautizó con el nombre Leonidas y el apellido del último hombre con quien se había acostado: Bastidas, posiblemente pero nada asegurable.
Obvio es pensar que sus padres sufrieron inmensamente por la actitud de su hija, no obstante, la ayudaron y su niño creció alentado y muy despierto en el seno del hogar de sus abuelos, consentido especialmente por su abuelo.
Daba la impresión de que estaban muy felices con su nieto y evidentemente lo demostraban a diario. Jamás podrían imaginar que su niña siguiera pasos equivocados y que el padre del niño hubiera sido con el único que tuviese relaciones.
El desenfreno, la intemperancia, la liviandad o la lujuria; la lascivia, la sensualidad, el desbordamiento, la concupiscencia, como se quiera llamar; la deshonestidad y la obscenidad, impresiona que fuesen  el comportamiento sexual de esta niña.
Así descrita al poco tiempo quedó embarazada de otro bebé y su recibimiento ya no fue el mismo que se había brindado al primero. La niñita, resultado de otra relación no podía ser culpable absolutamente de nada, pero sus abuelos no tuvieron en cuenta esto y muy resentidos y llenos de rabia echaron de la casa a Natalia, acción, desde todo punto de vista equivocada, porque, quieran o no, estaban cohonestando con la inmoralidad de su hija.
Esta actitud no significaba otra cosa que empujarla a seguir el camino errado. No en procura de poner remedio a las acciones equivocadas, sino por el contrario, a su continuidad.
No le quedaba otro remedio a Natalia, dejando su hijo en poder de los abuelos, que buscar quien la acogiera en su hogar porque de sus canallas poseedores no podía esperar nada. Por fortuna su hermana mayor, quien la acogió con cariño, sin que su esposo se hubiese opuesto, le brindó todo el apoyo posible, desde luego exigiéndole el comportamiento digno para vivir en su casa.
Su segunda hija fue bautizada con su propio nombre y de apellido Santisteban. Natalia junior también creció rápidamente y muy vivarás; no podía negarse su gracia y de esperar que cuando fuese señorita sería muy bonita. En realidad el tiempo no se equivoca y determina sus favores a quien desea hacerlo.
Transcurría el tiempo aparentemente sin dificultades y con buen comportamiento por parte de Natalia. Mas nada es seguro cuando las personas han caído constantemente en el error y actúan solamente por el incontinente deseo de estar con un hombre, para lo que no hace falta pensar quien actúe, también de igual manera.
La verdad de una sociedad en la que impera más el libertinaje que la verdadera libertad está dada por las cotidianidades de sus componentes y jamás es posible olvidar la frase de que contra la naturaleza nunca se lucha porque “La Naturaleza nunca Perdona” y esta, aunque no fuera una acción en contra de la positividad nata, si iba en contra vía de las normas que rigen una sociedad, muchas veces equivocadas.
Por otra parte su personalidad, lo fue siempre desde temprana edad, difícil de entender; era impositiva, creía y cree aun solo en su razón, piensa que la manera de pensar no debe ser cuestionada por nadie. Su integridad psico-somática es lamentable, quiere empujar a sus propios hijos a lo negativo, en ella no hay valores, más allá de lo suyo.
Toda su vida, su existencia estuvo ligada a su temperamento incorregible, impulsivo, convencida de que todos, en especial sus hijos, deberían someterse a sus caprichos, nunca aceptó el error, quizá fue para ella el camino seguido el correcto, el justo y no le importaron jamás los demás. No hubo preocupación del cuestionamiento que hiciesen los otros.
Igualmente que antes y relativamente en períodos cortos de vida, quedó otra vez en embarazo. Para esta dama no había significado ningún sufrimiento tener en sus entrañas a sus hijos durante nueve meses y continuar, podría decirse, el camino de la perdición, obviando que lo perdido no es el ser como tal, es la sociedad corrupta que conduce a sus asociados a lo negativo.
Nació Paulina, otro ser inocente de las acciones de una madre incontrolable en el sexo y quizá, por el momento histórico, incapaz de procurar medios que le evitasen los estados difíciles de preñez. Paulina se apellidó Cárdenas y como sus hermanos, también crecía hermosa; parece que la naturaleza defendiera ostensiblemente a estas criaturas inocentes de su existencia.  No podía ser de otro modo, su conformación anatómica, física, era apta para la procreación. Nunca se supo de embarazos difíciles.
Es la hija que lastimosamente, en principio, se somete a los caprichos de la madre y pronto tendría descendencia, de manera diferente a su hermana mayor que si bien tuvo un hijo, nunca fue sometida por su mamá y se defendió fácilmente en la vida, incluso constituyendo un gran apoyo económico para su progenitora.
Muchas veces se culpa a la naturaleza de la persona, cuando cotidianamente actúa, más por materialismo, ojalá animal, que por valores fundamentados desde la niñez. Este tipo de seres sin consciencia no se cohíbe ante nada ni ante nadie. Lo importante es poder satisfacer su incontinencia sexual y mejor si esto le representa también dinero que, es obvio pensarlo, las circunstancias tendrían que exigirlo. Parece que esa fuera la mejor manera de pensar de Natalia.
No pasó mucho tiempo y el coqueteo con su propio cuñado se iniciaba, actitud que evidenciaba, quizá acciones fuera del ambiente normativo o de simple degeneración espiritual, dado desde luego en el ambiente de la religiosidad prohibitiva, más de entonces, que de hoy.
Su hermana no podía permitir esto y pronto la echó de su casa. No podía merecer otra cosa, había destruido su hogar y su esposo, inconsecuente también y guiado por la naturaleza material, caía en el indigno actuar, incluso ante la misma naturaleza, más humana que cósmica, porque el ser descompone su integridad en la medida en que sus acciones se dan en contextos de corrupción.
No obstante este materialismo incontrolable de Natalia, con este sujeto Alfonso, pudo hacer vida y constituir un aparente hogar. Sus hijos, por fortuna alentados, crecían inocentes ante los acontecimientos y todos iniciaban sus estudios los que en el futuro solventarían sus vidas.
Su cuñado Alfonso, por fortuna nunca le negó el apoyo, pese a todo el trauma que esto significaba en la familia a la que tampoco abandonó. Sentía la obligación moral de mantener su propio hogar y la ayuda requerida por su querida.
En este orden de ideas Leonidas Bastidas, el hijo mayor de Natalia, inició sus estudios de Primaria, Bachillerato y Universidad, sin otra dificultad que la situación económica que siempre afectó su hogar. Su capacidad intelectual y su empeño por lograr ser algo en la vida, jamás lo abandonó.
Así, ya en el nivel de pregrado terminó con éxito sus estudios en Economía y de inmediato pudo vincularse a la empresa privada, no obstante estar lejos de su hogar materno. Pronto contrajo matrimonio, también con una profesional quien le significó un enorme apoyo tanto en lo económico como en lo espiritual.
Pero algunos lugares, no solo del País sino del mundo, pese a la belleza de su naturaleza, a la supuesta sanidad moral y ética de las regiones, inciden negativamente en personas que no tuvieron, sobretodo en su niñez, la justa formación de sus valores, así sea haber crecido en el hogar de sus abuelos, supuestamente en el que se manejaron valores que incentivaran conductas apropiadas para una vida positiva y ejemplar sobre todo para sus hijos.
Después de tener su primer hijo, Leonidas con dinero en el bolsillo y haciendo ostentación de riqueza y amén de conseguir más, cayó en acciones que se califican de negativas en el seno de un hogar. Las mujeres, el trago, los malos negocios, sobretodo en cuanto a los narcóticos se refiere, hicieron de él un sujeto delincuente, terminando al final juzgado y condenado a varios años de cárcel.
En el ambiente de esta situación, que obviamente a quien más afectó fue a su esposa, esta le brindó todo el apoyo y por fortuna, por su nobleza, decidió ayudar a su esposo caído en desgracia. De todos modos ella también empezó su decadencia espiritual que, poco a poco, se agravaría.
Muy difícil que, en la medida que Raquel sufriera las consecuencias de los actos de su esposo y, poco a poco, fuera conociendo la historia del hogar de sus orígenes, no fuese afectada en su psiquis por fuerte y luchadora contra la adversidad que hubiera sido.
Durante su tiempo en la cárcel tuvo su segundo hijo y su compañera sola y afectada por la negativa del mundo a su felicidad, tuvo que sacar, de alguna manera adelante su hogar, pero su deterioro fue evidente cayendo en un estado depresivo cercano a la gravedad hasta tal punto de ser retirada de su trabajo por incapacidad mental, fortunosamente pensionada, aunque con un salario muy por debajo del que devengaba como asesora jurídica.
Mientras Leonidas continuaba en la cárcel su esposa Raquel era internada en un hospital psiquiátrico y sus hijos, en principio, a cargo de sus abuelos maternos, a quienes, también los implicaba el duro sufrimiento de su hija, vivieron la experiencia, el desajuste del hogar de sus padres.
La situación fue profundamente lamentable, pero poco a poco, Raquel lograba parcialmente su recuperación sin que jamás fuese total. Muchos los lugares que tuvo que recorrer en procura de una satisfacción espiritual que quizá nunca llegó.
Al término de la condena de aproximadamente seis años, Leonidas pudo salir libre y recurrir a su esposa hasta tanto tuviera la cesantía recibida, explotándola, mientras se acababa. Su ambición desmedida por el dinero era inatajable, quizá mucho había heredado de su madre.
Una vez que acabó con todo y conllevando en su conducta tal vez los genes de la incontinencia de su madre, su descaro se hizo mucho más evidente y abandonó su hogar definitivamente.
Su mayor debilidad, las mujeres, impiden un comportamiento conductual que no afecte su hogar. Realmente este está casi destruido y parece que Leonidas jamás piensa cambiar, sus orígenes evidencian su comportamiento y es muy clara su tendencia a lo negativo, por encima de todo.
En su trabajo prima la irresponsabilidad, amén de sus bajos ingresos que solo sirven para su libertinaje. Así la aparente ética y moral, su hipocresía y la mentira hacen parte de su yo, quizá de naturaleza delincuencial y del sentimiento  obsceno ante las mujeres.
Todo este comportamiento ha sido parte indiscutible de la depresión de su esposa, del desengaño, de la comprensión, pero hiriente de su vida espiritual.
Raquel, en medio de su sufrimiento, de su dolor, en medio de su tristeza permanente, ha podido, a través del tiempo fortalecer su espiritualidad y velar por el bienestar de sus hijos. La situación económica cambió en algo cuando la esposa del señor Bastidas, padre de Leonidas, logró que su esposo le colaborara a Raquel con algo de dinero mensualmente, pero esto no duró mucho tiempo.
