RECORDAR ES VIVIR





                 RECORDAR ES VIVIR


Es válido pensar que la juventud, la madurez o la vejez califican mejor para las lecturas de las múltiples tipologías geográficas de mundo, pero en el romance, la adolescencia es también excelente y poética calificadora y a diario inspira su romance en él.

Al pie de la hermosa cumbre, cubierta por la blanca nube, La Galera, se encuentra la acogedora y hermosa población de Consacá, centro de variadas acciones no solo en el aspecto histórico sino en muchos otros aspectos que inspiran su cotidiano recuerdo.

Atosigada la cima, muchas veces por las corrientes nubes, otras o siempre por las fumarolas, su cráter guarda en los profundo el magma que jamás se vuelca sobre su entorno para hacer daño a los suyos.

Ella, aparentemente hermosa en su integralidad, acoge las miradas furtivas y abrumadoras de él. Poco a poco, se abre paso una relación romántica, a través de los inocentes juegos del aun niño y niña escudriñando las incógnitas de la atracción de los opuestos.

La sabia naturaleza impulsa, a esta edad, las bondades de una sana relación. Los caminos, los senderos, sus flores, sus ramajes, accidentados suelos en ocasiones, invitan al varón a la protección o a el obsequio sentido del quizá iniciante amor de su fémina.

Ella coquetea aceptando el palito bordón para caminar mejor y la flor para lucir en su cabello sintiéndose más bonita, más atractiva. Él la observa también físicamente.

La ley Darwin nos plantea la “correlación del crecimiento”, más evidente creo en el varón que en el sexo femenino, instancias en que la observación es mayor en la medida en que aparece el amor en procura de la perfección formativa Sico-somática de su opuesto.

La naturaleza acoge en las remembranzas esta tierna y hermosa época del enamoramiento de dos seres quienes darán origen a la continuidad de la vida, a la continuidad de la humanidad, a la continuidad del mundo. Piénsese que quizá allí, en esta imagen real del origen, se fundamenta la alegoría del Paraíso Terrenal, de Adán y Eva.


JUSAVÍ.
Chachagüí, 15 de Mayo del 2015.



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