- 8.2. REFORMADOR SOCIALBajo esta etiqueta pueden situarse algunos estudios, que proponen entender a Jesús en el marco de la situación social y política de la Palestina romana. Los autores que coinciden en esta visión, evidentemente con matices diversos, han intentado aplicar la historia social o la antropología cultural a dicha situación para comprender mejor el contexto en que vivió Jesús, y desde él percibir el significado preciso de sus palabras y de sus acciones. Aquí pueden incluirse los trabajos de R. Horsley, G. Theissen y B. J. Malina.Estos autores presentan a Jesús como un militante del cambio social. Su vida y su predicación deben entenderse en el marco concreto de la sociedad galilea del siglo primero. Desde el punto de vista económico, social y político, Galilea vivía bajo la explotación de las clases gobernantes, que acumulaban tierras y ejercían una enorme presión con sus impuestos. Este es el motivo por el que surgieron entonces en Palestina diversos movimientos de renovación social. El de Jesús fue uno de ellos, y su objetivo fue promover una renovación radical de las relaciones sociales.Horsley, Theissen y Malina podrían estar de acuerdo en estos rasgos generales de la imagen de Jesús, pero difieren en la forma de entender su estrategia. Horsley insiste en el protagonismo de las comunidades campesinas. Jesús quiso promover a través de ellas una ética radical basada en el amor a los enemigos, el perdón de las deudas, y la supresión de las estructuras patriarcales. Sus enseñanzas trataban de producir una revolución desde abajo, cuyo objetivo era la transformación de las estructuras sociales.Theissen, por su parte, concede gran importancia al grupo de los discípulos más cercanos a Jesús, y parte de las tradiciones transmitidas por este grupo de discípulos, que llevaban un estilo de vida caracterizado por la renuncia a la familia, a las posesiones e incluso a la autodefensa. Estos “carismáticos itinerantes” recibían apoyo de otros discípulos sedentarios, que apoyaban el movimiento con su hospitalidad y sus bienes. Ambos grupos promovían un proyecto de transformación social, del que ha quedado constancia en la tradición de los dichos de Jesús.Finalmente, Malina sitúa el anuncio del reinado de Dios y la actuación de Jesús en el marco de la religión política de Israel, como una respuesta a la situación social generada por la actuación de la aristocracia local. A diferencia de lo que ocurrió en otros lugares del Imperio, en Palestina la aristocracia local desatendió la obligación de proporcionar un patronazgo eficaz al resto de la población, y se dedicó a acumular tierras y posesiones. El anuncio de Jesús, que presenta a Dios como Padre y patrón de su pueblo, es la respuesta a esta situación concreta, y trata de suscitar en el pueblo la esperanza ante la llegada inminente del reinado de Dios.Esta visión de Jesús tiene el gran valor de ambientar su vida y su predicación en la situación política y social de Galilea, y está basada en un mejor conocimiento de los movimientos intrajudíos de reforma social de aquel tiempo. Sin embargo, como las demás, ésta es también una imagen parcial, que debería completarse teniendo en cuenta la experiencia religiosa de Jesús, que no se deja reducir fácilmente a factores sociales.Si quieres profundizar en esta visión de Jesús pulsa aquí para ver una presentación del libro de Theissen y Merz, El Jesús Histórico (Salamanca: Ed. Sígueme 1999)8. EL ACCESO A JESÚS: LA DETERMINACIÓN DE LAS FUENTESLos estudios históricos sobre Jesús de los últimos dos siglos, y sobre todo los realizados en los últimos veinte años, han facilitado una percepción más precisa de las posibilidades y limitaciones de este tipo de acceso al hombre Jesús.Se trata, sin embargo, de un acceso muy condicionado por la escasez y fiabilidad de las fuentes disponibles, y por la diversidad de modelos que se han utilizado y se utilizan a la hora de interpretarlos.Las diversas imágenes de Jesús dependen, en primer lugar, de las fuentes disponibles y de los criterios que se utilizan para determinar su historicidad.9.1. LA NATURALEZA DE LAS FUENTES SOBRE JESÚSLa primera tarea de la investigación histórica sobre Jesús consiste en identificar las fuentes que contienen alguna noticia sobre él. Estas fuentes proceden en su mayoría de autores cristianos, que son por ello sospechosos de parcialidad. Más aún, resulta que las fuentes más relevantes, los evangelios, son el resultado de un complejo proceso de formación, que hace difícil identificar las tradiciones procedentes de Jesús.En este punto se han alcanzado ciertos consensos, pero aún quedan notables divergencias. Se está de acuerdo, por ejemplo, en que las fuentes no-cristianas apenas aportan elementos nuevos a lo que ya sabemos por las fuentes cristianas. Sin embargo, no existe acuerdo sobre la forma de valorar las fuentes cristianas. Hay discrepancias sobre los apócrifos, sobre la existencia del Documento Q y