GUERRA EN LA SELVA
NOVELA
PREÁMBULO.
La simbología literaria integrando tanto la escritura
formal, con exactitud mal llamada Literatura, porque este concepto no va más
allá de todo lo escrito, como esto que representa el mundo de lo real en un
plano eminentemente simbólico, más la recreación oral de los múltiples espacios
y tiempos de la Humanidad no académica desde su sentido estricto, mejor
explicado, La Etnoliteratura, tienen un grandioso compromiso que debe implicar
cambios en la mentalidad del lector en la lectura de los mundos.
Desde Jacobson esto, por lo menos en lo Literario tiene
una razón de ser en la ciencia de la Literatura, conceptualmente denominado
como la Literariedad, obviando otro tipo de escrituras e integrando, hoy en
día, lo Etnoliterario.
La Literatura, entonces como creación de la imaginación
sin rupturas con lo real, tiene vigencia en los territorios imaginarios que el
creador, el artista maneja incluso para identificar mejor un compromiso con el
concepto de la realidad.
Macondo de Gabriel García Márquez, Comala de Juan Rulfo, el
condado de Yoknapatawpha de la obra del estadounidense William Faulkner, nobel
de Literatura en 1949, o La Santa María del uruguayo Juan Carlos Onetti,
constituyen algunos ejemplos de la grandeza de la imaginación creadora,
espacios de mayor sentido, retomando, por qué no lo ontológico del Sentido de
Deleux, en los diversas instancias del Lenguaje.
Estos lugares o espacios tienen mayor
grandeza en ellos mismos y en el tiempo que los reales, de la praxis Marxista,
más que de la poiesis Aristotélica, esto es, abarcan la totalidad de los
criterios sociales y toda la inventiva que fuere preciso usar para explicar sus
contenidos más profundos.
Entonces la imaginación creadora de las
poblaciones alejadas de los centros urbanos, más cercanas a los ríos, a los
mares, habitantes de la selva virgen, tienen su propia praxis y elaboran sus
personajes en la medida del sentido que estos tienen frente al mundo que leen y
viven. ¿Cómo entonces separar al ser humano de su mito, de su cultura
eminentemente imaginaria?
La Tunda, El Ribiel y muchos mitos y leyendas
más viven, actúan, conviven con Chamanes, Curacas y qué mejor se tienen que
reunir en los sitios apropiados para la realización de su praxis, para expresar
el sentido de compromiso que tienen con la naturaleza, con la vida, con la
soberanía, con la igualdad y justicia de los pueblos. Lo hacen en las Malocas,
con la participación conjunta de seres imaginarios, caciques y ancianos sabios
conocedores del mundo.
Su competencia es universal, pero hoy su
compromiso es con América, es con la libertad de sus pueblos. Y para el lector
esta Historia no hace parte de las discusiones que 40 o más años atrás hicieran
Wellek, Warren, Kayser y otros tantos: no será otra cosa que, me atrevo a
llamar, una “Historia de la Conciencia Creadora” fundamentada en el Mito y la
Leyenda, objetos reales susceptibles también de ser recreados.
LA
GUERRA EN LA SELVA
NOVELA
Doña Tunda, La tunda, en su muy remota existencia, tras
largos años y siglos de existencia jamás pensó que sus enormes territorios
selváticos también pudiesen ser invadidos, invadidos por aquellos que poco o nada
nunca tuvieron que ver con su existencia.
No ha sido nunca extraño que los borrachitos o aquellos
que, de alguna manera infringen la normativa del hogar, no solo una vez sino
muchas, hayan tenido que ser rescatados por sus parientes del entundamiento, porque
así está establecido en las leyes de la montaña, en las leyes de la selva
virgen, quien no respete su hogar, tampoco respeta la selva, la naturaleza
pura.
Cómo habría de esperar La tunda que interrumpiesen la
tranquilidad de la selva, de sus pobladores, de los nativos, de todos los seres
que Natura ha privilegiado para el bien de la Humanidad.
