BALADA DEL OLVIDO

        BALADA DEL OLVIDO



Recorriendo senderos de silencio,
la naturaleza, a veces virgen,
otras agotadas, maltratada,
muestra, de todos modos, su encanto,
hace escuchar a los oídos su canto,
dulce, tierno, atrayente a la vida,
fortaleciendo espíritus tristes,
atormentados por angustias de olvido,
provoca el renacer de historias vividas,
llenas de ilusiones y de esperanzas,
que se conjugan con el juego atropellado,
de las piedras recorriendo la quebrada,
o el canto de las aves en los árboles,
silvestres vivencias bajo el tono,
acompasado de perfección y de dominio,
horadando las espinas de los rosales,
el corazón latiente en procura de amor,
en medio de flores de precioso colorido nato,         contestatario de un amor perdido,
                              vigente en el alma atormentada,
sin principio ni fin por el doloroso desprecio,
desprecio inmenso de quien conformara,
el eterno encanto de una existencia,
sólida y de espléndida lucha del vivir,
en el conjunto de lo hermoso e inigualable,
camino alborotado del duro ascenso,
hacia la gloria encarecida del amor,
pero todo se ha perdido, ella es diferente,
los años no acompañan la reconquista,
solo el profundo dolor del error persiste,
todo ha terminado, no existen placeres,
no existen campos de renuevo en los senderos,
ahora todo es difícil, el camino se torna arduo,
              pedregoso, las plantas no acompañan,
con su aroma al caminante, irreversible,
los árboles parecen llorar contagiados por la pena,
el canto de las aves se torna doliente,
parece que la muerte está cercana,
el ser amado no restituye su esplendor,
el cielo oscurece nublando el día soleado,
la noche esconde las infinitas estrellas,
la luna se pierde en el ocaso firmamento,
todo es final en esta trágica comedia,
ya no hay senderos de esperanza,
mejor que raudo llegue el momento de morir.




JUSAVÍ.
Chachagüí, 25 de Diciembre del 2014

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