Personas ajenas al señor Bastidas contribuyeron en concienciarlo para que ayudase a su supuesta nuera y parecía que un cambio de vida pronto llegaría, por lo menos en lo económico, aunque en el plano espiritual el futuro no les sería grato en lo que compete a Leonidas y a su supuesto padre y a todos quienes han sido duramente afectados.
Además, sus padres con poquito, que algo es, siempre han ayudado a su hija, nunca la abandonaron; en todo instante y circunstancia le prestaron apoyo, era evidente su pretensión de que cueste lo que cueste tenían que sacarla adelante.
Sus hijos crecieron, el mayor ha logrado dos títulos y se defiende solo. El segundo estudia en la Universidad con excelentes resultados y también logra cualquier ingreso.
Tampoco es de esperar que estos dos chicos hayan desarrollado integralmente su personalidad, ¿cómo lograrlo en el seno de una vida accidentada en todos los órdenes? El mayor, de vez en cuando tiene manifestaciones  de reacción resultantes de la vida negativa a la que vivió sometido.
La fuerza formativa de Raquel, sus principios, los valores adquiridos en la niñez han obviado de alguna manera que sus hijos se desperdicien. Por el contrario es notoria su voluntad de salir del  dolor, de salir de la injusticia, de avanzar en el sendero del progreso pro consecución de sus objetivos, de la gloria propia de los luchadores, de los fuertes en los que el sufrimiento tenía que obrar positiva y no negativamente.
La vida continúa su rumbo. Natalia junior tiene ya familia por fuera de matrimonio; Paulina igual, pero defendiéndose con algunos negocios. Así los tres hermanos ven por el hogar de su madre quien ya no goza de la salud requerida para el logro de algún tipo de ingreso pecuniario y su personalidad continúa igual, sin cambio positivo, hecho que en su interioridad debe amargarla.
También para este hogar que de todos modos subsiste, la situación es difícil y quizá el fuerte lo haga Leonidas, incluso ante las exigencias de su señora madre quien es inconforme por naturaleza y poco o nada le importan sus allegados, su nuera, sus nietos.
Siempre ha intentado dominar a sus hijos y en Paulina, aunque por poco tiempo, encontró la persona que aceptaba sus deseos hasta tal punto que el padre de su hijo, debidamente reconocido, decidió no apoyar más a esta dama que parecía caer en las garras de su madre. Sin embargo más pudieron otros ejemplos en su vida y, poco a poco ha salido adelante. Salió del esquema que su madre quiso imponerle. Posiblemente de ser como ella.
Natalia junior, por el contrario como se ha expresado, ha tenido carácter y por la fuerza que impulsa tener también un hijo, sostiene su personalidad y defiende su integridad. Es aceptada por la familia del padre de su hijo plenamente, pero sin que haya logrado formalmente su reconocimiento.
No es equivocado manifestar que la actual situación económica del hogar de Leonidas que por su esposa, por su responsabilidad, por su dignidad como tal, como hija, como amiga, busca la cima, la cumbre de la pirámide del bien de la justicia, del bienestar total de los suyos, no la de quien cotidianamente se vuelca hacia el precipicio; ella se defiende y se defenderá defendiendo sus hijos, hoy más ante la desgracia que le sobreviene.
El supuesto padre de Leonidas, el señor Bastidas, contrajo matrimonio con una mujer digna quien no tuvo inconveniente en apoyar a Raquel, la esposa de Leonidas, bajo el supuesto de que esta fuera la nuera de su esposo y  abuelo de sus hijos.
El señor Bastidas no tuvo hijos en su matrimonio y como jubilado de una importante empresa y el trabajo digno en su negocio, pudo acumular un valioso patrimonio que naturalmente sería el apoyo para su hijo en Natalia y para sus nietos.
Como buen hombre, después del reconocimiento de sus faltas de juventud y pensando en que el tiempo no pasa en vano, que es inexorable y que la muerte se debe esperar debidamente preparado, decidió hacer lo que nunca antes hizo.
Llamó a su supuesto hijo, Leonidas, a quien nunca había reconocido, quizá por no tener la certeza requerida para tal dura decisión y le dijo:
- Leonidas, yo ya estoy viejo, antes nunca tuve una relación paternal contigo, pero ha llegado el momento de arreglar las cosas. Yo no puedo llegar a mi final con la conciencia tranquila sin la convicción de que eres mi hijo.
- Muy bien, señor Bastidas,- respondió Leonidas,-   - me parece justo que al final cumpla con su obligación de padre-- ¿Qué quiere, para qué soy bueno?-
Leonidas nunca había expresado afecto por su supuesto padre, precisamente porque siempre lo consideró irresponsable como tal. Nunca se ocupó por ayudarlos cuando las necesidades fueron mayores y ahora lo llama para aclarar, ¿qué?
En fin, volvió al diálogo con él. Jamás pasó por su mente lo que habría de suceder. Nunca desconfió de su madre en cuanto a la paternidad se refiere y en todos los actos de su vida, llámense positivos o negativos, siempre fue Leonidas Bastidas y sus hijos de igual manera, con este apellido.
Incluso el apoyo económico que su hogar recibía se logró a través de terceros, Leonidas jamás le pidió nada. En este aspecto fue orgulloso y tal vez resentido, no quiso nunca humillarse ante quien no actuó con justicia, ante quien ni siquiera lo había mirado.
De todos modos, como es de esperar, no podía eludir la posibilidad de obtener lo propio para sus hijos. Accediendo al llamado viajó hasta la ciudad de origen de su padre y  el diálogo continúa.
- He dicho que considero mi obligación, mi deber cumplir con las obligaciones que antes no cumplí, impulsado por mi consciencia-. Además tu señora madre, nunca se manifestó, exigiendo lo que les correspondía-.
- Bien señor, quizá Usted tenga razón- - ¿Qué quiere?- repito.-
- Tú bien sabes que la ciencia hoy está muy adelantada y cualquier cosa es comprobable-. - Mi deseo es que realicemos un examen de ADN, tanto tú como yo, para establecer la paternidad.-
- Así, Leonidas, bajaré tranquilo a mi tumba, con la satisfacción de la verdad.- No olvides que la verdad libera.-
- Acepto, señor Bastidas, pero esto debió proponerlo a  mi madre hace mucho tiempo y no permitir que su supuesto hijo haya crecido huérfano-.
- Perdóname, Leonidas, pero como te he dicho, tu madre nunca lo exigió, de todos modos más vale tarde que nunca y también tu consciencia estará tranquila-.
Leonidas nunca estuvo preparado para esta supuesta “toma de consciencia”, menos Raquel su esposa y su hijos. Hubo que acceder, pensando sobretodo en el porvenir de estos. No era desear la muerte de su padre, de su abuelo. Él mismo lo había solicitado y la verdad para todos saldría a la luz, de la que nunca dudaron.
Por consiguiente sin temor alguno por parte de Leonidas y de su familia fijaron, con su padre, la fecha para el tan requerido examen. Así se hizo y entraron a la espera de los resultados que cuánto valor tenía para todos, incluso para el abuelo.
“…Continuamos siendo animales controlados por la región límbica palo-cortical de nuestro cerebro, que es sustancialmente igual en el hombre y en otros animales.
Basta observar las innumerables formas de reaccionar de las personas, cuando, por ejemplo, su equipo de futbol hace un 'gol'. Es algo impresionante: gritos exagerados, muecas, señas, baile, miradas amenazantes, gestos agresivos y con frecuencia vulgares, entre otras cosas.
Afortunadamente contamos con las circunvoluciones neo-corticales que es por donde pasan nuestras opciones de mejora moral…”. (Tomado de FACEBOOK, Emiro Enríquez.)
Durante cuatro semanas estuvieron a la espera de los resultados los que, según los científicos modernos, son concluyentes en un 100%. De inmediato los recibieron,  leyeron las conclusiones.
La sorpresa tanto para uno como para otro, en especial para Leonidas fue terriblemente dolorosa. Las conclusiones definitivas plenamente negativas. El señor Bastidas no era su padre, ni el abuelo de sus hijos, ni el suegro de Raquel. ¿Quién lo era, entonces?
Inicia así una situación muy grave ante los suyos quienes nunca esperaron un resultado negativo. Dominando, lo mejor que pudo su yo, su espíritu, todo su ser, Leonidas decidió enfrentar a su madre.
- Mamá, mi supuesto padre y yo, de acuerdo con la voluntad de él, hemos realizado una prueba de ADN, para comprobar la paternidad y el resultado fue negativo-.
- Pero hijo, eso no puede ser, él es tu padre y te está mintiendo-
- No mamá, las pruebas del ADN no se equivocan-. Dime, por lo que más quieras -¿quién es mi padre?- -por favor no seas tan cruel, trata, por lo menos esta vez, de cambiar, de actuar correctamente-.
La señora hizo caso omiso de la situación y se encerró despiadadamente, eludiendo a su hijo. Sus hermanas sufrieron también la angustia de su hermano y, como es natural, no obstante ellas tener certeza de sus padres, al fin y al cabo una reconocida por la familia de su padre, aunque no de él y la otra reconocida por el suyo y apoyada hasta que su madre quiso prostituirla, las inundó la duda.
Raquel y sus hijos sufrieron intensamente tal situación, no culpando desde luego a su padre sino a su fría y descarada abuela, desconociendo cuál es, en este momento su origen paterno. Pueden decir, por consiguiente, que por parte de padre no saben quién es su abuelo. El supuesto desapareció.
Ciertamente ante la angustia sufrida, ante esto que debería destruir a cualquiera otra persona, en él, en Leonidas se nota el fortalecimiento, el mejor actuar con los hijos de su ser. Con estos que hoy lamentan lo acontecido, pero quienes no culpan a su padre, es obvio porque la culpa la tiene el ser que lo parió sin la responsabilidad de un padre.
En muchas ocasiones los golpes de la vida mejoran las actitudes humanas, pese a que muchas veces “El demonio del mal es uno de los instintos primeros del corazón humano”.(Allan Poe).
Leonidas parece iniciar su cambio. Se responsabiliza más de sus hijos; su espíritu pretende lograr calma en alguna creencia; tiene fe en el futuro.
No hay que olvidar que la vida es para vivirla justamente, sin ostentación, con humildad, con respeto y comprensión hacia los demás. Nunca logrará la felicidad quien no se sorprende de sí mismo, de sus errores, quizá de su crueldad.
Volvamos con Poe, quien murió a la edad de 40 años, sorprendido de la vida, del amor, de la sociedad, quizá también muy angustiado y, pese a su enorme inteligencia, no pudo evitar su destrucción humana material, pero permanece su espíritu.
•          "¿Quién no se ha sorprendido a sí mismo cien veces cometiendo una acción estúpida o vil, por la única razón de que 'no debe' cometerla?
•          ¿Acaso no existe en nosotros una eterna inclinación, a despecho de la excelencia de nuestro juicio, a violar 'la ley' simplemente porque reconocemos que es la ley?."