Era preciso solicitar la colaboración de sus grandes y
también remotos vecinos, ya sea en las riberas de los ríos, en la inmensidad
del mar o en los mismos territorios selváticos, en los senderos y caminos no
transitados por el género humano, solo por quienes aman con pasión su cuna, su
eterna cuna, el sitio y lugar que el infinito cosmos les hubiera designado.
La selva no era el lugar para explotar inmisericordemente
sus recursos. El hombre sí verdaderamente salvaje, el citadino, quien detenta
el poder, quien cotidianamente somete al desprotegido, quiere también someter a
sus pobladores con cultivos ilícitos o desmembrando de
las raíces de la tierra la bondad, la riqueza de toda su
grandiosa positividad.
A los retumbantes y profundos gritos de La tunda,
invitando a sus semejantes, acudieron muchos en defensa de la profundidad
selvática. No se hicieron esperar por mucho tiempo. Pronto estarían allí reunidos
en comunión perfecta. De todos los lugares selváticos del planeta acudieron en
defensa de los variados pulmones del mundo, en defensa de la primariedad humana,
también. En defensa de la continuidad del planeta tierra.
Uno de los más cercanos vecinos, El Ribiel, fue el
primero en llegar y agregar muchísimas más quejas a la diosa de la selva. Él
como el rey de las aguas, tenía compromiso perenne con las aguas de los mares,
de los lagos, de los ríos, del más pequeño riachuelo que surtiese vida.
Luego llegaron la Turumama, la Pata Sola, la Viuda, la
Madre Monte, la Vieja del Monte, todos los líderes, todos ansiosos pro defensa
de la naturaleza. Declarar la guerra al hombre, al ser humano corrupto, al
vende montañas, al usurpador de la vida, era indiscutible.
Sin embargo, por respeto a la verdadera Democracia del Mundo de la Igualdad, de la
Soberanía de la positividad del Planeta, era necesario dialogar y plantear
también lo negativo de natura para hacer comprender al ser humano, para abrir
los espacios de un verdadero aprendizaje de la Paz que les permitiera no
violentarla. Hacerles entender que Ella nunca perdona, si se la toca.
Todos asistieron, los más poderosos y los duendes más
pequeños. No podían eludir tan magna responsabilidad. Era su deber, su
obligación evitar tanta injusticia con la madre tierra. De otra manera cómo
detener terremotos, temblores, tsunamis, tormentas y tantos otros fenómenos que
de no atajarlos acabarían con Pacha Mama.
La discusión más que polémica fue constructiva,
ilustrativa, llevada a cabo entre el diálogo positivo, pero enormemente larga.
La decisión aunque fácil, era peligrosa. Tenían que declarar la guerra a la
corrupción, al ser humano que maneja todas las herramientas negativas, a
quienes dominan todos los medios masivos de comunicación, a quienes por encima
del recurso humano hacen priorización del capital, no importa qué tenga que
explotar destructivamente para conseguirlo.
En fin la guerra fue declarada, los humanos responderían
por la continuidad del planeta o tendrían que atenerse a todas las
consecuencias que tristemente tocaría también a inocentes, pero que nunca
reflexionaron por nada de lo positivo de Pacha Mama.
Sin embargo, después de la primera reunión, quienes no
habían hablado suficientemente como Changó, quizá orientado por Mandinga; el
mismo Ribiel, quien ya había sido perseguido por el famoso Pirucha, quien en
alguna ocasión, le robó desde las orillas del río Telembí, en Barbacoas, su
Tula en el que acostumbraba a trasladarse de un lugar a otro, manifestaron que
el lugar de la reunión no era suficiente seguro y que pronto llegarían hombres
corruptos como los coqueros, los caucheros y demás delincuentes y sabotearían
las sesiones.
