LAS AGUAS DE MI RÍO
Riachuelo
encantado de mis amores,
que
conduces tus aguas límpidas y puras,
hacia
el inmenso río de mis esperanzas,
que,
allá en el ocaso, alimentas la infinitud,
de
azules y cristalinas aguas del innoto mar,
íctica
cuna de la abundancia no soñada.
Llévame
en remolinos intensos del espíritu,
renaciendo
en cada movimiento de tus piedras,
allá
en la profundidad del hermoso Mira,
mis
ilusiones, mis amores y también mis angustias,
sin
retorno, jamás a mis detracciones juveniles.
Llévame
en tu espumoso recorrido sin fin,
hacia
el cosmos celeste de la eternidad
y
ora en los universos permanentes de mis sueños,
por
la reconciliación, por la Paz y la Libertad,
por
la gloria de los míos, por sus aquerencias,
por
su humanidad bondadosa en los obstáculos,
sobrepasando
los muros inatajables de la vida.
Entonces
vivir muriendo quizá complazca,
la
lucha por la diversidad de las entrañables
circunstancias
de la indefinible vitalidad,
que
circunde mis indeterminados sueños,
en
los espacios perennes de mi existencia
y
conduzca sus aguas por los caudalosos ríos,
de
quien ama, amó y seguirá amando a todos,
quienes
constituyen su propia inmortalidad erótica,
en
los confines del mar y del cielo de sus amores.
JUSAVÍ.
Chachagüí,
18 de Diciembre de 2013.
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