F I N










Cita con la Muerte

No tenía por costumbre pernoctar en la casa de habitación de su esposa, con mayor razón cuando ella, en función de su trabajo, los días hábiles permanecía ausente, pues trabajaba como juez promiscuo en una población a 50 kilómetros de la capital y solamente llegaba los días fines de semana; sin embargo el abogado, esposo de la juez, en alto grado de embriaguez decidió ese miércoles, ocasionalmente, en compañía de un amigo, terminar su parranda allí, sin jamás imaginar los acontecimientos de la madrugada del jueves.
 Nosotros habíamos viajado, cumpliendo nuestras actividades a la capital ese día jueves por la mañana y a nuestro regreso, en la parada en Chapacual, para comprar quesos, recibimos una llamada de celular de una de mis hijas; la llamada portaba malas noticias, realmente una enorme tragedia; el esposo de nuestra gran amiga juez había sido asesinado por el celador del barrio ¿Qué hacer?, Regresar no tenía objeto porque estábamos muy cerca de nuestra residencia y la indumentaria no era la adecuada para asistir a un velorio; después de calmar a mi esposa, quien sufrió un ataque de nervios y lloró desesperadamente por su amiga, decidimos continuar y regresar a la ciudad al día siguiente.
 En la población ya había conocimiento del hecho, nosotros habíamos sido los últimos en saber el insuceso.  La señora juez fue informada del infortunio por una de sus amigas, vecina de su finca y hermana de quienes, los fines de semana, cuidaban de la propiedad; de inmediato, contratando una camioneta expresa, la viuda viajó a la capital al encuentro de tan macabro espectáculo por cuanto su esposo aún permanecía en la alcoba de los acontecimientos; estaba de rodillas arrimado a la cama, con cabellos en las manos, desnudo el torso, sangre en el piso, con un tiro de escopeta en el pecho y el cubre lecho perforado; el C.T.I tornaba las huellas y rastros del horrendo crimen y los curiosos se agolpaban en la calle; se comentaba que una señora que caminaba en la madrugada, haciendo ejercicio, se percató de que una de las ventanas de la casa había sido violentada; de inmediato, por consiguiente, informó a las autoridades de la irregularidad que percibía.
 Hermanos y cuñados del occiso, ya estaban presentes; amigas y amigos de la esposa en vano trataban de calmar los ánimos de cuantos vehementemente repugnaban el homicidio y la situación que la ciudad estaba sufriendo como consecuencia de la inseguridad y la criminalidad creciente; mientras tanto la SIJIN, Fiscalía e Investigadores actuaban de conformidad con los procedimientos para tal fin.
 Como habíamos convenido con mi esposa, el día viernes viajamos a la ciudad y con prontitud nos acercamos al Monte de los Olivos, lugar de velación del difunto.  Allí saludamos a nuestra amiga juez y manifestamos nuestro sincero dolor por el triste e inesperado suceso; ya nuestras hijas solícitas, desde el día anterior,  acompañaron en la velación a la dolida esposa en su tragedia.  La asistencia de la gente, desde diferentes ámbitos de relación era enorme; se apreciaba en sus rostros la sorpresa y la angustia que consecuentemente tales hechos producen; inconcebible que a un profesional, joven todavía, de cincuenta años y en plena actividad de su carrera se lo hubiese asesinado; no obstante, su familia, más exactamente uno de sus hermanos, sin respetar el dolor de la viuda, en plena tragedia, ya la abordaba, no para solidarizarse y apoyarla en su pena, sino para plantear que era necesario pensar, como deudos, en la herencia; increíble pero cierto; “ nada de lo que es humano en ti me es extraño”, diría en alguna ocasión parecida el gran filósofo Kant. Qué sorprendente e inhumano podría parecer esto a nuestra dilecta amiga; profundizaba su pena y la hacía entender mejor el mundo que quizá aún no conocía como verdad, como corrupción.
 El día viernes se condujo el féretro a la capilla de Palermo en la que se celebró la misa de traslado con gran solemnidad, con asistencia de muchos familiares, amigos y conocidos; después a la sala de cremación, también del Monte de los Olivos.  Luego de recomendar fortaleza, firmeza y conformidad, nos despedimos para regresar a nuestro hogar.
 El miércoles, al medio día, había dejado la víctima su oficina para encontrarse con sus amigos y departir con ellos, seguramente, el triunfo de un buen negocio; fue visto en la ciudad sonriente y alegre y nuevamente en la oficina en la que tomó whisky e hizo algunas llamadas, quizá tres, a mujeres de dudosa reputación; deberían ser sendas llamadas para los tres contertulios; salieron luego al encuentro de las damiselas en el sitio denominado Cielo Azul prostíbulo ubicado en el barrio Fátima.  En ese lugar tomaron también licor y el occiso asumió los gastos de las respectivas alcobas de lenocinio. A continuación se dirigieron al Parque Bolívar, a otro sitio de prostitución a seguir en su loca faena, siempre orientados por Zapatico, el proxeneta del grupo, encargado de conseguir las denominadas números.  Sin cansancio alguno prosiguió su embate y arrimaron a un lugar denominado de las Glorias en procura de otras prostitutas, pues las primeras ya habían sido despachadas; también allí ingirieron licores, cervezas, pero parece que el presupuesto menguaba y no había suficiente, o mejor, no le alcanzaba al ciudadano en cuestión para más.  Pese a todo y en alto grado de beodez, en la carrera 25, se detuvieron, entraron en otro sitio no recomendable, tomaron gaseosas y sin Zapatico, quien renunciaba por la carencia de dinero, orientaron su camino hacia la residencia de la mencionada juez.  Se acostaron en alcobas distintas y los dos dormitaban profundamente cuando el celador, según él, por cumplir con una venganza, pues había sido denunciado por no cumplir estrictamente su deber, entró por la ventana violentada y disparó un tiro con su escopeta sobre el cuerpo semidesnudo del desgraciado abogado, sin que el amigo en plena borrachera se hubiera dado cuenta; este sólo se percató del infortunio a la llegada de la policía.  Fue la primera y la última vez que el protagonista durmió en esta casa; la MUERTE, aprovechando la ocasión, había cumplido la cita y así terminaba un día de placer y posiblemente de terror el día jueves en la madrugada.

Jusavi, Chachagüí, 29 de enero de 2007


Pirucha y la Muerte del Ribiel

El concepto de LITERATURA, a través de la Historia, ha implicado diferentes variables con el afán de producir una definición precisa que determine, de una vez por todas, una acepción que sea diferente de otras formas escriturales u orales para la expresión de los múltiples conocimientos y diversas lecturas del mundo de lo real, mas no se ha distinguido suficientemente lo objetivo de lo subjetivo, primero, como aquello que podemos observar mediante los sentidos en lo que compete a su materialidad, fundamentalmente, y todo aquello que en nuestro entorno se manifieste asimismo y, segundo, como esto que se produce en nuestra interioridad, producto de la imaginación creadora, mas sin romper con el cordón umbilical que necesariamente nos une a lo real objetivo; y traigo a colación esta frase, porque, también lo subjetivo, su creatividad constituye un concreto real.  Si observamos los modos de producción de los objetos reales, que se dan al interior de los mismos, como diría el distinguido filósofo Karl Marx y los modos de producción de los concretos de conocimiento, que se dan a través  del pensamiento, estamos en el plano ciertamente de lo real sin ausentarnos, en ningún momento de la capacidad creadora de este porque es  la acción que permite una plena lectura de lo que llamamos, abstrayendo, la Realidad.
Bien, entonces, podríamos hablar de los modos de producción simbólica, esto es, la Literatura como una actitud del pensamiento creador que tiene por objeto la simbolización de la Realidad, para unos sólo tocante a esa creatividad que en un momento histórico se denominó CULTA, sin meditar que todo tipo de acción humana, material o no, se inscribe en la Cultura y, es más, entonces sólo se hablaba de lo escrito, mas no de lo oral y se planteaba lo verbal sin precisión, en muchos equívocamente.
En este orden de ideas es posible, también plantear los modos de simbolización de la oralidad de comunidades en distintos espacios y temáticas: indígenas, negritudes, campesinos o la ruralidad, costeños, rivereños, citadinos o urbanos, etcétera, todo aquel ser humano que sin tener una específica formación académica, sí constituye Culturas en cuyos contextos se desenvuelven múltiples formas de creación simbolizando la realidad para producir Mitos o Leyendas, Música, coplerías, adivinanzas, consejas, aforismos, dichos, anécdotas, en fin, una variedad de contenidos, quizá inocentes, que tienen sentido en sus territorios imaginarios y, por consiguiente, sus propios reales.
 Por ahora la temática que abajo se expone sólo representa lo Etnoliterario en los espacios de la Literatura en general, sin que sea necesario plantear lo popular porque todo es popular, pero sí más específicamente la oralidad, aunque modernamente estas comunidades ya manejan la escritura, en la Copla, por ejemplo. Su visión del mundo o, mejor, las lecturas que las Comunidades hacen del mundo, de su entorno, no termina allí y la Ciencia ya se inmiscuye en estas para establecer objetividades como la Biología, la Medicina y otros temas, variadísimos, orales y quizá infinitamente riquísimos como lo es el Cosmos o los inmedibles Universos. Si se quiere, “nada de lo que es humano en ti me es extraño” como quizá expresó el Filósofo Emmanuel Kant y es totalmente cierto que cada cuerpo de nuestra naturaleza es cósmico y consiguientemente susceptible de ser manejado positivamente en pro, por ejemplo, de su salud.
De otro modo si partimos, para el análisis, de los niveles de Positividad, reflexionando epistemológicamente, lograremos especificidades que nos permitirán, cada vez, la formalización de conceptos y continuar así indefinidamente en la multiplicación de saberes que siempre serán susceptibles de transformación y de formalización conceptual sin que esto sea terminal. Así, pienso, es la producción creadora de las varias Comunidades y así se han desarrollado los discursos en los diferentes frentes del saber humano: en el Arte, por encima de todo, en la Ideología y en la Ciencia, sin que en ningún momento podamos hablar de terminación investigativa sino simplemente de implementación del Saber.
Como ejemplo de esta corta exposición me he permitido escoger el relato dialogado de La Muerte del Ribiel porque lo considero excepcional. Está acorde con lo que podemos pensar de las comunidades en sus reflexiones simbólicas, en el espacio de sus territorios imaginarios porque, si bien, la Leyenda del Ribiel es bien conocida y ha sido estudiada incluso por quien suscribe la investigación, en su Libro “Tras La Literatura Oral del Pacífico”, Barbacoas, Nariño, la muerte del mismo nos puede expresar mucho más sentidos de la comunidad ribereña del Río Telembí. En este contexto quizá encontremos lo UNO de que escribió Nietzsche Frederick, tal vez en el Nacimiento de La Tragedia. El Ribereño quiere sus fantasmas, sus duendes, goza con contar sus acciones y goza de las formas de rescate de quienes son atrapados por él, pero, a la vez, sufre y recrea su muerte y nuevamente goza en sus relaciones, en las que claramente se observa la conjunción de lo humano y lo divino, del hombre, Pi Pirucha, apropiándose del Tula, medio de transporte del Duende Mayor, no obstante su tamaño, El Ribiel. Es el ser de la naturaleza simbólica, siempre igual, inalterable, sin tiempo, pero susceptible de ser destruido por tener manifestaciones cambiantes, mutables, sometidas a cambios continuos, quizá hasta la muerte.