De común acuerdo, entonces, no obstante la diosa de la
selva La Tunda organizase ventiscas, ventarrones, tempestades, lluvias y tantos
otros fenómenos de la naturaleza para castigar a todo el que quisiese invadir
su territorio, acordaron continuar sus reuniones en lo más profundo de la
selva; el lugar más adecuado era la gran selva amazónica y ojalá en una Maloca.
No fue difícil acordar todas las reuniones que fueran
necesarias en ella. Para tal efecto deberían pedir permiso a la comunidad más
importante, la de los Huitotos, ellos manejaban con pulcritud y a la vez con
entereza todos los valores dignos de Pacha Mama.
Por otra parte había Malocas a gusto de todos. No fue,
por tanto difícil lograr de ellos su aprobación y de ellas las que más gustaron
a todos los que tendrían que participar en el futuro.
En una de las que se muestran adelante se reunirían
cotidianamente a ventilar todos los problemas propios de la Humanidad, evitando
su pronta desaparición.
Sin dudarlo todos estuvieron de acuerdo, una vez obtenido
el permiso de las autoridades de la comunidad, que este lugar era el más
adecuado para su reunión sin peligro de saboteo alguno. De inmediato iniciaron.
La Maloca era considerada como el vientre de formación
del ser, como la mujer de la sabiduría, es en realidad la casa del Universo,
lugar en el que se reúne toda la comunidad: niños, adolescentes, jóvenes, maduros
con los ancianos porque en ellos está depositado el saber infinito del Cosmos,
de la pureza del Universo.
Los ancianos son denominados los Taitas, los Chamanes,
Caciques, Curacas, según las naciones Huitotos de la selva y quienes dirigen en
todo aspecto su tribu. En ella con la luz del mambil, en el vientre de la
formación de la sabiduría, con el fin de ascender a la cima del conocimiento
estos mambean con la coca y otros elementos producidos de la yuca como el
caguama y el manikuera, en forma de almidón. Se alimentan con el Casabe, tortas
o pasteles resultantes de la yuca dulce.
Pero todos estos elementos debidamente manejados, a la
luz brillante e innovadora del pensamiento indígena, a la luz de una existencia
de millones de años atrás. No podrían existir momentos para la improvisación,
el saber estaba allí, el discurso era su propio ser.
La idea recorrió el mundo conocido y por el bien de un
desempeño ejemplar, el mejor lugar de las discusiones y los diálogos, tenía,
debía ser la Amazonía y más categóricamente la Amazonía colombiana, sin excluir
sus vecinos en conflicto.
Sin embargo la noticia llegó a casi todas las regiones
habitadas por importantes tribus indígenas colombiana y con mayor razón al
tratarse de la defensa de una Patria, quizá caída en desgracia y de su
propiedad, la que los blancos criollos, mestizos y otros habían llevado a un
desajuste tal que era necesario asumir responsablemente su defensa.
En virtud de esto llegaron caciques, chamanes, curacas,
sabios ancianos y demás grandes hombres tribales desde diferentes regiones: del
Pacífico, de la Amazonía, del Cauca, de Nariño, del Putumayo, de la Guajira, de
los Llanos, del Tolima, del Caribe y de muchas otras regiones pobladas por los
verdaderos dueños de la Historia y de la Geopolítica del País. Esto por cuanto
todos ellos tenían consciencia de que su territorio había sido usurpado.
Vale destacar a jefes Arahuacos, Embero, Awa Kuiequer,
Cubeos, Curipacos, Guambiamos, Ingas, Koguis, Pastos, Piapocos, Guahibos,
Ticunas, Yanaconas, Pijaos, Guayús, Quillasingas, entre los 80 o más grupos
indígenas colombianos de una población aproximada de medio millón de
pobladores.
Para cualquier neófito, ignorante o simplemente
inconsciente de unos reales objetivos, de una situación alarmante, desastrosa,
esta afluencia hubiera significado poco o nada importante en el querer de unos
grupos positivamente conscientes del acontecer cotidiano de este sector rico y
pobre de los espacios del planeta.
