NO HAY PORQUÉ LLORAR


NO HAY PORQUÉ LLORAR



Muchas, son las ocasiones,
los ojos se llenan de lágrimas,
el pañuelo aparece a las manos,
pero no llega hasta su instancia.

He salido al camino empinado,
no importa que la lluvia arrecie,
las hermosas plantas que lo adornan,
distraen los ojos del débil llanto.

Camino bajo la lluvia pensando,
regreso al jardín de rosas, claveles,
exóticas flores de virgen montaña,
y helechos verdes cubren mi pena.

Las lágrimas matan la existencia,
el llanto hiere la fortaleza del espíritu,
llorar es humillar la voluntad humana,
reír es avanzar a la gloria trascendente.

Busco sorprendido el lejano horizonte,
el crecido pasto del campo observa,
ahora el rostro de nuevo otro día sonríe,
la vida continúa, nada porqué llorar.

JUSAVÍ.
Chachagüí, 04 de Enero del 2015.






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