Pirucha y la Muerte del Ribiel
DETALLES: Informante: JUSTO PASTOR CASTILLO.
Investigador: JULIO ERNESTO SALAS VITERI.
Fecha de Investigación: Abril de 1982.
Vereda EL CARGAZÓN, Río Telembí, Barbacoas, Nariño.

Me conversaron mis padres que en una ocasión encontraron en la playa del río Telembí un TULA, poco más o menos, como una pequeña canoíta. En el caserío vivía un tipo que era muy parrandero. Por ahí cerca habían formado un baile y él quería ir, pero no tenía en qué.
-           ¿Cómo me voy al baile esta noche?, decía. –
Y el baile sonaba. Lo oía sonar porque no era muy lejo. De pronto encontró el Tula que siempre podía andar y aguantar un hombre. Lo tomó y se fue. Llegó al baile y se cuadró a bailar.

Era el Tula de El Ribiel. Y a cierta hora este lo fue a buscar y no lo encontró. Entonces dijo:
-           ¿Qué se hizo mi canoa, carajo!, dónde está mi canoa?-
 Y busque la canoa. El Ribiel sabía que el tipo ese era parrandero, se llamaba Pedro y lo apodaban PIRUCHA.
-           Ese bandido de Pirucha, ese se llevó mi canoa,-  decía ¡Carajo! ¡Es que a Pirucha lo mato! Yo lo mato esta noche. Ese se llevó mi canoa.-
Ahí mismo El Ribiel cogió una escopeta y fue a una tienda donde venden pertrechos.
-           Buenas noches, - decía así nomás de lejito.
-           Buenas noches,- ¿aquí venden granate?
¿Granate?. - Noo, le contestaron.
-           Ahh!, es el plomo, seguramente,- disque dijo uno más antiguo.
-           ¿Plomo?
-           Síi, ese, dijo El Ribiel.
-           Y ese que suena plúu?
-           Y el plúu, ¿cuál e ese?- ¿No e la pólvora?
-           Sí esa, dijo El Ribiel.
-           Y esa que suena páass?-
-           Y esa que suena páas ss?,- eso qué será, - dijo el tipo, dueño de la tienda-
-           Ahh!! ,¿no e ese e el fulminante?-
-           Sí ese.
-           Cuánto neita de plomo?-
-           Neito veinte peso.
-           ¿Y de pólvora?-
-           Do onzas.-
-           ¿Y de fulminante?-
-           Un peso.-
Le vendieron lo que pidió, le empacaron y se fue. Tomó la escopeta, la cargó y bajó muy campante, por donde había bajado Pirucha. Estuvo aguaitándolo, eso sí siempre apuntando con su escopeta.
Vio que venía uno adelante, - Pero ese será Pirucha?- se fijó bonito.
-           No ese no e. Vio venir otro Potrillo.
-           Ese será Pirucha? - No ese no e-.
 Hasta que más tarde, hora si venía Pirucha, Venía: juí, juí, juí, juí, juí, juí, silbando.
Pirucha no sabía lo que pasaba, venía con su patica en el fondo, bogando. El Ribiel levantó su escopeta, apuntó bien y PLÚUUMM…el tiro fue demasiado fuerte, desbarató la escopeta y mató El Ribiel. Pirucha quedó vivo y así acabó todo.

JULIO ERNESTO SALAS VITERI.
Chachagüí, 15 de Febrero de 2012.




Alternativas Ideológicas

Vivimos en la actualidad bajo circunstancias que tocan profundamente los valores fundamentales de nuestros pueblos en América; incluyo en esta, especialmente a los Estados Unidos, porque en parte, conozco ya la situación en que viven muchos de sus pobladores, no solamente hispanos, sino negros y muchos más y a todo nivel; podría sin temor a equivocarme, expresar que desaparecen sus valores.
 Obviemos, un tanto, a algunos  de Latinoamérica y quizá del Caribe que parece tienden ya, incipientemente hacia un proceso de transformación, por la presencia de líderes que anteponen el material humano, su trascendencia sobre Capital, tanto, que se quiere en las sesiones pro Paz la convalidación y repartición “justa” de las tierras colombianos en lo rural.
De lo urbano, ¿qué podría decirse? Hasta hoy nada es real, sólo blá, blá, blá. Aprovechando las posibilidades de cambio en América  Latina y del Caribe, no obstante la dificultad que esto significa, principalmente en lo relativo a la igualdad frente a la libertad, desde el punto de vista teórico, de Lo Dialéctico en lo que compete a la dicotomía LIBERTAD-IGUALDAD  concepciones planteadas como tales, incluso en el Marxismo Cristiano, por consiguiente dicotomía utópica.
 Pese a todo, constituyen dificultades superables en la medida en que cada uno y todos los miembros de una sociedad se preparen para tal fin. En ellos, en estos pueblos, paso a paso, como es lógico pensar, se introduce un tipo de Sistema que me atrevería a denominar UN SOCIALISMO DEMÓCRATA CRISTIANO ó JESUSIANO que atravesaría lo dialéctico quizá, y, así debe ser bajo los principios del   eclecticismo, según se retomen los valores de una época u otra y, mejor de las dos, en cuanto a la vida de JESÚS se refiere  primero, antes y después del sacrificio de la cruz, por una parte; por otra la teoría Marxista y otras tantas que pudiesen servir a los intereses de construcción de esta o de una nueva teoría que permitiese la JUSTICIA, sobre todo, de los gobiernos de nuestros pueblos. Marx, indudablemente  hace gala de sus extraordinarios temas puestos justamente en práctica hacia la liberación social, la igualdad y la libertad fundamentadas, desde luego, en un trabajo arduo educativo que obviaría las utopías, teniendo en cuenta, para tal finalidad, las diferencias individuales del ser humano, que, de conformidad con los intereses, hacen a muchos miembros de la sociedad, al pueblo, excluyentes sociales y no a las minorías dominantes.
 Esto se tiene que cambiar irreductiblemente, porque no hacerlo implicaría una continuidad, posiblemente de explotación, y quien gobierne, si bien asumiría la Libertad no podría con la Igualdad,  tal vez Socialismos de Estado. 
Entonces, la labor difícil de la EDUCACIÓN, que sería un nuevo paradigma o esquema, ruptura total de los existentes, conduciría a la formación humanística bajo esos nuevos determinados parámetros de producción individual pro desarrollo y propiedad colectivos de Patria.
Esto me hace pensar que la fortaleza de sentido propuesta significa la suma de las individualidades más las variables, que son indiscutibles,  y no habría que pensarse en el concepto de desigualdad; la materia prima humana produciría en virtud de su capacidad que, a la vez, en el proceso, mejoramiento de la alimentación; por ejemplo, (Nietzsche) mejoraría sus capacidades y, por consiguiente, su producción.
Jesús es reconocido por todos: religiosos o no; creyentes o no; sabios o no; científicos que originan, sin lugar a dudas, en Él, LA MORAL Y LA ÉTICA, en toda la profundidad, de los principios filosóficos de JESÚS, manifiestos a lo largo y ancho del mundo que ha pretendido, por siempre, y lo afirmo, así será, cambiar la Humanidad hacia la JUSTICIA, LA BONDAD, LA HONRADEZ, etcétera, valores que tienen que cubrir plenamente al hombre. Es por eso, también, llamado el COMUNISTA DEL AMOR, frase de incomparable sentido y que, seguramente, cala sólo en Él.
Pero, ¿será coincidencia?, parece que en todas las épocas de la Historia y en diferentes lares, la persecución de los grandes líderes, jamás faltó; aparentemente su muerte permitiría la continuidad de las clases dominantes, como se llamasen en el momento histórico. Era necesario su sacrificio, entonces, en la cruz. Hoy se han utilizado otros medios para el asesinato de tanto líder Revolucionario, y, poco a poco, el dominio del Capital; por lo menos en Colombia, continúa.
No obstante, pienso, muy cerca, la cercanía de un cambio; el desplome o el colapso del Capitalismo, en el mundo, es un excelente síntoma. Si Jesús hubiese construido Religiones (No lo hizo), su supuesta destrucción hubiese sido fácil; pero Él planteó la espiritualidad, concepción infinita, esto es, indestructible. Y así, con certeza decirlo,  el asesinato  de los grandes líderes de América y de Colombia, tampoco se dio sino corporalmente. Sus ideas viven y más temprano que tarde  constituirán los cambios de América entera. CHE-GUEVARA Y JORGE ELIÉCER GAITÁN viven y la justicia de su pensar empieza a imponerse; no se puede asesinar LA ESPIRITUALIDAD de un pueblo y ellos fueron la Espiritualidad de los pueblos de América que hoy empieza a trascender al mundo. Y, ¿por qué no referirlo? ¿Qué se puede pensar de la CARTA DE JAMAICA de SIMÓN BOLÍVAR?
Posteriormente, esto es, después de la muerte del cuerpo de Jesús y con la RESURRECIÓN, al presentarse a sus discípulos y más: la fortaleza espiritual se transforma en el CRISTIANISMO, manifiesto por sus seguidores, de diferentes maneras, quizá algunas no muy dignas de considerarse porque han sido, de un modo u otro, manejadas por el hombre según sus intereses y básicamente políticos y oligárquicos. Es más, como religiones que lo único que predican, además de explotar al hombre, es la paciencia por la creencia fundamentada en la fe, mas sin ninguna lucha de conciencia por los valores humanos. Lo importante, digno y magnánimo es obrar en virtud de Jesús o Jesucristo, en todos los terrenos de nuestra existencia.
Preguntémonos, si es preciso, ¿por qué, grandes líderes de los sistemas llamados de Izquierda, a través de la Historia de todos los tiempos, confían, creen y actúan con JESUS?

