UNA GOLONDRINA NO
HACE VERANO
Jamás he observado una sola golondrina, siempre van en grupo
y por supuesto quizá el dicho; no obstante, buscando sentido intento
metaforizar las actitudes de nuestro victimizado pueblo en tiempos no muy
remotos, porque referir su heroica historia en todos los espacios y tiempos
sería de nunca acabar. Quizá pudiese tener la libertad de la golondrina para
asumir con certeza la grandiosa labor que le corresponde, la de la SOBERANÍA de
Colombia y lograr, por consiguiente, LA JUSTICIA SOCIAL Y POLÍTICA; LA IGUALDAD
Y LA LIBERTAD; LA EDUCACIÓN Y LA SALUD, esto y mucho más para que plenamente se
pudiese contextualizar en LA PAZ realidad sinecias y de naturaleza irrevocable y de razón sin discusión. Mas, la
realidad, la triste realidad es otra, pese a vivir en un País rico, por qué no
decirlo, de pan coger. Difícil establecer por dónde empezar para adelantar una
corta visión del acontecer.
Es fácil entender que justicia social y política no la hay,
el pueblo ha sido educado para que piense sin plena consciencia. Obedece,
simplemente a quienes, actuando como representantes honorables lo engañan,
utilizando todo tipo de sutilezas en las que son, innegablemente doctos. Así
asumen sus posiciones en el Congreso e igual en la Presidencia, en el contexto
de la susodicha Democracia. Dada esta conceptualización obviamente no goza de
Libertad, pero quizá de libertinaje para oscurecer la visión de su soberanía y
desde luego implicando también todo tipo de desigualdades, las que hasta los ciegos y a quienes nos
califican de ceguera democrática, lo observamos día tras día.
Educación? ¿Cómo pueden aceptarse Paradigmas Educativos,
ampliamente visibles en los currículos que profundamente significan un
Conductismo que ningún educador consciente podría negar? Parodiando “No se
puede enseñar nada a quien nada sabe” tiene un crítico sentido. El ser no nace
vacío, no es una vasija vacía que enseñándole aprende; desde la misma
concepción recibe conocimientos que
aprende y empieza así su necesidad natural de APRENDIZAJE, sin que nada, ni
nadie le enseñe; el aprendizaje es propio de la naturaleza humana que se inicia
con la curiosidad del niño hacia la investigación, constituyendo así una
mentalidad crítica y creativa que le permitirá, ampliamente, la producción de
conocimiento integrándolo a su saber, a la formulación de su propio discurso,
indefinidamente. En consecuencia la dicotomía Enseñanza-Aprendizaje está
mandada a recoger, pero no es de la conveniencia de quienes detentan la
Economía y el Poder. Esto no puede ser, no se debe tener un pueblo capaz de
cuestionar, de criticar y plantear justicias, libertades, igualdades,
participación activa en las decisiones que le competen como SOBERANO.
Además ¿qué interés puede tener un sistema como el nuestro en
erradicar la Medicina curativa e implantar la PREVENTIVA, si la salud es
peligrosa en un pueblo que debe, entre otras cosas, consumir y más consumir
para llenar, cada día más, las arcas de los ricos, de las oligarquías?; necesitan un pueblo enfermo; es tan penosa la
situación y da tristeza decirlo que hasta a los médicos los tienen convencidos
de que el objeto de la Medicina es la enfermedad, no la SALUD.
Por fortuna América Latina y del Caribe está poblado por
gente inteligente y dispuesta a pensar, cuando más necesario sea, en aquellos
líderes quienes, viniesen de la clase que vinieran, han cuestionado las
instituciones en pro de las mayorías, en pro de la Soberanía de los pueblos. Y
seguramente, temprano que tarde, esto acontecerá también en Colombia, hoy con
mayor razón que han disminuido los crímenes de los que claramente nos da cuenta
la Historia de la Patria, de grandes líderes, muchos líderes, verdaderos
luchadores por la Paz, que como he expresado contextualiza todo. Pero ellos no
han muerto, su espiritualidad está viva y constituye la semilla de un verdadero
cambio del Sistema Neoliberal y pro
Imperio. Gaitán, por ejemplo, vive y sus semillas hoy tienen profundo
significado, empiezan, tengo la certeza, a retomar el fruto que añoramos.
Nuestros nuevos líderes, PIEDAD CÓRDOBA, JORGE ENRIQUE ROBLEDO, que
significaron en el Congreso la CONSCIENCIA del mismo, luchan por la Soberanía y
todo lo que este precioso concepto contextualiza. De igual modo quienes no
gozamos de las posibilidades de la lucha en la plaza pública, por razones
diversas, en mi caso quizá la edad, sentimos a cada momento la necesidad de la
lucha, a través de la palabra escrita.
