D O L O R O S O S D Í A S D E A N G U S T I A




                          D O L O R O S O S   D Í A S  D E   A N G U S T I A



Puede ser casi no creíble lo que unos padres de familia pueden referir esta tarde y esta noche, noche de angustia, de dolor, de insatisfacción de la vida, en una naturaleza llena de esplendor, de floridez, de naturaleza limpia intocada por las manos crueles científicas de quienes violentan el planeta en pro de intereses de poderosos detentantes  del capital del mundo e impiden, quizá el desarrollo normal que nos implica la acción de la vida en un espacio de amor, de tranquilidad y de ejercicio del sano vivir de todo ser sobre ella.

Todo, no obstante, aparece a nuestros ojos como la plenitud de la existencia. El amor se vuelca sobre todos los seres e imprime su omnipotencia alrededor de la vida. No se puede ni siquiera pensar en que la humildad del ser humano esté tocada por la ineficiencia de la psicopraxis o psicosoma de la que, quisiéramos decir, conducta, aparentemente normal del ser humano.

Nada más cruel que una niña de quince años con alguna deficiencia psíquica manifiesta en su incapacidad para resistir la tentación de la seducción erótica, más si se tiene en cuenta que a esa edad toda joven busca descubrir el sexo que su desarrollo hormonal  exita.

El varón incapaz de comprender tal realidad y con la malicia propia del machista mal educado y delincuente, aprovecha la inocencia y la incapacidad de resistencia de la inocente jovencita.

La espera a la salida del colegio en el que sus padres creen  mejorará todas sus deficiencias, pero dada su edad, esto no es posible. Es arrastrada por el criminal que no espera sino satisfacer todos sus torcidos o degenerados impulsos, adquiridos quizá por su formación o por la misma sociedad corrupta en la que vive. De todas maneras se trata de un sujeto que ya se ha implicado en el crimen; cinco puñaladas, violación de un niño, según cuentan los vecinos del lugar y la misma Policía de quien tiene conocimiento y manifiesta haber sido internado en un instituto de rehabilitación. A la fecha, tres meses de regresar a su población con la creencia de haber sido rehabilitado. No obstante, nuevamente reinicia su actitud delincuencial y acosa y somete a la inocente niña que por su trauma sicosomático está incapacitada para negarse y es sometida con facilidad a los bajos instintos del sujeto corrupto.

Desde la capital se procura, por parte de quienes aman a su menor hermanita, todo medio posible de encuentro. Se conoce que la tiene escondida en el monte de la región, pero la Policía, estando muy cerca, según los campesinos lugareños no es capaz de encontrarla, acción que implica otro tipo de actitudes que no se pueden calificar dentro de la justicia, entre comillas normal, pero que puede conseguir mejores resultados. Pero todo es inútil, el cansancio agobia, son las tres y cuarenta de la mañana de hoy, Domingo 24 de julio y tristemente la amada niña no aparece; el hogar se torna lúgubre, parece que la esperanza muere; en la capital todo se busca pro denunciar al maleante de quien se tiene ya su nombre, se sabe donde vive, quien es su madre y cual procedimiento seguir; mientras tanto el dolor y la angustia crecen, la madre cansada duerme, su hermana presente también, la noche, ya el amanecer, se torna más cruel para quienes están despiertos y en vano esperan la pseudo justicia representada en la ineficiente Policía que no llega a recoger al padre que confiado espera. Sólo la Justicia eterna, quizá debe esperarse, mientras tanto el agotamiento aumenta, las lágrimas impulsan más el desahogo, mas todo sigue igual y el desasosiego mata. Quizá más tarde todo sea posible…   

Alrededor de la mentira todo ha girado, la alcahueta de la madre del delincuente es capaz hasta de engañar a la adolorida madre que pide le recargue su celular para poder llamar a su hijo, el delincuente; la Policía dice una cosa y otra, pero nada en concreto. Solamente por una tía del secuestrador se sabe que la niña está encerrada en casa de la madre del maleante, quien, en alguna ocasión violó a un niño hijo de la tía, acción que también consta en el prontuario delincuencial del sujeto. De este modo es posible el rescate por parte del Inspector de Policía de la región.

No obstante su recuperación es preciso hacer la denuncia formal en la capital, entre otras acciones criminales, por la de violación de habitación ajena, por las paredes de la casa de residencia y por las del vecindario. Se procede, también a la realización de todo tipo de exámenes de sangre que determinen su sanidad, lo que, por fortuna así resultó.

Sólo resta la sanción de quienes como este viven para cometer crímenes, mas la angustia, el dolor, la pena, quizá todo, de por vida, sobre todo de su padre, jamás terminará. Su existencia ya no será la misma. Su corazón y su alma cuotidianamente duelen y quizá lo impulsen a acciones que no quisiera jamás cometer…

Mas Jesús existe y posee su corazón y el perdón habrá de ser siempre el máximo símbolo de integridad de su espiritualidad.

 JUSAVÍ.


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