Internet está pleno de consideraciones, todas válidas para quienes las requiera o no, de explicaciones verdaderas del accionar de Jesús, en los variados espacios, que en su corta edad tuvo que recorrer y lugares de sus prédicas, sin lugar a dudas, REVOLUCIONARIAS que me permiten expresar con certeza que fue Él  el primer revolucionario  del mundo y que hoy, cuando más la humanidad requiere de su presencia y actuar, debemos retomar.
Tomo un texto que sintetiza, en gran parte mis consideraciones.
 “ES EVIDENTE, para todos nosotros, que la sociedad en que vivimos, a pesar de sus logros y de sus muchas ventajas, es una sociedad que no nos gusta, desde muchos puntos de vista. En este sentido, el malestar, que se percibe por todas partes, es una cosa que salta a la vista de todo el mundo. De ahí la aspiración de tantas personas, que desean, de una manera o de otra, una nueva sociedad. Una sociedad más humana, más fraterna, más solidaria; una sociedad, en definitiva, más digna del hombre.
Ahora bien, habida cuenta de este estado de cosas, mi pregunta es la siguiente: ¿Qué incidencia tiene hoy el cristianismo en esta sociedad? Quiero decir, ¿se puede asegurar que el cristianismo y los cristianos somos un agente de cambio fundamental para transformar la sociedad en que vivimos? ¿Es el cristianismo, por consiguiente, una fuerza revolucionaria que tiende eficazmente a transformar las condiciones injustas que se dan en nuestro mundo y en nuestra sociedad?
Me parece que esta pregunta es no sólo importante, sino sobre todo, enteramente esencial en este momento. Por una razón que se comprende enseguida: hoy no basta hablar de la verdad (en abstracto) de una cosa; lo que interesa, ante todo y sobre todo, es la significatividad de esa cosa”
No sólo significa, tiene sentido. Muchas respuestas a este planteamiento debemos centrarlas  en los Libros Sagrados, en LA BIBLIA, por ejemplo, y dar testimonio del pensamiento y la prédica de Jesús, de su discurso, de su infinito deseo de cambio de la Humanidad y, en especial, para las clases dominadas.
Las Bienaventuranzas no expresan otra cosa que la del cambio del hombre sometido, a todo nivel. Hay necesidad, no lo dudemos, de entender su discurso y entendiéndolo, ponerlo en práctica. El Sermón de la Montaña, para traer a colación las evidencias, no es otra cosa que una excelente prédica revolucionaria:
“Que los montes traigan paz para tu pueblo
Y los collados justician;
Que él defienda a los humildes del pueblo,
Socorra a los hijos del pobre
Y quebrante al explotador...,
Porque él librará al pobre que pide auxilio
Al afligido que no tiene protector,
Él se apiadará del pobre y del indigente,
Y salvará la vida de los pobres;
Él vengará sus vidas de la violencia,
Su sangre será preciosa ante sus ojos".
(Sal 72,1-4.12-14).

Todo esto tampoco significa que asumo posición alguna sobre las diferentes clases de Socialismo. Mi mentalidad ecléctica no me lo permitiría. Sé de su existencia, de los cuestionamientos de que han sido objeto en diferentes épocas y de allí sus implicaciones. Pero soy Socialista en el contexto de mi discurso; retomo de donde pueda todo aquello bueno que pueda construir mi teoría, MI SOCIALISMO DEMÓCRATA CRISTIANO O JESUSIANO, porque, como en principio expresaba, hay pueblos como Venezuela que inician ya la construcción de un SOCIALISMO distinto a lo históricamente conocido. Un Socialismo sin violencia, sin sometimiento, con profundos deseos de libertad y de igualdad, pero que, no nos digamos mentiras, necesita los susodichos planteamientos: la educación consciente de su pueblo conduciendo así el Sistema a su consolidación.
Ojalá otros pueblos lo logren, de otro modo no veo nada seguro. En el mío, en Colombia, observo un renacer del Feudalismo y, por consiguiente de los siervos; para expresar sólo un tema, la entrega de la Soberanía a los extranjeros, a través de la explotación minera. Claro, su actitud es entendible en el pueblo porque significa trabajo a corto tiempo, pero el deber ser es otro. Se trata de la educación del pueblo y de la generación de recursos para que sean ellos, los mineros colombianos, quienes exploten lo suyo, para sí y para la Patria, mas sin violentarla, esto es, sin destruir los recursos naturales, como EL AGUA, por ejemplo. Pero ¿qué acontece?, estamos entregando Soberanía, Colombia ya no es nuestra.
Por otra parte mis profundas creencias en Jesús, en Jesucristo  y en los principios Marxistas, nada tienen que ver con las religiones; aún pienso que son “el opio del pueblo”. Los Modos de producción marxista, al interior de los objetos reales y convertidos en objetos de Conocimiento, a través del Pensamiento, en nada contradicen la verdad; frente a los planteamientos platónico idealistas y grandiosos que giran de otro modo o van en contra vía, también conducen a lo real. Con Marx  forman  paralelas que, de todos modos se tocan. No puedo esperar una política escisionista, de alguna forma Marxista, que niega la Unidad Psico-somática, o mejor dicho de una manera más expresa, la unidad de la Idea y la Materia.
Termino, por ahora, manifestando que creo fielmente en los cambios justos y positivos que empiezan a darse en América del Sur, en Latinoamérica y en el Caribe y que me es muy válido pensar en el encuentro de soluciones para los países que en el mundo sufren crisis y conflictos de todo orden. Sus gobernantes pensarán en sus pueblos, pensarán en su humanidad y por qué no en una sociedad más digna del hombre; lucharán por la fraternidad, por la solidaridad de los pueblos, por la integración humana; en fin de cuentas, se impondrá la razón por la vida y no el dominio o la opresión capitalista.

JUSAVÍ.
Chachagüí, 18 de Diciembre de 2012.



Aprender, Naturaleza Intrínseca Del Ser.
(Recordatorio)

En principio es obvio acceder al concepto de Aprendizaje, sin condicionarlo a lo humano, porque es propio de todo ser en el espacio cósmico de la naturaleza, contextualizado, también, en los territorios imaginarios de la inspiración creadora.
De vieja data ha sido imperante la dicotomía ENSEÑANZA-APRENDIZAJE, en los currículos programáticos de los diferentes niveles educativos, sin considerar, epistemológicamente, la capacidad inherente de la formación crítica y creadora que constituye la fortaleza ineludible del educando.
De esta manera se han elaborado paradigmas o esquemas que respondan mejor a los intereses de quienes, en cualquiera época de la Historia, detenten el poder económico y político de un Sistema.
No es solamente necesario asomarse, por ejemplo, a la filosofía moderna francesa, con Deleux, Foucault, Bachelar o a la alemana con Nietzsche y otros varios; incluso a literatos como Balzac, Dostoievski, Cervantes, en la Narrativa, o poetas reflexivos como Poe, Silva o Arturo, en nuestro entorno, sólo por mencionar algunos, para reflexionar evidentemente la dinámica de la comprensión que me ocupa.
Tal vez la Universidad Pública, con excepción de sus programas en las Facultades de Educación, en varias de ellas, podría exonerarse de los paradigmas impositivos.
Desde la concepción, el feto, en su formación psicosomática, inicia su proceso de aprendizaje, lógicamente influenciado por la fuerza del entorno vivencial de la madre.
En ningún momento, sus padres, en primera instancia, asumen obligación alguna de enseñanza. No es posible esto. Si acaso, con conocimiento de causa, influyen de otra manera, más frecuentemente artística, sobre el vientre gestante, para incidir en él mediante sonidos armónicos que les hace pensar estar formando un artista.
El niño, una vez frente al mundo que lo rodea, no se puede calificar como una vasija vacía que se tiene que llenar con la enseñanza de saberes, quizá alienantes, que no harán otra cosa que castrar su curiosidad, principio fundamental del conocimiento dado en su acontecer y que se debe, eso sí, orientar y dirigir conjuntamente por sus padres y sus maestros, hacia, también, la cientificidad de su desarrollo.
Muchos, quizá sin lograr por lo menos la educación primaria, máximo hasta un quinto año de escuela, logran su cometido en la existencia. Quizá solamente se puedan excepcionar algunos y no por su falsa culpabilidad, sino por taras o errores cometidos en el nacimiento. No obstante son dignos de comprensión y de atender en ellos los intereses que muestren, por la propiedad intrínseca.
Basta, para quienes reflexionan, hacer una lectura consecuente del mundo y deducir conocimiento y saberes de la positividad y negatividad del planeta, no obstante violentado por el género humano.

Asistir, por ejemplo, a una fiesta campesina, a un taller artesanal de cualquiera índole, casi siempre o quizás siempre de orden empírico, constituye una excelente lectura de la dinámica de los modos de producción de los objetos reales convertidos, mediante el pensamiento, en objetos de conocimiento o si se quiere, paralelamente, desde la creatividad del pensamiento, la realización de los mismos en objetos artísticos, mejor que artesanales y también de servicio, elaborados por el pueblo. (Marx y Platón).
Mediante la comprensión de los territorios imaginarios, quizá, el Instituto Andrés Bello instauró El Instituto Andino de Artes Populares, (IADAP), para la investigación de la producción artística de los grupos populares marginados, muchas veces excluidos. Por la acción misma del ser investigador, no escaparon a esta enriquecedora labor del conocer los centros no sólo rurales sino urbanos en el contexto multiétnico.
Por sugerencia de quien suscribe, entre otros, el  IADAP pasó a llamarse INSTITUTO ANDINO DE CULTURA POPULAR, cuyo trabajo, en Nariño, dio origen a la Maestría en ETNOLIERATURA, de la Universidad de Nariño, con relativo éxito, dada la influencia mediática de intereses suficientemente conocidos.
Este Post-grado va más allá de la simbolización oral de esquemas denominados literarios clásicamente. Simboliza, de la naturaleza, todos sus haberes: animales, plantas medicinales o no, etcétera, el mundo que observa y lee cotidianamente e implica su actuar crítico y creativo en el contexto del símbolo.
El dialogar personalmente con Artesanos nariñenses del Carnaval, me permitió lecturas que cambiaron, en gran medida, mi observación ecléctica. ¿Cómo podemos elaborar carrozas que recreen nuestros contenidos ancestrales si los calificadores que nos imponen, desconocen nuestra cultura? Me decían ellos.
Ciertamente los Directivos del Carnaval Pastuso, más exactamente, designaban calificadores ajenos al Departamento de Nariño y quizás ignorantes de su cultura, como aún acontece.
Por fortuna bien entendida esta cuestión y después de continuadas charlas, suscitadas por el IADAP de Pasto, la dirección nombró a críticos y a artistas sabedores regionales para el examen de contenidos del Carnaval y su creatividad.
Entonces se re-instauró la imaginación creadora con contenidos más auténticos y ajenos a los que antes primaban pro satisfacción de los jurados, amén de la ignorancia y del entender de la región. Se acabaron temas como la mujer biónica, el ratón Mickey, supermán, entre tantos, y aparecieron, con mayúsculas, nuestra TUNDA, EL RIVIEL, EL CARRO FANTASMA, EL CURA DESCABEZADO, LA PATA SOLA y muchos más temas renovantes de nuestra cultura.
No podría nunca olvidar a artesanos ganadores como el maestro Zambrano, a mi amigo Chicaiza, cultores que fortunosamente constituyeron escuela y sus descendientes continúan su sendero.
Sea oportuno, en esta reflexión, recordar a artistas muy reconocidos mundialmente como BOANERGES MIDEROS; a directivos como EUGENIO CABRERA y muchos otros ecuatorianos que hoy brillan aún más en la nueva Patria Ecuatoriana, gestores del IADAP, Institución que, mediante concurso, pudimos instaurar en Pasto.
En la actualidad, Nariño con sus ciudades, sus pueblos, sus veredas, simboliza la creatividad y el avance consciensal, no solamente nacional, sino internacional a través de sus implicaciones multiétnicas y pluriculturales.
Recorriendo campos veredales; charlando con sus pequeños agricultores, ganaderos, artesanos, músicos, productos de su fuerza cognoscitiva empírica, aflora a mi mente la frase del ilustre tratadista Rousseau en su Emilio: “El hombre nace bueno y la Sociedad lo corrompe”, que no tiene total aplicabilidad en estos grupos mejor consolidados en su innatismo.
Y para terminar y sintetizando, tengo la certeza de que, parodiando a Nietzsche, quizá en su obra “La Genealogía de la Moral”, nunca se podrá enseñar nada a quien nada sabe y sólo se puede aprender aquello que ya se conoce.