No podía parecer, entonces para La tunda o para El
Ribiel, líderes de la lucha, nada extraño. Sus creadores estaban atentos a la
defensa de sus territorios. No podían continuar silenciosamente resistiendo el
uso y el abuso del blanco, del extranjero, del dueño del capital y de los ejércitos
opresores, violadores de lo más hermoso y bello de Pacha Mama, su selva y sus
mujeres.
No había faltado día en que los ejércitos o los pájaros
violadores bombardearan sus espacios reduciendo, día por día, su población. La
suerte estaba echada. Había llegado, después de tanto tiempo, el momento de la
defensa de sus recursos, de sus verdaderas riquezas, de su santa madre La
Tierra.
Ni coterráneos, ni extranjeros, menos imperialistas
terroristas tenían derecho de abordar siquiera sus haberes, sus condominios.
Imposible aceptar a que miembros dueños de su cuna, de su propia cuna, fuesen
invadidos por la crueldad del violento, por la crueldad del terrorista.
Su ser nato se confundía con la brillantez de su sol, con
la iluminación de su luna. Sus mujeres y sus descendientes conformaban los
floridos jardines de su existencia, las plantas vírgenes de sus esperanzas, de
su porvenir, de su gloria, de su totalidad.
Se inicia así el espectáculo más singular y de múltiple
asistencia de quienes consagran la pertenencia máxima de la tierra colombiana.
La Tunda desde el infinito espacio de su ser dirige las sesiones e invita a
todos a proceder sin violencia, pero con la energía propia de los seres de
permanencia en el espacio.
Hace la secretaría Taita Martín del Valle de Sibundoy,
taita muy conocido y de gran prestigio en las diversas comunidades no solo de
su región sino entre todos los seres de su entorno y más allá de sus fronteras.
Quizá sea el chamán de mayor crédito en las comunidades de la toma del Yagé,
como bebida alucinante y curativa incluso del cáncer.
Taita Martín junior, su hijo, de la misma región, de las
comunidades Kamsá e Inga, lo asesora en esta labor dada su avanzada edad. Quizá
por esto, pero respetando la infinita sabiduría de Martín, para esta ocasión
tiene voz, pero no voto en las sesiones.
Los primeros en hacer uso de la palabra son los caciques
del Tolima y de toda la región cafetera, los Pijaos quienes han sido muy
afectados por la explotación de las minas de oro en el alto de Minas, entregado
por los vende Patria a Transnacionales extranjeras.
-
Es triste observar la cima totalmente des arborizada, con
inmensos socavones que empiezan por reducir los surtidores de agua y por
consiguiente riachuelos quebradas y ríos que abastecen al lado y lado de la
montaña a todas las poblaciones ubicadas al pie de monte-, expresaba el cacique
de la región respaldado por todos los participantes-.
-
Tome atenta nota taita Martín, agregaba la Tunda,
asesorada a su vez por el rey de las aguas, por el Ribiel y también por el
Moham del río Magdalena del sector que toca al Departamento del Tolima-.
-
Esto es imposible permitir, a una sola voz gritaban los
asistentes-. – El agua es el elemento más valioso para cualquiera comunidad del
Planeta y nuestra obligación es desterrar lo más pronto posible a estos
explotadores de nuestros recursos.-
A su vez, en
uso de la palabra el principal cacique de la Guajira, del grupo de los huayú,
expresaba:
- El descubrimiento de las minas de carbón en todo
nuestro territorio, no solo atrajo a los blancos o criollos colombianos con su
peonada de negroides, mestizos e indígenas, sino como el caso antes expresado,
a las transnacionales foráneas, destruyendo a diestra y siniestra todo lo que
se atravesase en su camino sin consideración alguna de quienes habitamos este
territorio-.
-
Igualmente, manifestó la Turumama, (de origen sureño y
que llora cotidianamente la triste realidad de Colombia, especialmente del
Departamento de Nariño), esta actitud constituye no solo una injusticia
imperdonable, porque afecta hasta la vida de los ciudadanos, sino la
destrucción del hábitat de los Guajiros y debemos sancionar y castigar como es
debido-.