Añado, por su enorme sentido, un mensaje que recibí de GLORIA
GAITÁN JARAMILLO y que tiene profundas
implicaciones en nuestro acontecer de Patria.
JUSAVÍ.
CHACHAGÜÍ, 22 DE FEBRERO DE 2013.
Osirólogos vs. Violentólogo
“No permitiré que la MEMORIA de mi padre, Jorge Eliécer
Gaitán, quede en manos de los VIOLENTÓLOGOS, de los expertos en la muerte, en
la violencia, en la victimización, en el dolor y la derrota. La memoria de mi
padre debe estar en manos de la VIDA, de la esperanza en el futuro, de la fe en
el mañana. Debe quedar en manos de los OSIRÓLOGOS[1] que,
como el dios egipcio Osiris, contengan las semillas de la vida, del futuro, de
la equidad y la bonanza. Que despierten en el pueblo la certeza de que su lucha
lo llevará a la victoria”.
GLORIA GAITÁN
La caridad y la victimización son dos
caras de una misma moneda. Son sentimientos de condolencia y conmiseración
hacia el pueblo, al que se observa, estudia y analiza en su exclusiva condición
de víctima y de miserable, sin reconocer ni fomentar – por
convicción o por táctica - su grandeza, su extraordinario potencial de lucha
y su honrosa calidad de héroe. . Se le enseña al pueblo a ser mendicante y no
luchador aguerrido.
Da la sensación de que los violentólogos y los seres
caritativos se regodean con el dolor propio o ajeno y parecería que
sienten, en lo profundo de su ser, una subconsciente compensación personal al
condolerse con la miseria humana. Los caritativos sueñan con ganarse el cielo,
los violentólogos con prestigio académico y reconocimiento social o político,
gracias a sus investigaciones y tareas en torno a la denuncia de la violencia y
la miseria.
Un líder que creyó y confió en la grandeza del
pueblo, como mi padre, en un viaje a Barrancabermeja, siendo Ministro del
Trabajo, escuchó atentamente las quejas de los obreros petroleros que le pedían
solución a sus dificultades. Cuando terminaron exclamó Gaitán: “Yo no he venido
aquí a escuchar lamentaciones de tangos argentinos. No quiero ver a un pueblo
arrodillado llorando sus desgracias. Quiero verlo de pies, luchando él mismo
por conquistar sus derechos”. La grandeza, la dignidad del pueblo, es lo que
crea los grandes movimientos populares victoriosos. No la victimización ni la
caridad, ni el paternalismo, ni la cizaña.
La Oración por la Paz y la Oración por los Humildes son
también ejemplo de que para Gaitán los sacrificios e incluso la muerte eran
vida del destino victorioso del pueblo.
Los especialistas en el dolor y la victimización no proponen
el optimismo, fomentan la depresión y la minusvalía, dándole la espalda al
estímulo del orgullo popular, a la fe y las ganas de luchar y de triunfar.
Sus museos, sus cátedras y sus libros son viacrucis de dolor.
Son plañideras. Elevan “muros de las lamentaciones”. Por el contrario, los
osirólogos nos concentramos en rememorar las odiseas populares, su protagonismo
en la historia y su potencial de victoria con la condición de estimular su
autoestima para que crea en él, para que confíe en él y reconozca que su futuro
y su destino están en sus manos y que todo depende de su entusiasmo para asumir
la lucha.
Por eso, los que hemos tomado nuestro apelativo de lo que
representa Osiris, en 1989 desenterramos el cuerpo del líder popular, Jorge
Eliécer Gaitán - donde había sido enterrado a la fuerza por el presidente
genocida Mariano Ospina Pérez - y lo trasladamos al Patio de la Tierra en El
Exploratorio para sembrarlo, porque es semilla y no cadáver, semilla de vida y
fuente de inspiración para la lucha y las futuras victorias populares.
GLORIA GAITÁN
Bogotá, Enero 23 de 2013 –fecha del natalicio del líder
popular, no de su muerte.
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[1] Osiris es un dios egipcio, señor del mundo
subterráneo, que contiene las semillas de la vida. Protector de los
difuntos. Su muerte y resurrección simbolizan la sucesión de las
estaciones y permite a los hombres esperar una nueva vida. También es el sol en
su fase nocturna, cuando está todo tenso hacia una nueva aparición.
Como dios de la vegetación, Osiris da los frutos de la
tierra. Como dios soberano, aporta las leyes y las costumbres. Osiris
viaja por el mundo, extiende por todas partes la civilización. Se le llama
Ounennéfer, es decir, el ser perpetuamente bueno. Es una momia verde,
siendo el verde el signo de fertilidad. Sus brazos están cruzados sobre el
pecho y tiene los signos de soberanía: el cetro del rey, el látigo del juez y
el bastón de la larga vida.
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