JULIO ERNESTO SALAS VITERI
Chachagüí, 22 de Noviembre de 2013.







Prohibir y Sancionar.

Rubias, blancas, morenas, amarillas, todas vestidas en hermosos colores, con peinados espléndidos, demostración de la más alta técnica de producción de las muy buenas fábricas de muñecas, muy bien agrupadas y colocadas en bellos muñequeros, eran observadas por niñas de diferentes edades y tamaños, con los ojos llorosos y absorta contemplación, bajo llave con la inmensa ilusión de abrazarlas, acariciarlas, jugar con ellas, bañarlas con buen jabón y champú o, por lo menos tocarlas, pero todas sus ilusiones eran en vano, sus padres les habían prohibido.
 Es cierto que eran de su propiedad, sus padres se las regalaron, pero para que no las dañasen y simplemente las tuvieran gozando de su vista. El muñequero se construyó para eso, constituía un excelente regalo.
Por otra parte, toda clase de juguetes, también muy bien diseñados, especialmente para varones, carritos conducidos a control remoto, controlados por los padres para su excelente conservación y con la firme prohibición de dañarlos o pretender cambiar su estilo, a camiones, camionetas, por ejemplo, o verificación de su maquinaria, cambio de repuestos, todo esto que la curiosidad de los niños hubiera podido imaginar y ejecutar como lo observaron siempre en los mayores, en los objetos reales de libre manejo y servicio para la comunidad.
Muy natural pretender hacerlo, la investigación nace con la curiosidad y la libertad de descubrir todo aquello que exista más allá de lo que sus propios ojos observasen. Tristemente sus deseos estaban prohibidos, se sancionarían duramente, si dañaban un juguete de tan alto costo.
Así, sin más ni menos, se puede empezar esta narración, desde la Irresponsabilidad prohibitiva.
Muchas cosas vendrán, hechos sucederán y el mundo pleno de errores, de horrores.
Observando su precioso muñequero, se preguntaba y preguntaba María, la hija menor de la familia.
– Por qué mi papá y mi mamá, hermanitas, no me dejan tomar mi muñequita, la más bonita que tengo, pero está encerrada con las demás, yo quiero bautizarla - 
 - Creo que ninguna está bautizada, ¿a Ustedes las dejaron? - pensaba y decía. –
- No, contestaban su hermana, Juanita.
- Ellos no las regalaron, pero nos prohibieron tocarlas-
 -Cuántas veces hemos querido bañarlas y peinarlas, porque están sucias y desarregladas, pobrecitas de tanto estar encerradas.
- Pero no nos dejan, nos prohíben; dijeron que había que cuidarlas para que siempre estén limpias y bonitas y sólo allí en el muñequero se pueden conservar.
- Marujita, insistía.
- Eso quiere decir que ellas nunca mueren, Juanita, nuevamente preguntaba Marujita.
- No hermanita, las muñecas son solamente juguetes, ellas no tienen vida y nunca mueren. Lo que pasa es que si nos las dejan sacar, dicen que las destruiremos.
- Entonces no son nuestras, decía, nuevamente, Marujita.
-¿Para qué las compraron, sólo para adornar la Sala y mostrarles a los demás el muñequero tan lindo que dizque tenemos? Concluía María.
- Sí, parece que así es. Contestaba Juanita.
- Y a Luisito sí le dejan coger sus carritos ¿Por qué?, insistía María, la pequeñita de la casa.
- Sí, respondía Juanita.
- Pero vaya y dañe alguno, ya te has dado cuenta el regaño que se le viene encima, agregaba Juanita.
Luisito, el hermano mayor de los miembros del hogar, no era ajeno a esta situación y había empezado ya a maquinar la manera de cómo, cuando sus padres, Antonio y María, no estuviesen en casa, llevar a feliz término la realidad de sus propósitos.
Mientras tanto, sus padres de ellos, después del trabajo, porque los dos se ocupaban en empresas privadas, aunque no eran lo suficiente bien pagados, de no estar en casa viendo novelas o partidos de fútbol a través de las informaciones mediáticas, asistían a restaurantes o a clubes no de altura, acordes con sus ingresos.
Mal haríamos en pensar que sus cerebros no estaban lavados, en el contexto de la mayoría de los colombianos, por las informaciones mediáticas concurrentes con la ideología dominante.
Puede pensarse, también, que en las llamadas clases altas, este fenómeno no se diera. Ellos conocen perfectamente que a quien hay que mantener alienados es a los empleados públicos o privados, dependiendo siempre de los intereses de la dominancia.
Luisito, aproximadamente de diez años, reunió a sus hermanitas, respectivamente de ocho y seis años y les expresó qué había pensado para tener la libertad de lo que sus padres decían era de ellos y de nadie más.
- Si los juguetes son nuestros, como dicen papá y mamá, vamos a tomarlos. Hacerlo no es pecado, es nuestro derecho; de esa manera nos enseña mi papá: que ya que seamos grandes debemos defender lo nuestro, porque vivimos en un País democrático y de leyes, explicaba Luisito.
- Pues vamos a hacerlo, continuaba expresando. ¿Por qué no desde ahora?
La curiosidad del niño, lo han manifestado varios tratadistas, es el principio fundamental de la investigación y, por consiguiente, del conocimiento.
“La curiosidad se atreve más contra lo que más se prohíbe”, expresaba Diego de Saavedra Fajardo.
Y existe una voluminosa obra con ese título: “La Curiosidad del niño es el Principio de la Investigación” Qué lástima que no se recuerde su autor.
 Carlos Arturo Moreno de la Rosa, también se refiere al niño en el proceso de desarrollo del conocimiento científico; igualmente y muy reciente, Pilar Jericó, nos ilustra al respecto.
La curiosidad científica: el laboratorio natural del hombre por Pablo Astudillo y Carlos Blondel, hace colación, en principio, al respecto.
Dicho y hecho, el plan estaba preparado. A un niño no podemos detenerlo en sus alcances. La labor, de quienes tienen que ver con su formación, nunca será la prohibición, sino la orientación, la dirección de su aprendizaje.
En el colegio había oído hablar de las ganzúas que sirven para abrir candados, por difíciles que fueran. Además, en el baúl de las herramientas de Papi, había tantas herramientas que casi nunca utilizaba y que perfectamente servirían para la transformación, especialmente de sus vehículos, en cualquier otro que le gustase.
Consiguió la ganzúa. Los candados del muñequero y del baúl serían prontamente abiertos. Gozaba del tiempo necesario porque sus padres solamente estaban en casa para regañarlos de tocar lo que, especialmente, se les había prohibido.
Sus hermanitas gozarían, graciosamente, bañando, jabonando, peinando sus muñequitas y vistiéndolas como ellas realmente querían. Harían las veces de verdaderas madres con sus hijas, toda vez que necesitaban verlas más hermosas y jugar con ellas.
Él, no se cambiaría por nadie en su Ingeniería Mecánica. Se auto consideraba plenamente preparado para ejercer su profesión. Imaginaba, con profunda alegría, todo lo que habría de acontecer. Jamás intentó o vino a su mente de niño, curioso y hábil, ¿qué pensarían sus padres de esto?
Por su parte las dos niñas se sentían orgullosas de Luisito, quien les abría el espacio, tan deseado, de poder disfrutar de sus muñequitas. Pero no sabían cómo lo haría y no era tan de su preocupación. En ellas crecía más, como es natural, la curiosidad.
Más, sí deseaban con ahínco que el momento llegara y que sus padres se sentirían orgullosos de la capacidad de sus hijos. Porque es de advertir que estos, según aquellos, eran verdaderamente amorosos.
Es de pensar que ni los Psicólogos, ni los Psiquiatras, ni nadie, puede profundizar ni su propio ego, menos el otro “yo” de los humanos.
Quizá tenga razón Edgar Allan Poe cuando expresa “que conocerlo todo es demoníaco”. De todos modos hay mucho que aprender, aún en la vejez; quizá más se aprende cotidianamente y no obstante hay mucho que aprender.
Por otra parte, muchos expresan que nada es imposible. Entonces, penetrar el fondo endotímico del ser, conocer su intrinsiquidad, ¿será posible? ¿El cerebro humano habrá desarrollado ya su enorme capacidad?
Dejemos estas reflexiones por ahora. Nos ocupan los niños; nos ocupa su capacidad de aprendizaje fincado en la naturaleza de su libertad, de su curiosidad, desde el mismo momento de la concepción y dejarlos, pero conducirlos y guiarlos, es el verdadero sendero de la grandeza de su futuro. El niño es capaz de todo, hay que apoyarlo.
Llegó el momento y Luisito, muy feliz con su ganzúa, llegó a casa y procedió a cumplir con su cometido.
- Hermanitas, dijo, me tienen que ayudar, abriremos los candados y liberaremos las bellas muñequitas, sus bellas muñequitas, para que las cultiven tal como se merecen, junto a sus verdaderas madres, quienes son Ustedes.
- También, abriré el candado del baúl de mi papá. Su herramienta me servirá para mejorar mis juguetes, continuaba diciendo Luisito.
Con mucho cuidado, resultante de la formación prohibitiva apresuró su labor con el temor de que sus padres llegaran.
Inició con el candado del “muñequero” porque estaba ansioso de agradar a sus hermanitas menores y luego continuaría con el baúl de Papá.
Con gran dificultad intentaba abrirlo, pero también era una nueva experiencia que le ponía dificultades. No obstante, estaba a punto de abrirlo, cuando escuchó que la puerta principal de casa era abierta y, de inmediato, suspendió su tarea.
Evidentemente sus padres llegaron a casa, entraron y lo primero, preguntaron a Ligia por sus hijos.
- Cómo están mis criaturitas lindas, se portaron bien, durante nuestra ausencia, dijo María, la ama de casa.
- Si señora, respondió Ligia, quien se había convertido en la verdadera cómplice de los niños, a sabiendas de que su actitud era válida con ellos.
- Ola mis amores, les dijo Antonio, lleno de alegría por la respuesta de Ligia.
- Los felicitamos, mis amores, eso es ser unos buenos niños, obedientes y juiciosos, como les hemos enseñado, expresaron al tiempo, Antonio y María, desconociendo, desde luego las travesuras de sus retoños.
- ¿Cómo les fue en el Colegio?, preguntó papá.
- Excelente, papito, respondieron a la vez, María, Juanita y Luis.
- Todos fuimos felicitados por los profesores, mamita. Nos dijeron, a los tres, que somos unos niños bien educaditos, agregó Luisito.
Ciertamente asistieron a clases y su comportamiento fue normal aunque siempre estuvieron pensando en lo que tenían que hacer en casa para liberar sus juguetes y gozar de ellos a plenitud.
Ligia, quien sin tener una formación académica o, por lo menos mínima, de más allá de saber leer y escribir, comprendía, como una verdadera madre a los chiquillos. Siempre les acolitaba sus travesuras, jugaba con ellos, en su tiempo libre, y era su cómplice como el Deber Ser de un padre o de una madre con sus hijos hacia el logro de la verdadera confianza que, en todo hogar, debe existir. Si no la hay es de esperarse que todo marche inadecuadamente así aparente otra cosa en el laboratorio formativo de la niñez.
- Ligia, apenas tuvo oportunidad de hablar con sus pequeñuelos, les dijo:
- No tienen por qué preocuparse. Otro día, podrán abrir los candados. El Señor y la Señora, están preparando un viaje de fin de semana y entonces sí, nuevamente, manos a la obra.
- Gracias Ligiecita, ¡Qué buena noticia! Contestó Juanita. Prepárate, hermanito, esta vez sí podrás abrir los candados y seremos felices, muy felices, con nuestros juguetes. Ya nadie nos los esconderá. 
Y así fue. Tuvieron toda la confianza y la seguridad de que en esos días lo lograrían y, esta vez, con la ayuda de Ligia, la apertura de los impedimentos de su felicidad.
No había que esperar mucho, cuatro días son nada. Era lunes y pronto llegaría el sábado, el sábado de sus ilusiones.
Nunca es tarde. Llegó el día esperado. Ligia también se alegró. Es que ella nunca convino con las decisiones de sus patronos. Pensaba que frecuentemente estaban equivocados. Que a los niños no los corregían bien. Que lo único que hacían era prohibirles todo y regañarlos por cualquiera cosa.
Los esposos, Antonio y María, muy temprano, el día sábado, después de despedirse de sus hijos y de ligia, partían al cumplimiento de una cita de negocios por parte de Antonio.
- Ligia, no te olvides de cuidar a los niños como siempre lo has hecho, dijo la Señora, algo preocupada.
- Si señora, esté tranquila que ellos son buenos niños y no me darán qué hacer.
- Hasta dentro de tres días mis lindos hijitos, dijo Antonio su padre y los besó muy cariñosamente.
- Adiós mamita linda, contestaron al tiempo los tres, que les vaya bien, no se demoren.
Más se demoraron en salir de casa sus padres que los tres pequeñuelos saltaran de la cama para llevar a cabo sus travesuras.