-
Igualmente sucede con las minas de sal en las que nuestro
hermanos son explotados inmisericordemente,- dijo otro.
-
La explotación minera del Cerrejón es una de las más
grandes, quizá en el mundo, al lado de las del Departamento del Cesar
desenterradas por extranjeros con la anuencia de los gobernantes de turno, en
este caso de Uribe y que más daño han hecho a los pobladores, expresaron en
conjunto los participantes de la Guajira-.
-
En Paz de río, Belencito la explotación fue tanta que ha
venido a menos en el último año y nunca hemos hecho nada, expresó un miembro de
la región-.
-
También nosotros hemos sido víctimas de la explotación
sin que nos beneficien, afirmaron los chocoanos- -El cobre ha sido el sustento
de muchos ricos sin beneficio.para nuestro pueblo-.
-El
ferroníquel es otro metal de enorme explotación- expresaron los afectados-.
La mayor parte de la producción se concentra en el depósito
Cerro Matoso, ubicado en Monte Líbano, Córdoba, el cual pertenece a BHP
Billiton. Desde luego entidad extranjera-.
La participación de todos era inacabable.
Representantes de una y otra región hacía inicialmente sus observaciones con el
objeto de hacer claridad y luego entrar en materia del qué hacer en procura de
los intereses de los afectados que siempre serían los excluidos, quienes máximo
fueron los obreros de todas las instituciones explotadoras de los recursos.
-
Desde el Cauca
refirieron la Mina del Vinagre productora de azufre, material del que entre
otras cosas se produce la pólvora, también para hacer daño-.
Entre los metales preciosos tiene mayor
significación el oro y la plata cuya explotación se da en Antioquia, Chocó y
Bolívar y deja graves consecuencias especialmente por la contaminación y
disminución del tesoro de la humanidad, el agua.
No podía quedarse atrás la explotación del metal
precioso más costoso, el platino cuyas minas están en el Departamento del
Chocó.
- Observen Ustedes, dijo un negroide-. El chocó es
considerado como uno de los departamentos más pobres y sus principales fuentes
de riqueza, además del agua que no se la pueden llevar, pero si contaminar y
reducir, lo constituyen los más costosos metales preciosos como el oro y el
platino-.
- Usted amigo Ribiel como el rey de las aguas
debería estar presente en estas acciones y procurar que el resultado de la
explotación, sin que perjudique la tierra quede en manos de sus pobladores-.
- Lo que pasa es que las gentes no recurren a sus
espíritus en su defensa, todo lo contrario nos tienen miedo, pero la situación
hacia el futuro será diferente, acorde con las conclusiones a las que aquí
lleguemos, ese es nuestro interés-.
- Estoy plenamente de acuerdo manifestó el Moham
del Magdalena-. Nuestros espíritus no puede cubrir la materialidad del ser
humano si este no confía en nosotros-. Por otra parte creo que hace falta
agresividad por parte de muchas tribus que se dejan someter-. No sucede así,
desde luego con todos-. Los Páez, los Pijaos, los Cumbales, entre otros son
luchadores y ni el ejército represor del sistema ha podido con ellos-.
– A mí me
consideran un espíritu burlón, pero eso, en ningún momento quiere decir que no
esté resuelto a cubrir con mi espíritu la fortaleza de los humanos que luchan
con agresividad por la defensa de sus territorios-.
-
Las
piedras preciosas como las esmeraldas no se han quedado atrás. Su explotación
se ha dado básicamente en el departamento de Boyacá, pero como todas las minas
sin retribuir al pobre. Este solo ha sido el peón de costumbre y siempre mal
pagado.
En
cuanto a los hidrocarburos las minas más fructíferas han sido las de la
Orinoquia. Meta, Casanare y Arauca, entre otros. Del Departamento del Putumayo
claramente conocemos que se construyó un extenso oleoducto que transportara el
crudo dese Puerto Asís hasta Tumaco en el mar Pacífico del departamento de
Nariño para que lo llevaran los extranjeros.
