PAGAN JUSTOS POR PECADORES.




          



                 PAGAN JUSTOS POR PECADORES




Después de comprobar que el PAISA aún no podía arreglar las chapas de las puertas del carro, su propietario resolvió, por lo pronto, volver a casa, cometiendo la distracción de no tomar un taxi, transporte más seguro que volver a pie.

Todavía más, siempre efectos de, en ocasiones vivir elevado, usó la vía destapada. En fin, de algo sirvió, pero el problema fue mayor.

Estando cerca de la Avenida, tres sujetos se le acercaron y lo atracaron, menos mal, muy raro, sin herirlo.

Ese día había retirado del banco la suma de un millón de pesos, (1.000.000.oo), dinero indispensable en su hogar pobre, aunque no paupérrimo.

Cometido el delito los delincuentes corrieron por la misma vía, llena de piedras que sirvieron al ofendido, quien, sin pensarlo dos veces y seguro de su puntería, tomó una y la lanzó a los facinerosos.  La piedra, con acertamiento dio en el blanco, hiriendo a uno   en la cabeza, hasta rajarla.

Corrió atrás de estos y cuando estuvo más cerca oyó que gritaban:

            - Por favor Policía, acaban de herir a un compañero, vociferaba uno de ellos.

La Policía acudió de inmediato y escuchó a las partes; el robado manifestó:

-                  - Me acaban de robar un millón de pesos a 50 metros, en esta misma calle.

         - Mentira, él nos insultó, tratamos de defendernos y nos golpeó con una piedra.

                      - Mire, señor oficial cómo está la cabeza del      compañero.

        - Por qué los insultó, expresó el agente.

        - Porque le hicimos un chiste.

  .Falso, dijo el atracado; búsqueles los bolsillos,
           Deben  tener el dinero.

El oficial, con sus agentes procedió a la búsqueda y no les encontraron absolutamente nada de lo que decía el verdaderamente ofendido.

     -Entonces, Ustedes tienen que hacer la denuncia del caso por “LESIONES PERSONALES”; vamos al Permanente Central de Policía.


Así lo hicieron; los hampones ratificaron la corriente denuncia ante el Inspector y el justo ciudadano fue detenido para que se le siguiera el consiguiente juicio.

Por fortuna tenía buenos abogados amigos quienes interpusieron la contra denuncia y la supuesta búsqueda de los atracadores.

No obstante tuvo que pasar toda la noche en el calabozo, pagando en parte la acertada pedrada a uno de los malvados y sufriendo la pérdida de su dinero, obviamente nunca recuperado.




JUSAVÍ.


Chachagüí, 1 de Noviembre de 2013.





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