- Ahora sí, hermanito, a abrir los candados para liberar nuestros juguetes, expresaron las dos hermanitas, María y Juanita.
- Ya mismo, respondió Luisito, con gran entusiasmo.
- Veamos que ahora sí puedo, tenemos harto tiempo para hacerlo, manifestó Luis.
Empezaron la faena, buscando por todas partes la ganzúa que parecía la habían perdido. Pero no, la encontraron sin ninguna dificultad y empezaron.
Otra vez, reiniciaron por el candado del muñequero y, quizá ya sin miedo, Luis lo abrió con facilidad.
Juanita y Marujita se lanzaron felices a coger las muñecas y se dio principio a la gritería de felicidad, pero también a la lucha por tomar, ya una, ya otra.
Al fin escogieron unas, mientras Luis abría el candado del baúl y escogía la herramienta que iba a necesitar para lo de sus carritos, especialmente.
Escogió un martillo, un alicate, clavos y se apresuró a realizar su acción, tratando de cambiar el diseño o quizá el modelo de sus vehículos.
El escándalo, para cualquiera que no entendiera su problema, era enorme. Se escucharon gritos, golpes de martillo, palabras, en ocasiones de rabia, en otras de alegría.
Ligia gozaba observándolos y se divertía, también, ayudando a las niñas a bañar las muñecas, proporcionándoles, champú, jabón, toallas, peines, todo lo que fuera necesario. Por un instante había olvidado sus labores de aseo, de tendidos de cama y demás labores de cocina, incluso para el desayuno. El espectáculo era muy gracioso.
La casa parecía ponerse al revés, el desorden primaba sobre todo. Entonces, pero sin angustiarse, todo lo contrario, llena de felicidad, Ligia miraba y escuchaba todo lo que sucedía en un día de libertad, en un día sin prohibiciones, sin regaños y del logro feliz de lo preparado por sus bellos angelitos.
Así pasaron los días sábado y domingo. Ligia se preocupó, hasta lo imposible, por mantener la casa ordenada, porque los patronos no demorarían en llegar.
- Buenas noches, manifestó María, la señora del hogar, mientras su esposo guardaba el carro.
-  Buenas noches contestó Ligia, muy nerviosa, pensando que se pudieran dar cuenta de las muñecas y de los juguetes de Luisito; pero, todo lo había escondido en un lugar que no fuera visto por ellos.
- Buenas noches, dijo Antonio, entrando a casa, pero sin percatarse de nada.
-   Buenas noches, respondió Ligia, ya más tranquila.
-   Cómo están todos, dijo Antonio y María, a la vez.
-   Cómo están mis niños, se han portado bien; no les ha pasado nada, con ansiedad preguntaba doña María.
- Los niños están dormidos, refirió Ligia, eludiendo hábilmente lo referente al comportamiento.
- Gracias, Ligia, eres una gran ama de casa, todo se ve limpio y ordenado; nosotros estamos cansados y nos acostaremos ya. A los niños los saludaremos, mañana, a la hora de ir al colegio.
No obstante pasaron a las alcobas de los niños, se aseguraron de que todo estaba bien y los retoños dormían plácidamente.
Luisito estaba en cuarto año de primaria, Marujita en primero y Juanita en tercero. Los tres eran reconocidos por su buena conducta y excelente desarrollo en el estudio. Claro está, la formación que recibían no se ajustaba plenamente a ellos porque siempre fueron relegados a los currículos del Estado.
 Esto es, su aprendizaje se limitaba a las enseñanzas impartidas por los profesores que, como tal, limitaba su Deber Ser y no el verdadero Aprendizaje, concepto que es consecuente con la libertad y permite el avance eficaz de la creatividad y el libre pensar crítico que, mientras consolidan su personalidad estará orientado y dirigido por los maestros, conjuntamente con los padres de familia.
Obvias razones, entre otras y fundamentales, para que la niñez, la adolescencia, la juventud, a través de todos los niveles educativos, formen profesionales y no, dependientes del querer de quienes detentan el poder económico y político de un Estado.
Esto califica sólidamente la concepción de lo prohibitivo que, en la niñez más explícitamente, por su natural curiosidad, conduce al apetito del conocer, evidentemente del Aprender. En pocas palabras, la prohibición y el no a los niños, jamás será una buena política formativa.
El día lunes, muy temprano, Antonio, María y Ligia se dispusieron a los preparativos, después del desayuno, para enviar a los niños al colegio.
Antonio, en su carro, llevando a su esposa, se dirigió al establecimiento educativo, entregaron sus retoños, como todos los días y, posteriormente, a su trabajo, respectivamente.
De regreso a casa al lado de sus hijos, Antonio y su amada, felices de haber cumplido, ese fin de semana, sus compromisos y de encontrar totalmente sanos a todos, entraron ingenuamente, en principio sin observar nada que hubiera acontecido durante su ausencia.
El almuerzo estaba listo y antes de que Ligia los llamase al comedor, la señora María, increpó a su empleada:
- Ligia ¿qué pasó aquí? ¿Dónde están las muñecas? El muñequero está vacío.
-  Igualmente, Antonio, muy perturbado, preguntó:
- Luisito, ¿Qué has hecho con tus juguetes?, ¿especialmente con los carritos?
Ligia, llena de pavor, no sabía qué contestar. Los niños corrieron a esconderse; el temor los embargaba. ¿Qué pasará, se preguntaban? Ahora sí nos castigan. Nuestros padres están, parece, muy  furibundos.
-Ligia, quien había comprendido, tal vez su error, su compromiso, en otras palabras su complicidad, haciéndose de valor contestó:
- El niño Luisito abrió los candados del muñequero y del baúl de don Antonio para todos poder jugar, porque estaban muy ansiosos de hacerlo.
- Luis, gritó Antonio a su hijo el mayor, el único varón: ¿Qué no te das cuenta de lo que has hecho? ¿No entiendes que cuando tus padres te dicen, “no hagas esto o lo otro” tienes que obedecer? ¿Ya que no hacerlo es pecado y que Dios te va a castigar?
Mientras tanto la ama de casa, tomaba de la mano a sus dos pequeñas y les pedía, muy disgustada, que mostraran dónde estaban las muñecas, que ¿qué habían hecho con ellas?
- Juanita, más audaz, dijo a su mamá: Mamita, nosotras sólo queríamos jugar y ¿cómo lo hacíamos si las muñequitas estaban encerradas como en una cárcel? Ellas necesitaban asearse, ponerse más bonitas y eso es lo que hemos hecho con la ayuda de Luisito.
- ¿Pero no sabían que estaba prohibido y que desobedecer a sus padres es un pecado y que Dios las castigará?
- ¿Cómo lo hicieron?, insistía doña María. ¿Cómo les ayudó Luisito?
- No sé mamita. Él abrió el candado con un alambre y nosotros las bañamos, las vestimos mejor y las peinamos, para que se vieran más bonitas, porque son nuestras hijas, ¿no es cierto mamita?
- Además, tenemos que bautizarlas porque no tienen nombre, ampliaba Juanita, más decidida.
- Nada de esas cosas. Colóquenlas nuevamente en el muñequero. Voy a hablar con Luis y con su papá.
- Luisito, ven acá, quiero hablar contigo, gritaba doña María.
- Si mamita, aquí estoy, no me vayas a pegar, respondió Luis, acercándose a su mamá.
- Cuál es el alambre con el que abriste el candado del muñequero, muéstralo, decía mamá.
- Este mamita, mostraba luchito.
- Antonio, ven te muestro lo que este muchacho ha conseguido para abrir el candado del muñequero.
- ¿Qué? Respondió Antonio. Esa es una ganzúa. También ha abierto el candado de mi baúl de herramientas y sacó el martillo y otras herramientas y clavos y qué sé que más.
- Luis, ¿dónde conseguiste esa ganzúa? ¿Quién te la dio?
- Me la prestó un compañero en el colegio y hoy se la devolví, contestó Luisito, más calmado.
- Quién te la prestó, preguntó Antonio. Dímelo para denunciarlo en el colegio. Esas cosas no se deben hacer. Esos aparatos las usan sólo los delincuentes.
- Luisito guardó silencio y no respondió a su papá.
-Ya veremos. Esta misma tarde hablo con los profesores, mejor con el Rector y te sancionarán a ti. Tus hermanas nada tienen que ver con esto. En ausencia, de tus padres, tú eres el varón y tienes que responder por el hogar.
- Mija, llamó Antonio a su esposa. Ya mismo despide a Ligia del empleo porque no fue capaz de controlar todas las diabluras que estos chiquillos maleducados han hecho.
- Sí mijo, de inmediato. Personas así no nos sirven en casa. Esto es inaudito, respondió su esposa. No podríamos volver a salir porque con ella son capaces hasta de destruir lo poco que tenemos.
Entre sustos, regaños, despidos, alegatos, el almuerzo se tardó, no obstante estar listo.
Ligia fue duramente increpada por la señora María y despedida, tal como lo había dicho Antonio.
- Ligia, arregla tu maleta y te vas. Esto es lo que te debo de tu sueldo, que Dios te acompañe y no vuelvas jamás a cometer este tipo de errores.
- Gracias, de todos modos señora. Ustedes han sido muy buenos conmigo y si así lo ordenan me voy, pero tengo mi consciencia tranquila. Hice al lado de mis niños lo que ella me indicaba. Yo no creo en que se les debe prohibir nada.
- Cállate ya y vete. Ojalá tengas suerte.
- Antes de salir, escuchen bien, dijo Antonio a sus hijos queda totalmente prohibido ver televisión hasta nueva orden y esta noche prepárense para recibir, por lo menos tres correazos a cada uno.
Todos almorzaron de mala gana. Ligia arregló sus cosas y muy triste se despidió, especialmente de los niños, llorando con ellos y los patrones se aprontaron a salir para llevar los niños al colegio e ir luego a su trabajo.
Una vez en la oficina, Antonio pidió permiso a su jefe para asistir a una reunión en el colegio, previa solicitud de entrevista que realizó con el Rector.
Una vez llegado al Establecimiento Educativo, enseguida fue atendido por el Señor Rector.
-Qué sucede Don Antonio, cuente, manifestó el Licenciado Aníbal Araujo.
- Señor Rector, ha sucedido en mi casa, en mi hogar, un gran problema. Luis, mi hijo mayor, de quien Usted nos ha manifestado como un niño de excelente conducta, ha conseguido, con alguno de sus compañeros, cuyo nombre no quiso decir, una ganzúa con la que abrió los candados del muñequero de las niñas y de mi baúl de herramientas, para hacer diabluras con sus juguetes.
- Lo de las travesuras de sus hijos, que Usted denomina como diabluras, Señor Guerrero, no es ningún problema, Pero sí la existencia de ganzúas en el colegio. Procederé inmediatamente a investigar esta situación y a tomar las medidas pertinentes para erradicar este tipo de cosas, añadió el Rector.
- Lo mismo haré yo en casa, amplió Don Antonio. Es preciso que estemos de acuerdo con las sanciones del caso.
- No don Antonio. Usted no tiene por qué sancionar a sus hijos. Lo hecho son travesuras propias de los niños. Pero sí tiene que explicar lo de la ganzúa suficientemente porque también, además de los delincuentes, la usan algunos técnicos para abrir candados de los que se ha extraviado la llave.
- Además, Señor Guerrero, la sanción no conduce a nada. Nuestra obligación, tanto de profesores, como de Padres de Familia, es orientar y dirigir a nuestros alumnos e hijos para que no cometan desafueros o acciones negativas que pudieran incidir destructivamente en su formación.
Evidentemente en el Colegio “Jorge Herrera Timarán”, el Licenciado Araujo, cuando era preciso, rompía con paradigmas o esquemas educativos impuestos por los programas del Estado, convencido de que, en muchas ocasiones, quizá la mayoría, no eran los más apropiados para la formación creativa y crítica de sus educandos.
En los mismos términos trató, lo mejor que pudo, de convencer a Don Antonio Guerrero Santacruz con el objeto de impedir actos de violencia familiar, en su hogar.
Algo escéptico, pero también pensativo, Don Antonio retornó a su trabajo y se dispuso a analizar con su esposa, Doña María Insuasty Briceño, a quien amaba intensamente, lo escuchado del Señor Rector del Colegio.
A las doce 12m. recogió a su esposa y a sus niños y regresaron a casa para lo del almuerzo.
Para entonces habían contratado ya una nueva empleada, previo examen de las referencias exigidas y de su posible capacidad para desempeñar sus labores.
El almuerzo estaba listo, pero no cumplía con las exigencias que Doña María, previamente, había ordenado. No había alternativa. Almorzaron, nuevamente a disgusto, insatisfechos todos y con nostalgia de la suficiencia de Ligia.
La nueva empleada, Emperatriz, por lo menos ese día, no fue de su agrado. Pese a todo fueron, los patronos, muy explícitos en explicarle todo respecto a ir al colegio a recoger a los niños, a la hora oportuna, porque en las tardes Don Antonio no podía hacerlo en su carro.
Previo a esto había llamado al colegio, advirtiendo que quien iría por los niños sería Emperatriz, su nueva empleada.