El
gas explotado en la Guajira, en su piso y mar adentro, al igual que en Casanare
satisface a la población urbana, pero nunca a la población rural indígena,
campesina o negroide del territorio colombiano. Consiguientemente la injusticia
y la desigualdad son evidentes.
Cómo
no aceptar las protestas del Olimpo de los dioses, de los espíritus protectores
de nuestros excluidos, quienes son ajenos a toda la tecnología desarrollada o
mejor mal desarrollada de la Patria. Su lucha es muy justa, más si se tiene en
cuenta que muchos de los minerales explotados son la comida de entidades
internacionales quienes se llevan la mayor parte de las utilidades y dejan a
Colombia lo mínimo.
Hay
que agregar que en general esta explotación extranjera no solo favorece la
pecunia de las transnacionales sino que en gran medida afecta la salud de todos
los trabajadores y sus ingresos, porque jamás reciben el salario justo. El
mínimo acordado por la industria, la empresa y el gobierno no satisface sus
necesidades, su canasta familiar. Qué diremos de todas las comunidades
indígenas y campesinas aisladas y cada vez más atropelladas como si se tratase
de seres malignos de la naturaleza, jamás tenidas en cuenta por un estado
transgresor de sus mínimos derechos. Jamás podríamos negar su lucha. Sus
espíritus de todos los lugares del territorio de Pacha Mama se ha rebelado y su
triunfo será pronto.
Los
Cofanes de San Miguel y de San Antonio del Guames en el límite con Ecuador, en
el Departamento del Putumayo también se hicieron presentes en las Malocas
indígenas. Tenían mucho que cuestionar acerca de los hidrocarburos, del
petróleo más específicamente.
- Los Caciques de la tribus pobladoras de la región a lo
largo del río San Miguel y Guames, como otras tantas en el País han sido
obligadas a desalojar su territorio y huir buscando reasentamientos
involuntarios por vivir en zonas de influencia o por el impacto de la empresa
privada que ha sido una constante y ahora con la bonanza minera o con la
“locomotora del desarrollo”, obligadas a cruzar, si es preciso, montañas en
procura de otros medios de subsistencia, manifiestan los indígenas.
Nadie se opone a estos planteamientos; cada momento crece
más la agresividad con los dominantes, no es de esperar más. La fortaleza del
espíritu de los seres de sus territorios imaginarios cubre la mente de todo los
desplazados, de todos los ofendidos y de los excluidos que diariamente cruzan
montañas evitando la persecución.
Leonardo González P. de Indepaz dice:
“La
pobreza y marginalidad en la que viven las comunidades cercanas a las zonas
mineras es la clara consecuencia de la falta de aplicación de las normas
internacionales de protección y promoción de los derechos humanos. La poca
legislación nacional y nulos programas de regularización de los derechos de los
desalojados, el retraso en la titulación colectiva de territorios de
comunidades indígenas y de afro-descendientes, la poca consulta a las
comunidades, la falta de medidas para hacer efectiva la función social de la
propiedad, son situaciones que crean las condiciones de vulnerabilidad de las
familias que luego serán desalojadas o desplazadas”.
“Tanto
en el ámbito urbano como rural, en los territorios de comunidades étnicas, en
zonas de conflicto armado, se repiten permanentemente desalojos forzados. En
general sin consultar a las personas afectadas, quienes generalmente no poseen
medios adecuados para su defensa judicial. En muchas ocasiones los desalojos
son precedidos por hostigamiento y amenazas y luego son acompañados por
violencia y represión”.
Y
sigue González
“…ejemplos
negativos de reasentamientos en Colombia existen en gran cantidad; uno de los
más notorios en los últimos años es el de la comunidad de Tabaco en la Guajira.
