MOVIMIENTO
INMANENTE
La vida física continúa siempre,
la rotación y la traslación transforman,
ínfimamente notoria, pero aparece,
algo significante en la naturaleza.
Unas, hermosas plantas, sobreviven,
otras, advertidamente mueren,
pero el jardín de esperanzas no termina,
viejos robledales, ceibas parecen no morir.
Seres más, seres menos, adornan el universo,
todos partícipes de un cambio inatajable,
pero el espacio y el tiempo allí están,
esperan en algún momento, el final que no llega.
Los corazones, más viejos o más jóvenes,
quizá no amen igual, son diferentes, natura son,
su mundo, su espacio, también ansioso espera,
el más allá no está lejano, a nuestro lado vive.
La gran diferencia determina al ser humano,
una existencia, quizá no conocida, no esperada,
hasta su materia difiere de los congéneres vivientes,
ese espíritu, maneja el mito, nunca muere.
De hacerlo físicamente, la Historia lo cultiva,
trasciende toda voluntad, toda inminencia,
sobre el universo de su cuna es amo y señor,
humanidad, vitalidad, inteligencia subsisten.
JUSAVÍ.
Chachagüí, 2 de Enero del 2105.
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