otras colecciones previas a la redacción de los evangelios, y sobre la relevancia de las distintas tradiciones orales.La utilización de los apócrifos como fuente para reconstruir la vida de Jesús es relativamente reciente. J. D. Crossan y el Jesus Seminar les han dado mucha importancia, pues en su opinión pueden ayudarnos a reconstruir facetas de que Jesús que fueron ocultadas por la tradición eclesiástica. Otorgan gran importancia al Evangelio de Tomás para el estudio de los dichos de Jesús y al Evangelio de Pedro para el relato de la pasión. En el polo opuesto se encuentra J. P. Meier que considera tardíos todos los apócrifos. Seguramente la postura acertada se encuentra en algún punto intermedio.Otro aspecto discutido es la posibilidad de reconstruir las fuentes de los evangelios: colecciones de milagros, de parábolas, relato de la pasión, etc. Ha cobrado especial relevancia la discusión acerca del Documento Q, su naturaleza, extensión y proceso de formación. Durante casi doscientos años la hipótesis de la existencia de Q se ha mantenido firme, pero no deja de ser una hipótesis. En todo caso, su utilización para recuperar la tradición más antigua sobre Jesús es muy discutible, pues aun en el caso de que pudiera probarse que la redacción de esta colección de dichos tuvo diversas etapas, y que la más antigua recogía dichos de carácter sapiencial, esto no probaría que tales dichos fueran los más antiguos y los únicos pronunciados por Jesús. En mi opinión Q puede decirnos más sobre el grupo cristiano que reunió y transmitió esta colección de dichos, que sobre el mismo Jesús.La principal información sobre Jesús la encontramos en las diversas tradiciones orales que fueron recogidas en los evangelios: dichos, parábolas, milagros, etc. Y la clave para una adecuada reconstrucción de su vida está en determinar cuáles de estas tradiciones han conservado fielmente lo que sucedió. La investigación de los últimos años se ha centrado, sobre todo, en las palabras de Jesús, porque se consideraba que contenían una tradición anterior a la pascua, pero últimamente se ha insistido en la importancia de la tradición sobre los milagros, y en general sobre la actuación de Jesús como marco para entender sus enseñanzas.9.2. LOS CRITERIOS DE HISTORICIDADLa parcialidad y complejidad de las fuentes que hablan sobre Jesús ha dado lugar a numerosas objeciones acerca de su fiabilidad. Estas objeciones han determinado la segunda tarea de la investigación histórica sobre Jesús, que consiste en establecer con la mayor precisión posible cuáles de estas fuentes, y sobre todo cuáles de las informaciones contenidas en ellas, son históricamente fiables. Esta es la tarea de la crítica histórica, que ha ido elaborando trabajosamente una serie de criterios de cada vez más precisos para determinar cuáles de estas tradiciones proceden de Jesús y cuáles no. La formulación de estos criterios y la discusión sobre ellos es un rasgo característico de la investigación sobre Jesús en la segunda mitad del siglo XX. Ha sido en estos cincuenta años cuando se han ido definiendo y aquilatando los criterios que han determinado en cierto modo las imágenes más recientes de Jesús.A lo largo de la exposición precedente he ido subrayando el papel determinante de estos criterios en la investigación sobre Jesús. Así, la hegemonía del criterio de desemejanza formulado por Käsemann determinó la investigación de los discípulos de Bultmann, y dio como resultado un Jesús distante del Judaísmo de su tiempo. En los últimos veinte años y dentro de la llamada “tercera búsqueda” otra serie de criterios han ido ocupando el primer lugar: el de necesidad histórica (Sanders); el de atestación múltiple (Crossan); o el de plausibilidad (Theissen); y sobre todo se ha producido un intenso debate en torno a este tema. Cabe destacar en este campo la acogida que ha tenido el criterio de plausibilidad histórica, probablemente debido a su carácter integrador y a su capacidad de articular la tensión entre continuidad y discontinuidad de Jesús con respecto al Judaísmo y al Cristianismo.Los criterios de historicidad son el instrumento básico para establecer el valor histórico de las tradiciones. Por esta razón la discusión acerca de ellos y de cómo deben aplicarse es uno de los motores de toda investigación histórica. En este sentido hay que decir que la investigación sobre la vida de Jesús ha alcanzado un alto nivel de sofisticación y un rigor metodológico que no suele aplicarse al estudio de otros personajes del pasado.10. EL ACCESO A JESÚS: LA INTERPRETACIÓN DE LAS FUENTESDeterminar cuáles son las fuentes históricamente fiables acerca de Jesús es sólo el primer paso en la tarea de reconstruir su historia. Se trata de documentos muy antiguos pertenecientes a otra cultura, y además la información que contienen es fragmentaria.Para interpretarlas adecuadamente es necesario, en primer lugar, situarlas en el contexto vital en que nacieron, lo cual