En donde la multinacional Intercor hoy Cerrejón Ltd.‖, instauró, por motivos de utilidad pública, una expropiación para
obtener la propiedad de terrenos ubicados en el corregimiento de Tabaco de la
comprensión territorial del Municipio de Hato nuevo y la empresa de forma
violenta propició un ataque armado a la comunidad, con el apoyo de policías y
civiles, cumpliendo de esta manera con el desalojo y destrucción de las
viviendas y demás propiedades muebles e inmuebles”
- Leonardo Miticanoy, Gobernador indígena de
Condagua, (Putumayo, al nor nor-oeste de
Mocoa) expresaba: “divide y triunfarás”, baja acción que el Gobierno utilizaba
en diferentes sitios del País para poder manejar campesinos e indígenas a su
modo y en pro de Transnacionales-.
- Muy cierto acotaba el Moham con sentido burlón-. Pero
estos, todos estos ladrones de cuello blanco no podrán con nuestros dioses y
sus representaciones espirituales muy bien cimentadas en las mentes de nuestros
indígenas y también, ahora de nuestros campesinos-.
- Bravo, al unísono gritaba la Asamblea con tono de lucha,
con el impulso que la psicología de masas impone a los combatientes dispuestos
a la lucha sin cuartel-.
Sí, era evidente en ese ambiente de educación y de salud
que por todos los poros exhalaba la Maloca, que algo grande resultaría de este
magno y singular congreso que los duendes del espíritu de la montaña, de la
selva, iniciaban en pro de quizá las minorías, pero tan dignas como cualquier
otro ser humano de la Pacha Mama.
- La Madre Monte, sin poder obviar su deseo de manifestar
su entusiasmo por la defensa de su monte, a voz en cuello gritaba: “A la carga,
a luchar por la Soberanía de los pueblos de América”-.
Ninguno de los Caciques y demás representantes de todos
los pueblos indígenas de Colombia eran ajenos a este entusiasmo. Parecía que la
nube de humo del ritual del mambeo, buscaba intersticios de salida al exterior
de la Maloca y dirigir su justa exigencia de libertad y de justicia a los
infinitos espacios del cosmos.
La unidad de materia corporal y espíritu deídico no se
podían negar. El Duende de la Chorrera, campesino, el de Imuez y muchos otros
estaban aunados. Esta lucha era inevitable y era preciso vencer.
Más que una discusión cada vez primaba el diálogo,
primaban los acuerdos para la toma de decisiones, el cambio era definitivo.
Cientos de años los indígenas han vivido sus luchas y cientos han sufrido el
ostracismo en su propio territorio. Esta vez tenían el apoyo de los duendes,
grandes y pequeños en procura del triunfo de su lucha.
Los Yukunas, padre y madre del cultivo de la coca, a
menudo expresaban:- Mambeando triunfaremos, mambeando moriremos, pero jamás
seremos vencidos-.
La Tunda jamás descuidó la dirección para que nunca se
fuera de sus manos. Con la fuerza del El Ribiel, la continuidad positiva de sus
acciones trascendía las fronteras del espíritu.
Tampoco los Tunebos, con su fama de inteligentes y
habladores estuvieron callados. Todos a uno gritaban no solo por la libertad y
soberanía de Colombia sino por la de América entera.
“…asimesmo,
nosotros no fuimos conquistados, sino fuimos libres y amparados, que nos dejó
nuestro agüelo hasta el fin del mundo; y ahora yo soy gente de encomienda…”
Siempre
fueron luchadores, de vieja data en contra de la corona española y hasta el día
de hoy en contra del neo-colonialismo. Defienden su espacio pleno de calor, de
alegría, de esperanza, de ilusiones en la tierra y en las infinitas regiones de
sus dioses quienes cotidianamente los amparan y defienden como en estas
sesiones, de la invasión del blanco.
