I N O L V I D A B L E S N O C H E S
Existen
tantas, tantas noches sin olvido,
Que horadan
los sentimientos del amor,
Que tocan
profundamente los corazones,
Hasta hacer
verter la sangre en el espíritu.
Esta, una
de tantas, profundizando mi alma
Vuelca sobre mi existencia, dolorosamente,
La angustia
que, hiriendo en lo más íntimo,
Sangra a
quien ama sus seres más queridos.
Una
clínica, un hospital mortalmente anclan
En las
vidas de familia la cruel cruz inmortal
De vivir, quizá
sin esperanza, la tormentosa
Ansiedad de
perder la vida de hermandad.
Jesús,
desde el cosmos infinito permanente
Observa el
dolor, la angustia y la ansiedad,
De quienes,
sus eternos seguidores, poseen
Su infinita
bondad en lo más hondo del ser.
Del corazón
que creyente goza su posesión,
Siente que, poco a poco, la noche
se torna ya
En el
esplendor, la vitalidad de quien lucha
Por la sobrevivencia, por la vida, por el amor.
Por la
esperanza, y luchando contra agonía.
Mira, escucha en el infinito la
luz Jesúsiana.
Entonces,
vuelve a la vida la espiritualidad
Para nunca
jamás morir la luz de la eternidad.
En Honor
a un hermano.
JULIO
ERNESTO SALAS VITERI.
CHACHAGÜÍ,
15 DE AGOSTO DE 2012
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