CERTIDUMBRE
ARTÍSTICA
Es preciso manifestar que el
Arte engloba, conceptualmente, toda forma de expresión sensible del género
humano, a partir de contenidos imaginarios o no y, muy importante tener en
cuenta, sin desvincularse de lo real, ya sea en planos objetivos o subjetivos,
siempre ligado, insisto el Arte, como con un cordón umbilical. Lo real
contextualiza, también, los espacios objetuales y no, más acertadamente,
independientemente del sujeto o con él.
En virtud de lo expreso, es un concepto, como
cualquiera otra abstracción que se haga de los infinitos reales existentes y
que, para precisar su estudio, es necesario abstraer. Es impreciso referir
ciencias, métodos, técnicas, ideologías, etcétera, por parte del Homo Sapiens,
una por una, para explicar su ser. Por eso el concepto.
No obstante, el Arte está por
encima de todo, por encima de la Ciencia, de la Ideología, de la Política y
demás, y estos, constituyen para él, causalidades de creatividad, motivos de
artisticidad, recreados simbólicamente. El artista, en procura de su
certidumbre, no puede ser inverosímil, su obra, su creación sensible, tiene que
constituir la simbolización de la realidad, hablando conceptualmente, porque
trabaja desde toda posibilidad medible para su labor.
Y no podía ser de otro modo
porque el ser humano artista no puede crear nada de lo que nada sabe, esto es,
integrado como está a un contexto múltiple social, parte de allí; su
investigación para la producción, no nos detengamos en los métodos o las
técnicas, parte de allí. Su sensibilización artística está sujeta a ese
contexto, a esos espacios motivantes de su yo artista: escritor, pintor,
escultor, fotógrafo, arquitecto, danzante, músico, productor de cine, todos,
unos mejor que otros, parten de allí.
Difícil, por otra parte, la
apreciación justa que se haga de la obra de un artista, por parte de terceros,
quienes procurarán evidenciar su “Certidumbre artística”, solo mediante la
consabida sabiduría crítica, pero que no puede existir independiente del
círculo universal, incluso por sobre culturas específicas, geopolíticas.
Mucho se ha discutido con el
Renacimiento, especialmente italiano, alrededor de la distinción entre la
artesanía y las bellas artes, discusión que es susceptible de darse, hoy día,
por cuanto la expresión del hombre, la expresión tocada de sensibilidad, así
sea de producción múltiple y pecuniaria, será siempre artística. La unicidad de
que se hablaba respecto a las grandes obras, subsiste, no podríamos negarlo, y
su costo monetario es mayor, quizá, que una obra artesanal.
Dadas, en una obra, las
características que la Unesco ha determinado como válidas para su calificación
artística, pues busquémoslas, a su vez, en las obras “artesanales” y lograremos
la certeza o no de calificarlas como obras de arte.
JUSAVÍ.
Chachagüí, 07 de Febrero del
2015
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