Jamás,
en los varios días de intenso diálogo, hizo falta el jolgorio, la festividad,
unidas a la seriedad impuesta por los caciques, pero matizada por el Moham y su
chispa juguetona, mofona y picaresca, tantas veces los intensos deseo de llorar
de La Llorona o de la Turumama, los gritos del Gritón, el movimiento de las
tetas de la Madre Monte, el estresante deseo de salir a las aguas del Amazonas
de El Ribiel, en fin, muchas calidades del espíritu y de la materia se
conjugaron en un solo cuerpo de lucha, de vida en Pacha Mama.
Los
Motilones, quizá descendientes de los Arawak y de los Caribes han venido a
menos por los diversos conflictos, todos en el contexto de la defensa de su
hermandad, pero que luchan todavía por su Patria Chica en Colombia y Venezuela.
Fueron parcos en el uso de la palabra sin que esto, en ningún momento denotara
su inconformidad con la razón de ser de este único y singular congreso de la
verdadera existencia del ser.
Su
naturaleza guerrera contra todo y contra todos no se evidenció aquí;
sanguinarios a morir, esta vez se mantuvieron afines a las decisiones tomadas
en la Asamblea, perfectamente convencidos del bien que esto significaba para
todos, incluyendo si se quiere, a quienes viviendo en su territorio respetasen
sus leyes y las de sus connaturales.
A
la manera de pensar de algunos ya había suficiente ilustración para proceder a
la elaboración de las conclusiones, pero a la manera de otros, había mucha tela
que cortar. Colombia había caído en una situación tal de desprestigio ético y
moral y de dependencia Transnacional extranjera y de dominio de una Oligarquía
arrodillada al capital que la discusión jamás terminaría.
Los
Abuelos Sabedores reunidos con la representación mítica y legendaria,
manifestaron la necesidad del tiempo por fuera y la importancia de la pronta
ejecución de los resultados. No podían esperar más.
Digno
de apreciar el saber de los Abuelos cuando mencionaron que: “nuestras tribus,
nuestro mundo, nada tienen que envidiar al Olimpo de los dioses griegos o
romanos”. – Nuestro Olimpo, nuestros dioses, también nos protegen, sus enviados
El Mito, La Leyenda, representados en sus personajes, en la unidad con lo
humano, son los indicativos sin discusión de nuestra grandeza y, por
consiguiente procedamos a las conclusiones-.
Dicho
y hecho. Los abuelos habían tomado la iniciativa y ninguno de los presentes,
empezando por La Tunda y El Ribiel, opusieron resistencia. Iniciaron por la
conclusión que la Asamblea en conjunto consideró la principal y comienzo de
toda acción exitosa.
1.-
La constituyente del Olimpo de los dioses Indígenas y todos sus asociados
desprotegidos e excluidos del sistema imperante, con representación en la
Tierra de su espíritu unitario en el conjunto de Mitos y Leyendas. Aprobada por unanimidad.
2.-
La acción conjunta en la praxis guerrera sin armas, sin violencia, hacia el
cambio de Modelo de Estado, definitivo en Colombia. Aprobada
por unanimidad.
3.-
La inclusión en el nuevo sistema de todos quienes hicieran parte de la
colombianidad y extranjeros partícipes, mediante la sana inversión, en los
territorios colombianos con sometimiento a la nueva legislación y utilidades
económicas prorrateadas debidamente. Aprobada por
mayoría en votación.
4.-
La Igualdad jurídica, económica y social de todos los grupos raciales
existentes, sin distingos de ninguna especie: Indígenas, Negroides, Mestizos,
blancos, de ubicación urbana, rural o campesina en el territorio de Pacha Mama.
Aprobada mediante mayoría de votos.
5.-
Organización de la Junta Directiva de la Asamblea, con vigencia y acción
inmediata y procedimiento de todas las leyes que se dicten para y en el proceso
de desarrollo de la lucha por la nueva Patria. Aprobación
unánime.
6.-
Respeto y participación activa junto a otros pueblos del mundo libre pro
desarrollo universal de todos los valores dignos del ser humano y consentidos
humanamente por los dioses de su Olimpo. Aprobación unánime.
FIN
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