LA GATA DE LOS SALTEADORES








                 LA GATA DE LOS SALTEADORES




La gata Lucy ha sido siempre fiel a sus dueños, pero estos vivían de los robos que, de vez en cuando, podían realizar, en especial, a los vecinos ingenuos que no disponían de alarmas que los librasen de los facinerosos.

Sin saberlo entonces, en una ocasión de sus fechorías, abordaron una vivienda en la que, pensaban, tendrían un excelente botín.

Con todas las precauciones del caso entraron y cual su sorpresa que la gata empezó a maullar eróticamente y tuvo respuesta inmediata del gato que los hogareños tenían. Desde luego el escándalo se produjo como si realmente fuese una alarma que reproducía un sonido MIAU, MIAU, MIAU, MIAU, continuado y repetido, a la hora del concubio.

Sorprendidos, de tal inesperada situación, emprendieron la huida, pero esta vez, sin su fiel gatuna que, a su vez, iniciaba una ardoroso y rabioso encuentro con el macho.

De regreso a casa los hampones, esperaban a su gata y  la decisión había sido tomada, en beneficio de sus próximas incursiones. Su lealtad de ella los obligaba, para la continuidad de sus maldades, no matarla, porque, de todos modos la amaban y la consentían, sino castrarla, manera inequívoca de in-atracción.

Ya no importaría los gatos que hubiere en la vecindad y su gata seguiría siempre la fiel compañera.

“Colorín, colorado, cuento acabado”.


JUSAVÍ.


Chachagüí, 4 de Noviembre de 2013.

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