E L F A M O S O C H I V I R I C O




                    E L  F A M O S O   C H I V I R I C O


El ilustre filósofo alemán, Enmanuel Kant,  alguna vez en sus escritos, expresó que “Nada de lo que es humano en ti me es extraño”, frase que cuotidianamente podemos observar como concreto real y concreto de pensamiento que nos impulsa a aceptar de la vida la enorme sabiduría de la experiencia.

Justamente, en la ciudad de Bogotá, cerca del Aeropuerto de El Dorado, residía una familia que muchas veces tuvo conflictos económicos,  pero de una manera u otra, siempre acogida a las normas del honesto y honrado actuar, solventaba sus problemas.

Uno de sus miembros, el hijo menor de la familia, hiperactivo por excelencia, pero con una enorme dosis de positividad, ansiaba, a veces sin entenderlo, una situación brillante del futuro,  no faltaba más, él sentía espiritualmente la necesidad de acceder a un mundo que debía depararle la mejor de las situaciones para sí y para su adorada familia.

 Son múltiples las experiencias que este muchacho, aún adolescente, vivió en pro de su familia. Sus ansias de conocer el mundo eran inagotables y buscaba cómo penetrarlo  más allá de su contexto. El ser inundado de positividad tiene que encontrar los caminos que busca para su felicidad y trabajar intensamente por conseguirlo. Así sucedió con nuestro Famoso protagonista. La empresa Tuti-Fruti  inició un programa de consumo que significaría un viaje a las islas de San Andrés y Providencia, con gastos de transporte, residencia, alimentación y otras prebendas válidas para cuatro personas. Es muy interesante anotar que cuando se inició la campaña de tal empresa, nuestro protagonista se propuso ganarlo y expresaba a los suyos que los llevaría a San Andrés  porque  ganaría el concurso consiguiendo los bonos requeridos, con las tapas requeridas para tales bonos.

Así fue, sin necesidad, la mayor parte de las veces, de comprar el Tuti-Fruti, inició su labor de recolección de tapas, a como diera lugar; buscó en los basureros, en las calles enterradas, entre el barro, en las tiendas de venta de los vecinos, en fin donde él pudiera pensar hubiese su recurso de competencia para el logro de los bonos.

Al fin la empresa terminó su campaña y procedió a la realización de la oferta. Pasó el tiempo y nadie se enteraba de los resultados hasta que un buen día llamaron al teléfono de Chivirico y contestó la señora madre del ganador, incrédula de lo que estaba escuchando; así,  creyendo que se tratase de una broma de algún vecino quien no la apreciaba, colgó el teléfono hasta tres veces. No podía ser posible que su hijo de 10 años lograse este triunfo que concretaba su ilusión La insistencia fue convincente cuando le manifestaron que llamara a la Empresa del caso. Así lo hizo y comprobó que en realidad las llamadas fueron verdaderas.

Había que empezar los preparativos para el viaje: comprar la ropa adecuada y lo que fue más intenso conseguir el dinero para el quinto viajero, no olvidemos que la familia estaba constituida por cinco personas, no obstante la nobleza y grandeza de Chirivico que planteaba que viajen su padre, su madre y sus dos hermanas. Pero no fue necesario ese sacrificio de este grandioso muchacho; la familia tanto de la parte de su padre, como la de su madre reunieron el dinero para el quinto viajero.
 
Grandiosa experiencia de quien ha venido constantemente pensando en el bienestar de los suyos y la gran posibilidad delante de ser grande. Y como dijera una de sus tías “EL GRAN CHIVIRACASO SE SALIÓ CON LAS SUYAS “

JULIO ERNESTO SALAS VITERI.
CHACGÜÍ, 27 DE FEBREO DE 2011.

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