- Así lo haré, manifestó la aludida y cumplió con lo ordenado.
De regreso a casa, a las 6.30pm, se podía apreciar en Don Antonio el posible deseo de no sancionar a sus hijos, antes de hablar detenidamente con su esposa.
Realmente las palabras del Rector habían tocado su espíritu y estaba casi seguro de haber cometido errores, cotidianamente, con su hogar. Con su familia.
- Mija, necesito, charlar contigo, a la mayor brevedad, es muy importante. Lo haremos cuando los niños se hayan retirado a dormir.
- Y eso, ¿qué te sucedió? Te noto preocupado. Dime ¿qué pasa? ¿Cómo te fue en el colegio? ¿Qué hablaste con el Rector? Insistía la señora.
- Ya te lo contaré, ten paciencia, no es malo, quizá sea razonable, espera un poco.
- Bien, amado mío, estoy en ascuas por saberlo. Sea como tú lo dispongas.
La curiosidad de los niños, su nata inteligencia, su necesidad de saberlo todo, les hacía comprender, con facilidad, que a su papá algo le sucedía. No eran ajenos a la expresividad diferente de él. Sin embargo no se atrevieron a preguntarle porque su temor del castigo se lo impedía. Todo lo contrario, muy juiciosos, después de comer, de hacer sus tareas de estudio, pidieron la bendición de sus padres y se retiraron a sus alcobas.
Entonces Don Antonio, en su alcoba con su esposa, refirió todo lo hablado con el rector del colegio.
- María, mi amor, le dijo: creo que nos hemos equivocado con la presunta formación de nuestros hijos. Ellos tenían razón cuando nos pedían, respetuosamente, libertad para hacer uso de sus juguetes y se lo negamos y más, por sus travesuras, los regañamos y hasta los maltratamos. Hemos caído en la violencia familiar.
- No te angusties, mi amor. En la vida todo es reparable. Si el señor Rector te ha hecho entender las cosas de esta manera, debemos acogerlas; él es un hombre muy preparado y seguramente tendrá razón. Confiemos, a partir de esta noche, en la reivindicación de nuestro hogar.
- Gracias, María por tu comprensión, eres adorable, pero me lastiman las secuelas que hayamos dejado en nuestros hijos. No sé ¿Cómo habremos de actuar en el futuro?
- Lo intentaremos por encima de todo, nunca es tarde. Mañana será otro día y muy diferente a los que hemos vivido, como tú dices, equivocadamente. 
- Amor siempre les hemos brindado. En adelante, nos ilustraremos mejor para conducirlos por el camino más apropiado y acorde con sus ilusiones y esperanzas, replicaba convencida, María.
- Qué desasosiego me produce habernos equivocado con Ligia. Ella, apenas sabiendo leer y escribir, actuaba con nuestros hijos, justamente. Pienso que el haber sido su cómplice con sus travesuras, obvió muchas desilusiones que ellos pudieron haber sufrido. Tenemos que recuperar a Ligia y entenderla, también, en sus concepciones, añadió, por último Antonio.
Después de estas reflexiones, los esposos se entregaron en brazos de Cupido y de Morfeo e iniciaron un sueño reparador para continuar mañana y en el futuro una vida diferente que significase la formación adecuada de sus retoños.
El tiempo transcurre inexorablemente y es la positividad del ser humano, la conductora del bienestar y del triunfo en sus acciones.
Los tres muchachitos crecieron, formaron su existencia, acorde con sus principios, con sus ideales; aprendieron siempre, distinguiendo claramente, lo positivo y lo negativo en su lucha por El Deber Ser.
Como profesionales, conscientes de su paso por la niñez que hubo de tocarles, impulsaron con entereza la formación justa de sus congéneres y empeñaron toda su vitalidad hacia el fortalecimiento de su bella Patria.
En vano, tanto sus padres como ellos mismos, procuraron encontrar a Ligia, el pilar del principio de su formación, a quien jamás ni sus padres pudieron olvidar, ni ellos podrían hacerlo.

JUSAVÍ.
Chachagüí, 20 de Noviembre de 2013.






Hijos de la
Incontinencia




Julio Ernesto Salas Viteri






Windmills International Editions Inc.
California - USA – 2015