requiere un conocimiento de la situación histórica y de la cultura en que nacieron.Pero también es muy importante tener en cuenta el punto de vista del historiador y sus propios intereses, que pueden condicionar mucho su interpretación.Gracias a la identificación de las fuentes y a la aplicación de los criterios adecuados, la investigación histórica puede llegar a establecer con cierto grado de fiabilidad los datos que poseemos acerca de Jesús. Sin embargo, su quehacer no termina ahí. Al historiador le queda aún la difícil tarea de contextualizar e interpretar estos datos. Estas dos operaciones vienen exigidas por la misma naturaleza de las fuentes, que presuponen un contexto social diferente al nuestro, y que sólo hacen sentido cuando los situamos en dicho contexto. Por otro lado, los datos que podemos obtener de dichas fuentes son extremadamente fragmentarios, y esto no sólo por su escasez, sino por la dificultad de situarlos en la biografía de Jesús.La tercera tarea de la investigación histórica sobre Jesús consiste, por tanto, en contextualizar adecuadamente los datos fiables que poseemos sobre él. Esta contextualización puede realizarse desde dos perspectivas que son complementarias. La primera consiste en situar lo que sabemos acerca de Jesús en el marco de la historia del Judaísmo de su época. Y la segunda en ambientar estos mismos datos en el escenario de aquella sociedad. La historia antigua es el principal recurso para lo primero, mientras que las ciencias sociales son imprescindibles para lo segundo.En este sentido es interesante observar que de los rasgos más característicos de la investigación reciente es el retorno de Jesús a sus raíces judías. Se ha dado, ciertamente, un redescubrimiento de la “judaidad” de Jesús, motivado por un mejor conocimiento del Judaísmo palestinense del siglo primero. A ello han contribuido el mejor conocimiento de los escritos contemporáneos, los descubrimientos de la arqueología y la aplicación de modelos sociales al estudio de aquella sociedad. Se ha avanzado mucho en el estudio de las obras de Flavio Josefo, el mejor informador de la situación de Palestina en aquella época, y sobre todo se han desarrollado prodigiosamente los estudios sobre los documentos de Qumrán, contemporáneos a Jesús. Y lo mismo ha sucedido con la arqueología, que ha conocido en los últimos años un desarrollo espectacular en Palestina. La aplicación de modelos sociales, en fin, ha permitido comenzar una reconstrucción de aquella sociedad desde una perspectiva menos etnocéntrica. Todos estos trabajos han dado como resultado una visión más matizada y plural del Judaísmo palestinense anterior al año 70 d.C., que ha sido decisiva para situar a Jesús.10.2. EL PUNTO DE VISTA DEL HISTORIADORLa última reflexión que quiero hacer tiene que ver también con las tareas de la investigación histórica sobre Jesús. Está basada en una experiencia ampliamente contrastada. Gracias a ella hemos aprendido que la selección de las fuentes, el establecimiento de los criterios de historicidad, y la interpretación de los datos sobre Jesús están condicionados por otra serie de factores de tipo social, confesional o personal, que constituyen los presupuestos del historiador. Con mucha frecuencia estos presupuestos son inconscientes, y esto produce la impresión de que el historiador es imparcial. Sabemos, sin embargo, que no es así.Una de las principales aportaciones de la obra de A. Schweitzer acerca de la investigación sobre Jesús en el siglo XIX fue poner de manifiesto el influjo de estos factores en la primera búsqueda, mostrando cómo aquellas imágenes de Jesús eran, en cierto modo, un reflejo de sus biógrafos y de la época en que vivieron. Y lo mismo podría decirse, aunque con matices, acerca de los trabajos del último medio siglo. No es casualidad, por ejemplo, que el Jesús cínico de Crossan y el Jesus Seminar haya surgido en Norteamérica entre estudiosos que han tenido relaciones tensas con sus iglesias. Tampoco lo es que la vinculación de Jesús con el Judaísmo se haya redescubierto con tanta fuerza después del trauma del Holocausto... Después de esta larga experiencia parece sensato reconocer que nuestro acceso histórico a Jesús es necesariamente condicionado, y por tanto que las imágenes que de él vamos teniendo son provisionales.El historiador, como el narrador de una novela, tiende a esconderse detrás de su reconstrucción de los hechos, y muy raramente aparece en escena confesando sus presupuestos. Esta debería ser una tarea previa o posterior de cualquier investigación sobre Jesús, sobre todo porque Jesús es uno de esos personajes del pasado que no deja indiferentes a quienes se acercan a él.Tomado de http://www.jesus.teologia.upsa.es/posted by EQUIPO SYNETAIROS @ 7:56 a.m.<< HomeColaboradoresEQUIPO SYNETAIROSGreisSandra MaldonadofranciscoPrevious PostsCONSIDERACIONES PREVIAS 2CONSIDERACIONES PREVIAS 1
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario